Faltan menos de seis meses para las elecciones PASO y la situación política y económica son inciertas. En el Frente de Todos las discusiones persisten y la interna arde. La posibilidad de que Sergio Massa sea el candidato de consenso no murió, pero la inflación la puso en espera. El ministro da pelea: esta semana se sacará uno de los principales problemas económicos de encima y aún intenta domar la inflación. Alberto Fernández no se baja y se tiene fe para una primaria con Jorge Capitanich o Wado de Pedro. El círculo íntimo de Cristina Kirchner hará un acto para mantener la llama de la candidatura o aunque sea para que conserve el rol de gran electora. En la otra orilla, Horacio Rodríguez Larreta prepara su plan económico: súper dólar, fin de los subsidios energéticos y de los planes sociales están en el menú. Patricia Bullrich promete un plan aún más duro.
Sergio Massa
El lunes el ministro de Economía, Sergio Massa, realizará dos anuncios importantes. Por un lado, el cierre de la renegociación con el Fondo Monetario Internacional, que además del cambio en la meta de reservas, vendrá con una sorpresa. Pero lo más fuerte será el canje de todos los bonos en pesos que vencen en 2023. Se trata de 7 billones de pesos. “No hay plan Bomba”, afirmó el jefe de Hacienda, en un claro mensaje a los economistas de Juntos por el Cambio que se refieren así a la probable herencia. El 40% de esa deuda está en manos del Estado y vence en el tercer y cuarto trimestre. El resto lo tienen los bancos. El lunes se canjeará con las entidades financieras y el miércoles con el sector público. “Al contrario de lo que afirman los economistas de Juntos, los bancos no quieren dolarizar su deuda, picanteó el ministro”. Solo el 17% quiere canjear con la oferta dual que incluye bonos atados al dólar. La mayoría espera que la inflación le gane al precio de la moneda norteamericana. Esa elección da certidumbre cambiaria para el año en curso. El canje logrado por Massa desmiente las voces catastróficas de los emisarios macristas y mejora las complicadas expectativas económicas de cara a las elecciones.
Arreglado el tema de la nueva meta de reservas, el ministro hace cuentas: el déficit con China es de 8000 mil millones de dólares anuales. Pero 5000 se cubren con el swap. Se necesitan solo 3000. La caída del precio del gas generó un ahorro de 2000 millones y el gasoducto ahorrará otros 1200. Así espera cubrir parte de la caída de ingresos por la sequía. El resto será administración de importaciones. Respecto a los precios, Massa señala que llegó a Economía “con una inflación núcleo del 8,7% y hoy está en 5%”. Sigue apostando a que, despejado el tema carne y hortalizas, pronto el índice comience con 3. Aunque aún lo niega, si lo logra será candidato de presidente. Y si no lo logra, quizá también: “La estabilidad política en Argentina depende más del precio del dólar paralelo que de los precios”, afirma Massa.
Alberto Fernández
“Ojalá Sergio la rompa y baje la inflación y vamos todos con él. Pero está complicado. Hasta ahora la inflación no cede. Encima de la pandemia y la guerra se sumó la sequía”, opina el presidente. “Lo importante es que va a haber una PASO. Irá un candidato nuestro y uno de Cristina”, agrega. Alberto quedó conforme con la apertura de Sesiones Ordinarias del Congreso. Asegura que no hubo ningún problema con Cristina. “Ella es muy respetuosa de las instituciones”. Cuenta que el tema del agua fue mal interpretado, que cuando él llegó se sentó en el lugar que antes había ocupado la vicepresidenta y que ella le dijo “ te estas tomando mi agua”, riéndose y que por eso él se la quiso dar y ella le contestó “dejá que me traen otra”.
“Yo estoy muy animado, solo necesito que se calmen las discusiones”. El primer mandatario asegura que el Frente de Todos puede ganar. “Vamos a una PASO, por ejemplo, con Coqui Capitanich. Si él le gana al presidente sale tan fortalecido que es un gran candidato para llegar a la presidencia. Si yo le gano, como Coqui será el candidato de Cristina, seré el que terminé con 20 años de kirchnerismo y puedo ganar las elecciones. Lo mismo si les gana Scioli u otro candidato del espacio. Esa debe ser la estrategia. Es buena para ambos”, afirma. “El Frente mide 32 puntos. Cristina tiene el 45% de eso, yo tengo una cuarta parte. Pero ella no va a ser candidata. Sin Cristina en la cancha el que mejor mido soy yo”.
