Horacio Rodríguez Larreta eligió no sumarse a la rabia de un sector de Juntos por el Cambio referenciado en Patricia Bullrich por la decisión de la mesa nacional de excluir al libertario Javier Milei. Camino a las elecciones 2023 con traje de presidenciable, el jefe de Gobierno porteño defiende la moderación, apela a la unidad de la alianza opositora y confirmó que trabaja en un plan de gobierno por si llega a ganar los comicios presidenciales.
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En el marco del anuncio de este martes por los avances en educación para los alumnos del secundario, Larreta aprovechó para asegurar que la unidad de Juntos por el Cambio “es inquebrantable” pese a los cruces por el comunicado de la discordia. Bajando el tono de las declaraciones de aliados, aseguró: “A pesar de los chispazos de los últimos días, que son naturales e incluso sanos en un espacio diverso, Juntos por el Cambio está más unido que nunca”.
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Rodríguez Larreta se define como un “un obsesivo de la planificación”. No solo busca mostrar la gestión en la Ciudad como espejo de lo que va a hacer si llega a Casa Rosada, sino también destacar que hay un equipo de asesores que trabaja para abordar los problemas del país. “Siempre voy a trabajar por la unidad de Juntos por el Cambio y a poner todo de mí para que podamos construir un plan que resuelva uno a uno los problemas de los argentinos, empezando por la educación y el trabajo”, sostuvo. Larreta puso como jefe al mando de este plan al ex ministro de Economía Hernán Lacunza, aunque también participan de él las fundaciones Pensar (PRO), Alem (UCR), Hannah Arendt (CC) y Mediterránea; y la jefa de asesores del gobierno porteño, Julia Pomares.
“¿Qué pasa si Mauricio te pide que te bajes?”. A lo que él retrucó: “¿Y qué pasa si le pido yo que se baje?”
Si bien todavía está en proceso de elaboración, esbozó algunas ideas del programa ante empresarios del círculo rojo en el Foro Llao Llao, a donde fue acompañado del Asesor General de Gobierno, Juanjo Méndez; y del Secretario General y de Relaciones Internacionales, Fernando Straface. Allí habló durante 45 minutos y se quedó más de una hora y media respondiendo preguntas de los empresarios con los que comió. “Fue con mensajes concretos, con el qué, pero sobre todo con el cómo”, detallaron desde Uspallata. “No podemos llegar a ver qué pasa”, sumaron. Las dudas de los comensales fueron en relación a qué iba a hacer él en 2023. “Voy a ser candidato a Presidente”, les confió según revelaron a El Destape fuentes presentes en el lugar. Tras esa afirmación, uno de los comensales le preguntó: “¿Qué pasa si Mauricio te pide que te bajes?”. A lo que él retrucó: “¿Y qué pasa si le pido yo que se baje?”. Más allá de la decisión de Macri, aseguró que está dispuesto a competir en la interna contra él.
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Calmar la interna
La defensa de Larreta de la unidad de Juntos por el Cambio se refleja en el encuentro que se conoció que tuvo en las últimas horas con Bullrich para buscar dejar atrás los chispazos que hubo por el comunicado que rechazó una eventual alianza con Milei. “Una reunión más post circo de la semana pasada”, definieron desde Uspallata y aseguraron que la relación de los dos “sigue en muy buenos términos”. Sin embargo, aún no lograron ponerse de acuerdo en la forma en que el PRO definirá quién será su candidato en 2023. La decisión de Macri será clave para eso. En lo que sí se pusieron de acuerdo es en avanzar en un plan de Gobierno si llegan a ganar las elecciones y la agenda sobre debates programáticos para las próximas semanas.
Ese encuentro es parte de lo que su equipo define como el “método Larreta”, que consiste no solo recostarse en la gestión porteña como espejo de lo que sería su presidencia, sino también evitar confrontar con sus aliados y exponer públicamente las diferencias. “Horacio nunca va a contestar salvo que sean cuestiones personales o cuando se afecte a la gestión”, destacan.
Un gobierno de coalición
Una de las diferencias que observan los funcionarios larretistas con lo que fue el gobierno de Macri es su forma de gestionar como coalición y desde Uspallata ponen de ejemplo lo que ocurre en la Legislatura y en el Gabinete.
