La Cámara Nacional Electoral no recibió ningún planteo contra la validez de las elecciones 2023 por parte de las fuerzas partidarias que se enfrentaron en las urnas el domingo 22 de octubre, ni siquiera se presentaron apelaciones. No hubo ninguna irregularidad manifiesta que haya llamado la atención del tribunal electoral. Más allá de las versiones que circularon en las redes, fustigadas sobre todo por seguidores del candidato a presidente por La Libertad Avanza, Javier Milei, nadie pidió que se abriera alguna urna que arrojó de resultado cero. Hay apenas 350 presentaciones por irregularidades que se plantearon en todo el país, un número poco significativo y que además no tiene ningún peso para modificar un resultado. En 2019, por ejemplo, también se presentaron 371; en 2021, 78 y en 2017, 348.
Los miembros de la Cámara están preocupados por la promoción de "un clima de desconfianza" alrededor del sistema electoral que nace de la desinformación respecto a los documentos y herramientas que son clave para el conteo de los votos en cualquier elección nacional, aunque diferentes: el telegrama, el acta de escrutinio y el certificado de escrutinio. Por eso, representantes de la Cámara mantuvieron recientemente reuniones con los representantes legales en el país de Twitter, Facebook y Tik Tok para pedirles una cuota extra de responsabilidad en este momento tan álgido para la sociedad argentina, que atraviesa elecciones que se anticipan históricas.
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Las imágenes que llegaron desde Estados Unidos y Brasil, cuando los seguidores de Donald Trump y Jair Bolsonaro ocuparon edificios emblemáticos para la institucionalidad de esos países están latentes. Socavado el sistema de creencias de algo tan fundacional en un sistema democrático como el acto electoral, lo único que queda es la movilización en las calles. Argentina tiene su representante de la ultraderecha en Milei, quien ya copió algunas de las estrategias de ambos candidatos. Él no lo hizo, pero muchos seguidores del minarquista estuvieron sembrando dudas sobre el resultado de octubre de cara al balotaje. Y, teniendo en cuenta que ciertos tecnicismos sobre el sistema electoral pueden resultar complejos o poco conocidos, se generó aún más confusión. Los números desmienten cualquier tipo de suspicacias sobre la transparencia que se intenten instalar alrededor de los "telegramas en 0" con los que apelan a generar alguna que otra manifestación "autoconvocada". En 40 años de democracia, ninguna irregularidad denunciada cambió un resultado.
Cuando empezaron a circular estas informaciones falsas, el máximo organismo de la justicia electoral difundió un comunicado contra las "invocaciones de fraude sin fundamento" y destacó la "indiscutida legitimidad" que tuvieron los distintos procesos electorales. Del mismo modo, puso en relieve "el valor que revisten para la historia de la democracia argentina las elecciones periódicas, libres, transparentes y auténticas", al remarcar que los mecanismos imparciales del país para resolver reclamos e incidencias, "es un elemento reconocido no sólo por el ámbito nacional sino también por la comunidad internacional".
"Nos preocupa especialmente que, a partir de deficiencias -que además son cuantitativamente irrelevantes- en un documento sin valor jurídico (el telegrama), se genere o incluso promueva en la opinión pública un clima de desconfianza sobre un sistema que es muy robusto y que ofrece certeza sobre el resultado de la elección. Por eso hacemos énfasis en aclarar el alcance de cada uno de los documentos, y en el valor del escrutinio definitivo; ya que éste se hace en base a Actas de escrutinio, no de telegramas, y en el escrutinio definitivo se prevén (a diferencia del escrutinio provisorio) los medios procesales para resolver posibles errores en la confección de esas Actas", remarcó a El Destape Sebastián Schimmel, Secretario de Actuación Electoral de la Cámara.
Como primer punto, los "telegramas en 0" existieron siempre. De acuerdo a un informe elaborado por el Centro de Información para la Calidad Democrática (CICAD), a raíz de datos ofrecidos por la Dirección Nacional Electoral, lo que se vio en estas elecciones generales representa "patrones similares de elecciones generales de este año". En el escrutinio provisorio de este año, hubo 1652 votos para Massa en 0, 1658 para Milei y 1675 para Bullrich. Varían apenas entre el 1 y 2 por ciento sobre el total de mesas. Sin ir más lejos, en 2015, cuando Mauricio Macri resultó ganador, hubo 1624 mesas en 0 para el expresidente de Juntos por el Cambio, 1546 para Daniel Scioli del Frente Para la Victoria y 1950 para Sergio Massa, por entonces del Frente Renovador.