“Si yo ahora te digo y vos publicas que no soy candidato y tampoco lo es Cristina quedamos en orfandad. Nos quedamos sin candidato, todo queda a la deriva, es un tema táctico”, afirma el presidente al respecto de los pedidos diarios para que se baje.
En su discurso en el Congreso fue enfático respecto a la situación judicial de la vicepresidenta. Ahora afirma: “Hay que defender la inocencia y no la proscripción que es una consecuencia. Yo haré todo lo que esté en mis manos. Incluso si ella quiere ser candidata y la justicia confirma su pena yo la indulto”.
Cristina
El 11 de marzo el acto en Avellaneda será la cúspide del operativo clamor para que Cristina sea candidata, a pesar de la proscripción o, como afirman cerca de la vicepresidenta, “para romper la proscripción”. El acto se hace, como mínimo, con su anuencia. Muchos se preguntan para qué hacen un acto para que sea candidata si está proscripta. La respuesta que da un protagonista de la jugada, con interés directo en que sea exitosa, es la siguiente: “Si ella se mantiene vigente crece y nos sirve. La garantía del orden es que Cristina esté vigente, la midan y todos vean que ella manda. El acto del 11 sirve para que todos vayan a pedir que sea presidenta. Hace falta un 17 de octubre. Es el huevo o la gallina. Primero que mida, luego puede ser ella o puede armar cualquier cosa. La posibilidad de que sea ella no es nula. Si quiere ser candidata lo va a decir el ultimo día así no queda tiempo judicial o queda menos. En cualquier caso sirve que parezca que ella puede ser”. Otro protagonista afirma: “no es una utopía romper la proscripción, hace falta voluntad. Si todos los gobernadores, intendentes, sindicalistas y organizaciones sociales lo pidieran, no sé si Casación confirmaría la condena. Creo que no”.
Una prestigiosa abogada cercana a la vicepresidenta se refiere a la posibilidad de que Cristina sea candidata y se convirtiera en presidenta: "Si Casación y la Corte confirman la condena cuando Cristina es presidenta, para que se cumpla la pena tienen que hacerle juicio político. El juicio puede prosperar o no, pero el país sería ingobernable. No saldría ninguna ley, porque la oposición le restaría legitimidad a los actos de gobierno por la condena. Si se intenta gobernar por decreto, enseguida saldrían las cautelares por medidas tomadas por una presidenta inhabilitada. Nada que haga será aceptado por esta oposición”.
Axel Kicillof
“En la provincia estamos bien, estamos arriba y bien organizados. Si me voy a la nacional acá se complica. Están Martín Insaurralde, Gabriel Katopodis, Verónica Magario y otros. Empezaría una discusión. Es difícil gobernar la provincia en esta situación y andar haciendo campaña por el país”, dice el gobernador de la provincia de Buenos Aires. “El ideal es que sea Cristina”, agrega. Todas las encuestas lo dan ganador en la provincia. Incluso creciendo. Le va bien hasta en la zona agropecuaria. Kicillof es un fenómeno electoral hace rato. Pero sabe que el corte de boleta tiene un límite. Si al candidato nacional le va muy mal pierde él también. “Si voy a perder porque no tengo un buen candidato prefiero perder la nacional”, piensa.
Horacio Rodríguez Larreta
Larreta ya habla de un plan de estabilización fuerte, con un solo tipo de cambio bien alto, eliminación de subsidios a la energía y de planes sociales. Piensa que no se puede sacar el cepo de entrada, pero que hay que ir hacia un solo tipo de cambio al nivel del contado con liquidación. El jefe de Gobierno porteño piensa ir rápidamente hacia el equilibrio fiscal, apalancado en la eliminación de los subsidios energéticos. Hace la salvedad que aproximadamente el 30 por ciento de los hogares seguiría teniendo tarifa social. Con la fuerte suba del dólar y de las tarifas, Larreta se prepara para que durante los primeros meses la inflación supere el 10 por ciento con algún mes más cerca de 15. Afirma que muchos de los planes sociales actuales los recibe gente que puede trabajar y que solo deberían ser beneficiarios los que no estén en condiciones de lograr un sustento.
La devaluación, el ajuste, la eliminación de subsidios y la altísima inflación preanuncian una situación social preocupante para el primer periodo de un probable gobierno larretista. El candidato afirma que en el país todos o casi todos tienen un ingreso y que por eso no hay explosión social ahora ni la habrá en su gobierno.
Larreta y el resto de los candidatos macristas pasan por alto que el país que recibirán no es el de 2015, cuando Cristina les había dejado un amplio colchón de trabajadores bien remunerados y familias desendeudadas. Hoy encontrarán una sociedad al límite. En sus planes de equilibrio fiscal no aparecen subas de impuestos ni eliminación de exenciones y beneficios empresarios. Ni siquiera aportes extraordinarios destinados a salir de la situación. Todo el plan pasa por ajustar a los ya ajustados.
