Guerra total. Esa es la descripción que se utiliza en Juntos por el Cambio sobre el escenario actual de una estrategia electoral afectada por la interna en el PRO y, principalmente, por la pulseada entre Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta. Los principales dirigentes del partido escenificaron una foto de unidad, pero lejos estuvieron de resolver las tensiones. El jefe de Gobierno prepara el relanzamiento de Fernán Quirós en la Ciudad como gesto desafiante al todavía líder del PRO, aunque espera que María Eugenia Vidal sea la candidata de unidad para sucederlo en las elecciones 2023.
El viernes a la mañana, en la casa del exministro de Trabajo Joge Triaca, los principales dirigentes del PRO se encontraron con la excusa de analizar la situación económica del país luego de una semana de corrida cambiaria. No hubo documento y el resultado fue una foto de unidad “estilo Succession” (serie estadounidense sobre una familia en la que las traiciones están a la orden del día) con un Macri que se robó la centralidad y en la que estaban Larreta, Vidal y Patricia Bullrich. Cada uno acompañado de un dirigente de confianza. De fondo, un cuadro pintado por María Cecilia Loccisano, esposa de Triaca. Según supo El Destape, la reunión fue en buenos términos y distendida. Tanto, que hasta Macri se permitió chicanear a Larreta: “¿Vas a sumar un candidato más en la Ciudad?”. La sensación fue que ambos ya tuvieron una charla previa.
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También se dio el visto bueno para que José Luis Espert se sume a la coalición, aunque el “ok” definitivo llegará luego de una reunión que le pedirán al diputado liberal porque el bullrichismo teme que su ingreso sea para afectarlos a ellos y eso juegue a favor del jefe de Gobierno. “Conceptualmente estamos a favor de ampliar Juntos por el Cambio”, afirmó Federico Angelini, presidente del PRO por la licencia de Bullrich.
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En la oposición aseguran que las dos primeras semanas de mayo llegarán con definiciones que, esperan, comiencen a ordenar la oferta electoral. El distrito más importante porque representa casi el 40 por ciento del electorado es la provincia de Buenos Aires. En los primeros 10 días Bullrich achicará su menú de tres precandidatos de los que pica en punta Néstor Grindetti por encima de Javier Iguacel y Joaquín de la Torre. Mientras tanto, si finalmente Vidal se baja de la lista de presidenciables, coquetea con Cristian Ritondo para que sea su candidato bonaerense ya que es el segundo de la oposición que mejor mide en las encuestas después de Diego Santilli.
Y si de provincia de Buenos Aires se trata, el jueves Bullrich les reclamó a intendentes identificados con Larreta “neutralidad” para evitar internas. "Si no quieren que ponga candidatos, apoyen también mi candidatura", reclamó la exministra a los jefes comunales y que su voluntad la hagan pública y no solo en off. Larreta se había pronunciado a favor de que “sigan gobernando” en los 22 distritos bonaerenses que gobierna el PRO.
Quirós, en carrera
Cuando Patricia Bullrich posó con Jorge Macri para respaldar su candidatura porteña, Larreta lo sintió como una provocación avalada por Mauricio Macri y respondió con las candidaturas del presidente de la Legislatura porteña, Emmanuel Ferrario, y los ministros Fernán Quirós y Soledad Acuña para atomizar la propuesta amarilla frente al radical Martín Lousteau. Tras bajar a Ferrario y lanzarse para la Presidencia, el jefe de Gobierno convocó a elecciones concurrentes pero con la Boleta Única Electrónica para la Ciudad. Decisión que provocó el enojo del exPresidente.
Lejos aún de un acuerdo, esta semana Larreta le pedirá a la responsable de la cartera educativa que baje su candidatura y relanzará la de Quirós. En el larretismo se entusiasman con el 63% de imagen positiva y el alto nivel de conocimiento de Quirós por su trabajo durante la pandemia. Larreta reforzó su equipo al designar como jefe de campaña al diputado y armador de confianza, Álvaro González.
De Quirós resaltan su perfil de “gestor” y “dirigente modelo” del PRO por su exitosa experiencia previa al frente del Hospital Italiano. Trazan una comparativa con Macri que vino del ámbito deportivo tras una exitosa presidencia en Boca. “Vamos a transformar un hombre, que fue un ministro, en un candidato”, se entusiasman en el equipo de campaña sobre el dirigente al que le destacan su “visión humanista” de la política. Un dato que suma y no es menor: Quirós tiene el respaldo de Elisa Carrió, socia clave para Larreta. De hecho, el lilito Fernando Sánchez trabaja en su equipo.