En el ámbito legislativo, hay seis bloques que integran la alianza local: además del PRO, la UCR y la CC también están los socialistas de Roy Cortina, los liberales de López Murphy y el espacio referenciado en Graciela Ocaña. Además, de que en el PRO y la UCR también hay líneas internas. Distintos legisladores coinciden que “el interbloque está muy bien” aunque marcan que debido a la ampliación tras la última elección en la que entró un sector liberal “estamos aprendiendo a funcionar como una coalición con más dinamismo”. El mismo universo de alianzas se ve reflejado en el Gabinete, donde Martín Lousteau es uno de los principales beneficiados.
El responsable de administrar todas esas identidades en la Legislatura es su presidente y vicejefe de Gobierno, Emmanuel Ferrario. Cada semana se reúne con los referentes de los bloques para discutir los temas que proponen y las necesidades del Ejecutivo. Administra sensibilidades para arribar a un consenso. Cuando en la sede de Uspallata se refieren a Ferrario lo describen así: “Viene de la gestión, es metódico y tiene un perfil similar al de Horacio porque es un obsesivo que estudia los temas”.
Ferrario es un dirigente muy cercano a María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez. Fue el primer candidato de JxC a legislador en la última elección y Larreta confió en él para ese puesto clave y le dio dos objetivos: que las leyes importantes que quiere el Ejecutivo salgan y que la coalición porteña siga siendo competitiva en 2023. La primera prueba de fuego sobre el primer mandato se verá la semana próxima cuando se debata en el recinto la reforma del Estatuto Docente, un deseo del PRO desde hace años que nunca había concretado hasta cuando tenía un bloque más grande.
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En cuanto al segundo objetivo, el mayor desafío pasa por la relación con los liberales que responden a Ricardo López Murphy, a quien en 2021 Larreta logró sumar a Juntos por el Cambio para contener votos “por derecha” ante el emergente Milei. El legislador Roberto García Moritán, más conocido como "el marido de Pampita", tensiona constantemente con los libertarios, en especial con el alfil de Milei, Ramiro Marra. “Se ponen en una postura anti Estado y buscan ver quién es más leal a su identidad”, apuntan en el PRO.
Un ejemplo de esa situación se dio en la sesión especial del 24 de marzo con motivo del 46° aniversario de inicio de la dictadura militar en la que se trataron proyectos para conmemorar la fecha y ratificar la cifra de 30.000 desaparecidos. La particularidad fue que Victoria Montenegro (Frente de Todos) y Diego García Vilas (presidente del bloque Vamos Juntos) expresaron discursos similares y hasta este último repudió la teoría de los dos demonios. Todos votaron a favor, menos los legisladores que responden a López Murphy (Moritán y Kienast) y los libertarios. En Vamos Juntos marcan como un problema que las posturas de los libertarios suelen “marcar la agenda” de Moritán, quien se ve obligado a llevar discusiones que son incómodas para el interbloque.
Pese a esto, en el larretismo no ven en la Legislatura un escenario que produzca un quiebre y aceptan que los liberales-libertarios representan a un sector de la sociedad y que en la última elección así quedó reflejado en la propia alianza tienen legisladores similares a esa identidad. “Lo peor es que alguien pierda su identidad. La coalición tiene un objetivo común más grande y le sirve que existan proyectos que representen al liberalismo y al progresismo”, explicó un funcionario de la mesa chica de Larreta. “La prioridad es la unidad, la coalición es diversa y hay que administrar eso. El límite es la gobernabilidad, antes de eso todo es conversable”, detalló un legislador larretista.
Cada dos meses, Larreta dialoga con los legisladores de su espacio para repasar los temas de agenda y contar cómo viene la gestión. Una manera de mandar un mensaje a la interna. “Está diciendo que su gobierno va a ser de coalición y que puede administrar las identidades que hay en ella”, describieron en su equipo. Busca garantizarles que en su gobierno van a poder ser coalición y tener su agenda. “Quiere demostrar que cada uno gana más estando adentro que afuera”, sumaron.
Con este escenario y cuando falta más de un año para las primarias, Larreta no solo tiene el traje de presidenciable sino también el de “moderado” que defiende la unidad de la alianza y quiere que se mantenga heterogénea para llegar con chances al 2023 con él como candidato en las generales. Antes, deberá superar la interna del PRO con un Mauricio Macri que no confirma que no irá por un segundo tiempo y evitar que la expresión antidemocrática de Milei crezca y se vayan con él los votos del electorado “halcón” macrista.