Larreta asegura que su ministro de Economía será Hernán Lacunza y ve con buenos ojos la posibilidad de que Martín Redrado sea su canciller. El resto del gabinete depende del formato de la coalición con la que espera llegar al gobierno. Hasta hace poco hablaba de Juan Schiaretti para jefe de Gabinete; hoy piensa en un radical. El otro puesto fundamental en su estrategia es el de ministro del Interior. Sabe que llevar a cabo su plan es una jugada de riesgo y quiere armar la coalición más amplia posible para hacer gobernable un modelo de país que hoy no parece gobernable. Habla de “una gran coalición y un gran consenso para gobernar”.
Su campaña anti grieta apunta a la elección, pero también a la gobernabilidad. Cree que la grieta es un asunto de “los intensos de las redes”, pero que la mayoría se enoja cuando ve a los políticos pelear mientras él o ella no llega a fin de mes. Afirma que “no es una interna en la que votan los afiliados, si no una Paso, en la que votan todos, los intensos y los no intensos, y que los últimos son muchos más”.
Larreta cree que Mauricio Macri quiere jugar, pero no le da y que tanto el ex presidente como Patricia Bullrich hoy pierden un ballotage con Massa. Dice que solo él le gana. Habla de una diferencia de 4 puntos. Piensa ir mostrando su plan de a poco. Se plantea un perfil desarrollista, sin soluciones mágicas, si no con un plan a largo plazo. Para la capital dice que debe haber un solo candidato PRO para no perder la paso con Martín Lousteau.
Patricia Bullrich
Aunque Néstor Grindetti siempre jugó con Mauricio Macri, esta semana se lanzó con Patricia Bullrich. No quiere darle ventaja a Diego Santilli. La candidata sigue también cerca de Joaquin de la Torre y Javier Iguacel. En ciudad va con Jorge Macri. Lo ve ganador, pero afirma que Martín Lousteau es un jugador importante. Cada vez se concentra más en la provincia de Buenos Aires. Ahí es donde se tiene fe de ganarle la interna a Larreta. La clave es Javier Milei. Cree que Milei no llega. Afirma que la gente en la elección ejecutiva no vota desconocidos y que sus posiciones firmes conseguirán que esos votos de los enojados se encausen hacia ella. Si tuviera razón los votos que hoy tiene el libertario en la provincia pueden ser decisivos. De ahí su estrategia cada día más dura en el discurso. La pre candidata habla de ir de inmediato a superávit comercial y fiscal. Pero le agrega una rebaja en las retenciones y la eliminación total del los planes. Un plan que duele de solo escucharlo.
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Con el desarrollo de Vaca Muerta y el litio al ritmo actual, a partir de 2025 comenzarán a sobrar dólares. Así, la baja de la inflación será más fácil de lograr y quien gane las elecciones tendrá grandes posibilidades de quedarse ocho años en el poder. La forma en que se exploten los recursos naturales y la inversión de los nuevos ingresos darán la pauta de si esas riquezas se distribuyen o no. Antes de llegar a eso habrá tiempos duros. Si gana Juntos, sus planes, más allá de que sean a o no consistentes, generarán sufrimiento. Si son consistentes el sufrimiento será por un lapso limitado. Si no, será peor. Pero sus propuestas parecen riesgosas ante una población que quizá llegue con la mecha corta. La economía se movió con una inflación promedio del 25% con Cristina, del 50% con Macri y Alberto termina en el 100%. Está claro que no hay moneda. Superávit comercial y fiscal serán imprescindibles. El tema es cerrar los números con la gente adentro. Una preocupación que parece no habitar el mundo de Juntos.
Por ahora las encuestas no dan un ganador. Juntos no crece. Hoy está 4 puntos arriba del Frente, que, a la vez, está 4 puntos arriba de Milei. Habrá que ver si la intención de voto del libertario es sólida o se diluye entre las PASO y la primera vuelta, que puede fungir como un ballotage adelantado. Cristina sigue siendo un factor central en la estrategia del Frente de Todos. Pero si Massa no baja la inflación tendrá que elegir un candidato para las PASO. Ahí empieza el partido. Las primarias de Juntos pueden ser fatales. Se tiran con chats y audios que cada vez son más pesados: y lo peor aún no salió. Los agravios verbales del Cuervo Larroque y Aníbal Fernández son una anécdota a su lado. La moneda está en el aire.