Hasta acá los distintos actores del PRO repiten que la intención es llegar a la elección con un único candidato porque saben que la división del voto favorecía a la UCR. Sin embargo, la interna se mantiene por la medición de fuerzas entre Macri y Larreta. Dentro de la misma coalición, además de Lousteau, Macri y -por ahora- Acuña; están Ricardo López Murphy y esta semana se conoció el lanzamiento de Graciela Ocaña.
Vidal, la candidata deseada
Hay una carta que no esconden en Uspallata y es la de María Eugenia Vidal para suceder a Larreta. Según supo El Destape, antes de mediados de mayo, la diputada nacional decidirá si irá o no por la Presidencia. Semanas atrás, en el Foro del Llao Llao interpeló a los empresarios: “Muchos de ustedes piensan que no puedo ganar esta elección presidencial. Ya me pasó antes”. Venía de pedir al resto del PRO “bajar las candidaturas” para acordar una estrategia en común, lo que fue desechado por Larreta y Bullrich e interpretado como una manera de preparar el terreno para bajarse. “Aspiramos a que Vidal sea candidata en la Ciudad, desde hace dos años la pensamos como sucesora. La que se corrió queriendo ir por la Presidencia fue ella”, apuntaron desde Uspallata a este medio.
Lousteau prefiere que Vidal no recaiga en el territorio porteño. “A nosotros nos conviene Macri porque es el peor para Larreta. Si gana Jorge Macri, Larreta queda como el perdedor”, evalúa un dirigente de confianza del exministro de Economía de Cristina Kirchner. El radicalismo, como los otros socios políticos de Larreta en la Ciudad rechazan la posibilidad de que Macri sea candidato porque pone en riesgo el modelo de gestión larretista a través de acuerdos. Y se envalentonan porque dicen que “si Horacio es Presidente no va a ser el PRO, va a ser otra cosa”.
Y o V
En la provincia de Buenos Aires, el larretismo está convencido que debe haber un único candidato y que por las mediciones tiene que ser Diego Santilli para enfrentar a Axel Kicillof, si va por otros cuatro años más. El mejor formato, analizan, es el de la boleta “Y” que implica listas unificadas para intendentes, seccionales, gobernador y dejar dos listas para legisladores nacionales y Presidente. De no implementarse el modelo "I" que implica internas en todas las categorías, el modelo "V" es el que parece ser que hoy impera y consiste en unidad en la parte municipal y de las secciones para arriba todo sometido a internas.
En el equipo de “El Colo” creen que con ese escenario de incertidumbre y división, será muy difícil reconstruir las relaciones después de unas PASO tensas y eso impactará en las generales porque evalúan que los votos de Larreta y Bullrich no se trasladarán entre ellos de forma total, sobre todo si el Frente de Todos lleva a un “moderado”. Con temor, proyectan: “Es un riesgo enorme ir a la guerra”.
Macri - Larreta
Tras anunciar que no será candidato, Macri intenta encontrar su lugar en el esquema general y en el PRO quedaron expuestas dos líneas internas que coinciden en un 90% en las medidas que hay que ejecutar, pero difieren en el “cómo”. Bullrich con una impronta de poca negociación y “terapia de shock”, mientras que Larreta busca con un estilo conciliador aplicar reformas profundas con el respaldo del 70% del sistema político, empresarial, social y gremial.
Dirigentes con más de 15 años en el PRO manifiestan preocupación por el estado de pelea entre Macri y Larreta. “Esto ya es guerra y son dos trenes de frente que van directo a chocar”, describe a El Destape un larretista vinculado al armado nacional que ubica de un lado a Macri y Bullrich y del otro a Larreta, la Coalición Cívica y gran parte de la UCR. “Vivimos en una sociedad crispada y nosotros aportamos a la frustración en vez de transmitir tranquilidad y solución”, se lamenta otro.
La razón no es menor: se disputa el poder y el liderazgo del partido. Ven lejano un esquema de consenso, aunque hay fundadores del espacio esperanzados en que, como otras oportunidades, la sangre no llegue al río. Piden certidumbre y garantía de gobernabilidad.