Horacio Rodríguez Larreta se subió a la “Patoneta” de Patricia Bullrich. En lo que fue la primera actividad juntos tras las PASO para la segunda campaña en estas elecciones 2023, el jefe de Gobierno acompañó a la candidata a presidenta en una recorrida por el conurbano bonaerense. Después de una dura interna, la relación entre los dos mejoró aunque en el larretismo reclaman más gestos públicos para fortalecer la unidad. En el bullrichismo califican el vínculo como “respetuoso” aunque aclaran: “No hay amor”.
“Juntos, vamos a trabajar para ganar con Patricia en toda la Argentina", expresó Larreta en una actividad que encabezó con Bullrich en la localidad bonaerense Lomas de Zamora en la que también expresaron ambos su apoyo al candidato a gobernador del espacio, Néstor Grindetti. En el marco de la caravana por distintos puntos del país, la candidata centró su discurso en la tercera sección electoral en la seguridad en esa foto de unidad en la que también estaban dos ex ministros especialistas en la materia como Cristian Ritondo, candidato a renovar su banca en la Cámara de Diputados, y Diego Santilli.
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Superado el fracaso en las primarias y tras aceptar que con la demostración de músculo político con acuerdos con distintos espacios no alcanzó, Larreta ya trabaja en el desafío que implicará hacer política sin estructura. Lo hará sin renunciar a sus creencias y al discurso que no consiguió imponer el 13 de agosto. En su equipo le aseguraron a este medio que “no busca cargos” y que “su próxima etapa será hacer política desde el llano”.
En cada encuentro con vecinos de la ciudad de Buenos Aires, los cuales retomó con mayor frecuencia en este último mes, Larreta asegura: “Voy a seguir luchando por lo que yo creo, como lo hice siempre, porque el país requiere diálogo”. Así, aceptó que en este momento el electorado se inclinó por una opción más beligerante y pese a creer que tanto Cristina Kirchner como Mauricio Macri volverán a tener poder en el próximo escenario político, no acepta la idea de que “el que piensa distinto sea un enemigo”.
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Las encuestas que manejan en su mesa política exhiben que Bullrich retiene poco menos de la mitad de los 2.675.563 de votos que alcanzó Larreta para obtener un magro 11,19 por ciento. El resto, siempre según estos sondeos, se divide mayoritariamente entre Javier Milei y en menor medida Sergio Massa. Una demostración de que la interna, por momentos con alto nivel de fricción, no fue bien vista por los votantes y las propuestas interpeló a distintos públicos.
Después del 13 de agosto, Bullrich y Larreta compartieron un café en el Jardín Botánico y recién a poco menos de un mes de las generales compartieron el primer acto de campaña juntos. Pero hubo contactos en privado, entre WhatsApp y una reunión en el departamento de la ex ministra semanas atrás. Desde ambos campamentos aseguran que la relación entre Larreta y Bullrich ahora es buena aunque son cautelosos. “Es una relación de respeto, no de amor”, confía a El Destape un dirigente de la mesa chica bullrichista.
Los larretistas reconocen que el tono del discurso de Bullrich mejoró y que empieza a tener un punto de contacto con el electorado, pero demandan mayor reivindicación pública por parte de Bullrich hacia Larreta. Y citan como ejemplo lo ocurrido en la última edición del Consejo de las Américas, a fines de agosto. "Voy a poner todo lo que tengo para que seas presidenta", prometió Larreta. Uno de sus alfiles se quejó porque no hubo una devolución de ese gesto: “Le pone todo el equipo a disposición y ella ni lo nombró”.
Desde el riñón del alcalde porteño creen que la foto de hoy llegó un poco tarde y se animan a vaticinar un triunfo de Javier Milei, aunque en un balotaje en el que no ven a Bullrich el 22 de noviembre sino al candidato de Unión por el Patria. Según supo El Destape, de ocurrir ese escenario, Larreta no expresará su voto aunque tenga una relación de amistad con el tigrense pese a no hablarse desde hace tiempo.
De no superar las generales, hay una idea que sobrevuela en Juntos por el Cambio de que el principal espacio opositor no continuará tal cual se lo conoce hoy. En Uspallata anticipan que Macri trabajará para romper el PRO y abogan a la hipótesis de que hay dirigentes de su confianza que ya tendieron puentes con Milei que podrían participar de su eventual Gabinete.
“Va a intentar salvar Juntos por el Cambio o lo que quede de él”, aseguran sobre lo que pretenderá Larreta desde el 23 de octubre y que el movimiento pendular de Argentina yendo de pelea en pelea terminará y que más temprano que tarde se impondrá un proyecto dialoguista como él que pretende. Y que el hecho de que Milei lo haya atacado desde un primer momento lo dejará al Jefe de Gobierno como “el primer opositor”.
El domingo será el primer debate presidencial y se llevará a cabo en Santiago del Estero. Saben en su equipo de campaña que “la bandera del cambio” ya quedó con Milei y se aferran a “la bandera antikirchnerista”. Apoyada en los triunfos provinciales, Bullrich tendrá el desafío de mostrarse como la verdadera oposición al Gobierno y en los próximos días profundizará las contradicciones del plan económico del libertario para demostrar su imposibilidad de llevar a la práctica.