También hay que tener en cuenta que acta y telegrama tienen funciones completamente distintas, que van de la mano con las diferencias que existen entre el resultado provisorio y el electoral. Según detalló Schimmel, el telegrama es "jurídica y estadísticamente irrelevante, pero cobra peso informativo". Y amplió: "Son documentos con finalidades diferentes: el Acta es el principal y en base a ella se hace el escrutinio definitivo. El certificado es el respaldo para cada fiscal, para la propia autoridad de mesa, y se deposita uno más de respaldo en el interior de urna. Y el telegrama tiene solamente efectos informativos, sin validez legal, y es el último que se completa".
El escrutinio provisorio se lleva a cabo el mismo día de las elecciones, en basea los resultados proporcionados por cada presidente de mesa a través de un telegrama, confeccionado y firmado por el presidente de mesa. Este telegrama detalla minuciosamente los votos contados en la mesa, validado con las firmas de fiscales de todas las agrupaciones participantes. Tal como resaltó la CICAD, "estos resultados nunca cubren el total de las mesas: siempre hay una pequeña proporción de telegramas que no llegan a ser enviados, que tienen errores de confección o que quedan sin completar. Sólo sirve para informar a la ciudadanía a cargo de la Dirección Nacional Electoral (DINE, dependiente del Poder Ejecutivo Nacional)".
La Justicia Nacional Electoral recién interviene en el escrutinio definitivo. Transcurridas 48 hs de la elección, reciben las urnas y es entonces cuando empieza el procesamiento, pero no de los telegramas, sino de las Actas de Escrutinio de cada mesa. Es este, y no el resultado provisorio, el que determina los resultados y distribuye los cargos disponibles.
"En estas elecciones, ni hubo planteos contra la validez de la elección, ni siquiera hubo apelaciones a CNE sobre (por ejemplo) pedidos de apertura de urnas que tuvieran cero votos para alguna agrupación, o que tuvieran alguna característica que genere sospecha de algo irregular", enfatizó Schimmel.
Cómo se tramitan las denuncias en los actos electorales
Desde la Cámara detallaron que, por una parte, hay denuncias (en sentido estricto), sobre delitos o faltas, y también hay distintos canales para que nos informen o reporten cualquier clase de incidencia durante la jornada electoral. Todo lo que es administrativo (un elector al que no le permiten votar por el ejemplar que presenta, un faltante de boletas sin que haya habido robo, y un largo etcétera), se resuelve en tiempo real y no genera una actuación posterior.
Lo que sí corresponde al ámbito de las infracciones o delitos (por ejemplo, robo de boletas, impedir a alguien votar, violar la veda electoral), tiene trámite judicial. Eso que tiene trámite judicial, tramita ante el juez federal del distrito donde ocurrió el hecho, con intervención del fiscal electoral.
"Por esa razón, cuando la denuncia se presenta a través del Portal de Denuncias de Internet, o ante la CNE, sólo se verifica que cumpla con los requisitos formales y se remite para el trámite a la fiscalía con copia al Juzgado. Eso es porque quizás la CNE tiene que intervenir luego en el mismo trámite, frente a una apelación", subrayó Schimmel.
En primera instancia, se constata si hay un hecho típico (un delito o una infracción), y se inicia un trámite penal o sancionatorio para determinar la responsabilidad.
Además de todo eso, están las cuestiones que pueden plantearse sobre la elección o los votos. En relación con eso, cuando cierra la jornada de votación, comienza un plazo de 48 horas para que los partidos políticos presenten denuncias o planteos sobre la constitución de las mesas, su funcionamiento, o sobre la validez de la elección. Esas denuncias, de acuerdo a su naturaleza o alcance, son resueltas al momento de escrutar la mesa pertinente (por ejemplo resolviendo la apertura de la urna y recuento de voto, o incluso la nulidad de la mesa); o se resuelve por la Junta Electoral de modo general (por ejemplo si hicieran un planteo genérico sobre episodios de robo de boletas, o de sustitución de urnas, o cualquiera similar). Lo que resuelve la Junta Electoral Nacional puede apelarse a la CNE.
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