El ex presidente Mauricio Macri pisará Córdoba este martes, provincia que supo pintarse de amarillo y ser la llave para ponerlo como presidente. Hoy, ese distrito es el epicentro del tembladeral que está viviendo Juntos por el Cambio.
El ex presidente quedó en un lugar incómodo. Porque se trata de un viejo conocido, una persona afín en los años de Cambiemos, una relación que supo afianzar con el paso de los años. Es el mismo Juan Schiaretti que hace diez semanas Macri, en un video, pedía apoyar. El peronista cordobés. El gobernador de la provincia. Pero todo cambió.
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Macri quedó en el bando de los antischiaretti, que liderados (¿o arrastrados?) por Patricia Bullrich se juegan a todo a nada para que el cordobés no entre a Juntos por el Cambio. Mientras, Schiaretti echa más leña al fuego y pide jugar una PASO ahí dentro. Y asegura que tiene coincidencias con Gerardo Morales, Facundo Manes y Horacio Rodríguez Larreta.
Este grupo último es el que apoya con fervor la entrada del "Gringo". La reunión de este lunes entre los presidentes de los partidos que integran Juntos por el Cambio terminó de detonar todo. No sirvió para nada. Se terminó de manera abrupta y se pasó, de manera decorosa, a un cuarto intermedio. Hubo antes y después declaraciones explosivas del candidato a gobernador de Córdoba por JxC, Luis Juez, el más perjudicado con esta movida que apura el larretismo a solo días del cierre de las alianzas.
Es que Juez se enfrenta directamente con Schiaretti. Su candidato, Martín Llaryora, es el elegido por el gobernador para sucederlo y el favorito en las encuestas. Los comicios en esa provincia serán el 25 de junio. Un día después del cierre de listas. Macri llegará este martes para darle un empujón (¿para arriba o para abajo?) a Juez. La relación entre ambos nunca tuvo grandes momentos. El senador fue hípercritico del gobierno de Macri y lo hizo con definiciones muy duras. Vueltas de la política. Hoy Macri es el que defiende la postura del Juez antischiarettista.
El líder del PRO empieza a ver erosionado su liderazgo. Aunque si logra el no ingreso de Schiaretti será su segunda victoria en menos de 15 días contra Larreta. Ya le metió a su primo, Jorge Macri, como candidato a suceder al alcalde.
Una de las que salió a castigar y duramente a Macri es la "incondicional" Elisa Carrió. Lilita se ufanó de haberlo bancado hasta el final de su mandato en 2019 y con esos pergaminos opinó: “El lado oscuro de Mauricio Macri está jugando para que pierda Juntos por el Cambio”. Carrió es parte de la movida de Larreta para el ingreso del Gringo a JxC. Dijo en TN el domingo que la coalición necesita “una alianza mayor con gente valiosa del peronismo que se puede incorporar”. Pero desde el núcleo duro de Macri la cruzaron.
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Dirigentes del PRO cercanos al ex presidente salieron a marcarle la cancha. El presidente interino del PRO, Federico Angelini, cuestionó a Carrió en FutuRöck. Dijo que "quiere conseguir diputados y está dispuesta a decir cualquier cosa de cualquier persona". Y agregó que la referente de la Coalición Cívica "está más cerca de Sergio Massa" y reivindicó a Macri al decir que "es el líder natural que pone la gente".
El escándalo trepó. En defensa de Carrió, el diputado de la Coalición Cívica, Juan Manuel López, dijo que la dirigente "sólo quiere evitar cualquier promiscuidad panperonista y consolidar el cambio que quiere la mayoría". Y le respondió entonces la ultramacrista Laura Alonso, quien retrucó: "A la que no reconocemos es a Carrió".
"En realidad, muchos, sí; ahora lo ve la gente. Le exigimos respeto por el (ex) presidente Macri y por Patricia (Bullrich), quienes son coherentes con sus ideas y el cuidado de JxC", lanzó la extitular de la Oficina Anticorrupción. Y cerró: "Si Carrió optó por Horacio (Rodríguez Larreta) y (Gerardo) Morales en su marco de alianzas, es su decisión. En la 'promiscuidad panperonista´ se metió ella sola. No creo que haya sido engañada; tiene mucha experiencia política".
Por si tuviera pocos rivales internos en esta disputa, quien se sumó a pedir por Schiaretti en JxC es Miguel Ángel Pichetto, ex senador peronista y compañero de la fórmula de 2019 con Macri que terminó derrotada por el binomio Alberto Fernández-Cristina Kirchner.
Pichetto fue claro: “Yo rompí una historia de pertenencia, crucé el Rubicón, y tomé una decisión que había que tomar, pese a las críticas, porque entendía que había que ir hacia una amplitud de un modelo republicano, democrático, de cambio capitalista en Argentina”, afirmó. Y reforzó su idea: “Yo no podría estar en contra de lo que significa una apertura y una amplitud; siempre hay que mirar para adelante”.