"Está claro que hay un cambio", sintetizaba un dirigente del kirchnerismo cordobés respecto a los mensajes posteriores a la elección del domingo de parte del gobernador electo Martín Llaryora y del intendente capitalino electo Daniel Passerini. La muy comentada referencia de Llaryora a "los pituquitos de Recoleta" fue leída como un mensaje para tensionar el acuerdo de Juan Schiaretti con Horacio Rodríguez Larreta y preparar el terreno para un posible acercamiento a Sergio Massa, algo que recién podría corroborarse luego de las PASO. "Enseguida nos quieren pintar de amarillo y no hay nada de eso", subrayó Passerini en diálogo con El Destape Radio. ¿Un nuevo tiempo para el peronismo cordobés?
El enfático discurso de Llaryora en el búnker del triunfo, en el que se bailó cuarteto y se cantó la marcha peronista, generó muchas repercusiones. "Hoy somos más cordobeses que nunca, hoy es Córdoba la que se puso de pie. Basta de que nos maltraten de afuera, basta de que nos vengan a explicar qué hacer o cómo hacer los pituquitos de Recoleta", lanzó. Es cierto que pareció un mensaje a todo el centralismo porteño -como buscó interpretarlo Schiaretti-, pero la referencia respecto a la clase social le cabe en especial a la plana mayor de Juntos por el Cambio. "Fue para los que vinieron en aviones privados el domingo a dar la vuelta olímpica y gracias a Dios los hicimos quedar en el vestuario", aclaró Passerini con ironía.
Antes de las elecciones cordobesas, Rodríguez Larreta quiso sumar a Schiaretti al armado de Juntos por el Cambio, una movida rechazada por el sector de Mauricio Macri y Patricia Bullrich. Pero la jugada quedó latente y podría terminar de concretarse en caso de que el jefe de gobierno se imponga en las PASO de la coalición opositora y el cordobés sume escasos votos como candidato presidencial de su fuerza Hacemos por el País. Si se dan esas dos condiciones -que aparecen probables-, Schiaretti se bajaría para apoyar a Rodríguez Larreta. Según las últimas declaraciones de Llaryora y Passerini, ellos caminan en otra dirección, por más que expresaron su obvio respaldo al proyecto presidencial de Schiaretti.
“En un sentido sigue siendo el peronismo de De la Sota y Schiaretti y sigue predominando cierto cordobesismo, pero hay un cambio generacional. Estoy seguro de que tipos como Passerini, cuando llegue el momento y haya que definir entre dos modelos totalmente opuestos, como el que expresa Juntos por el Cambio y Unión por la Patria, no tengo dudas de qué lado va a estar”, sostuvo el diputado Pablo Carro, de la CTA cordobesa, en diálogo con la AM750. En la dirigencia kirchnerista mediterránea consideran a Passerini un militante peronista, en cambio Llaryora aparece como alguien más difícil de encasillar. Sin embargo, el gobernador electo tiene un vínculo personal de años con Massa. Por ejemplo, en 2013, cuando Llaryora enfrentó a Schiaretti en internas, lo hizo con el sello del Frente Renovador. Dos años después, Massa fue candidato presidencial con De la Sota como compañero de fórmula.
"Es un gran dirigente y un gran pibe", le dedicó Massa a Passerini en la noche del domingo victorioso. "Se ve que no sabe mi edad", bromeó el intendente electo, de 58 años. Para cualquier peronista cordobés, la primera reacción siempre es diferenciarse de todo lo que esté relacionado con el kirchnerismo. En diálogo con El Destape Radio, Passerini lo explicó en referencia a la Resolución 125. "Córdoba es una provincia que produce mucho en materia agropecuaria, se llevan toda la guita en retenciones y no vuelve nada ni en regalías", sostuvo. No es exactamente lo que comentan en la Casa Rosada, donde aseguraban que en pocos gobiernos se deben haber destinado tantos recursos nacionales como éste a Córdoba. “Buena parte de la victoria tiene que ver con los recursos que volcó el gobierno nacional, pero que fueron recursos materiales que no supimos aprovechar en términos simbólicos”, coincidió Carro.
Por lo demás, el de Passerini es un discurso peronista. Médico de profesión, relató que todos los lunes atiende en barrios populares en colaboración con el trabajo de los curas villeros. "Los que están alejados del peronismo son otros peronismos provinciales que no hacen nada para combatir la pobreza", se atajó el intendente electo, sin especificar a quién hacía referencia. El perfil anti K del peronismo cordobés podría diluirse con la candidatura de Massa, un candidato moderado que suele plantear una mirada afín al del PJ de la región centro, región en la que Unión por la Patria necesita con urgencia mejorar, como mostraron las elecciones en San Juan, San Luis, Santa Fe y Córdoba.
"Sergio puede cambiar esta situación, tenemos que ser inteligentes y militar", opinó Carro. Según los sondeos que maneja la dirigencia cordobesa, por ahora a Massa no le dan bien los números en la provincia. Para intentar modificar la situación, están planeando un par de visitas para los próximos días. La primera podría ser el martes que viene, dependerá de si el ministro puede ordenar su agenda. En la mesa provincial massista trabajan intendentes como Martín Gill, Fabián Francioni y la legisladora Tania Kyshakevych, quienes tienen como contacto al ex intendente de Hurlingham, Juanjo Alvarez, quien se convirtió de nuevo un operador todoterreno del Frente Renovador. Uno de los encuentros, organizado por Carro, será con los rectores de las universidades nacionales con asiento en la provincia.
Días atrás, la dirigencia del Frente Peronista Cordobés encabezada por el ex senador y actual vicepresidente del Banco Nación, Carlos Caserio, fueron recibidos en la Casa Rosada por el jefe de Gabinete y candidato a vicepresidente, Agustín Rossi, para expresarle su respaldo a la fórmula de Unión por la Patria. La lista de diputados nacionales de UP para las generales de octubre estará encabezada por los diputada Gabriela Estévez y el ex secretario de Derechos Humanos Martín Fresneda, que aspiran a conseguir la renovación de las dos bancas en juego. A Carro, en tanto, le queda mandato por otros dos años. Las diferentes expresiones del peronismo en Córdoba que esperan reunirse en un futuro no muy lejano.