El debate de Bullrich y el aprendizaje para el próximo domingo: cruzar a Milei y afinar con Massa

La candidata desperdició algunos momentos para atacar al candidato de Unión por la Patria e incluso le tiró un centro en el mano a mano. El cruce con el libertario fue lo más destacado de una noche que la tuvo limitada por una gripe larga.

03 de octubre, 2023 | 00.05

Engripada y con la garganta sensible, Patricia Bullrich se paró en el escenario de la Universidad de Santiago del Estero para participar del primer debate presidencial de cara a las elecciones 2023. “Sólida”, así se vio, en líneas generales, a la candidata. Sin embargo, en algunos pasajes, en especial los destinados al kirchnerismo, pudo haberse movido mejor. Desperdició momentos, dio un centro innecesario y su fuerte pasó por la propuesta que dejó - el fin a las huelgas docentes -, momento en el que también cruzó a Javier Milei. Todos aprendizajes para el próximo domingo.

Patricia no pudo lograr la soltura esperada en materia económica. Fue un tópico muy ensayado, sobre todo porque serviría para atacar a Sergio Massa, ministro del área en cuestión. Solo hubo un momento a destacar, cuando le señaló ser el "peor" funcionario de la historia al frente de dicha cartera y que, por consiguiente, no podría ser un buen presidente. Se celebró como un buen pasaje.

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Pero hubo un error que la descolocó. Una mala lectura de los apuntes, un trabalenguas que salió mal. Practicó que sin inflación los argentinos pueden comprarse una casa, pero dijo lo contrario. Eso la sacó de eje y empezó a tartamudear. El hecho de haber estado engripada toda la semana, con remedios para intentar llegar, fue tomado como un factor importante a la hora de hacer conclusiones. Al no estar al 100%, salió airosa aunque con cosas para mejorar. Sin embargo, otros dirigentes no hicieron tanto foco en esta debilidad clínica.

Lo cierto es que se la notó incómoda y claramente fue el peor de sus segmentos. De hecho, “la pregunta a Massa” apareció como el momento a cambiar de cara al domingo que viene. Más que un interrogante, fue un centro. Le cuestionó si “mejor que decir es hacer” y el candidato de Unión por la Patria recibió la pelota con una sonrisa. Se leyó que la ocasión debió haber sido aprovechada para lograr un golpe de efecto fuerte, pero generó lo opuesto.

Por ahora, los mensajes iniciales aparecieron contradictorios. Se vio una flaqueza a la hora de atacar al kirchnerismo pero, al mismo tiempo, uno de los dirigentes que viajó para acompañarla analizó que "no hace falta pegarle mucho más" al ministro de Economía porque la "propia realidad" ya lo hace. Celebró que Patricia haya mostrado "inconsistencias" entre la propuesta de encarcelar a evasores y el viaje de lujo de Martín Insaurralde (el único momento en que intentó colar el tema), y vaticinó que el domingo será mejor porque hasta ahora sólo pasó el "precalentamiento".

Afinar los ataques a Massa

La performance contra Massa fue lo más flojo de la noche. La estrategia pasó por acusar al postulante de Unión por la Patria de ser el virtual presidente y, por lo tanto, autor de la delicada situación actual. Pero no lo pudo capitalizar y perdió momentos interesantes para golpear al gobierno. Incluso, sucedió lo contrario. Massa contraatacó con la deuda con el Fondo Monetario Internacional tomada por Mauricio Macri –a lo que Bullrich respondió de forma rápida, casi acusándolo de aburrir a la gente– para luego recordarle su recorte del 13% a jubilados durante la crisis del gobierno de Fernando De La Rúa.

Patricia no pudo más que sonreír. Sin chances de responder, se guardó y no tocó el botón rojo para el derecho a réplica. Se creyó, sin embargo, que el famoso 13% ya perdió el efecto que pudo tener en otro momento, pero se la vio incómoda con ese cruce imposible de contestar.

Sergio Massa y Patricia Bullrich en el primer debate presidencial.

Ya con conocimiento de la dinámica, el 8 de octubre, en la Facultad de Derecho de la UBA, Bullrich podrá volver a retomar la economía bajo el eje de trabajo y producción, el segundo bloque a debatir el domingo. Con el riesgo, claro, de recibir números de baja de desempleo contrastados con la gestión de Cambiemos. Su fuerte, claramente, estará en la seguridad, el primero de los ítems de la próxima semana.

Cómoda con el discurso de seguridad

Este domingo buscó su guiño a las fuerzas armadas y de seguridad cuando abordó el bloque de derechos humanos. Ella sola quiso abrir el eje temático hablando de su pasado en Montoneros, anticipándose a una pregunta que nadie le hizo. “Organizaciones juveniles”, les dijo. Pero la clave llegó en un cruce con Myriam Bregman, cuando Bullrich “abrazó” y “homenajeó” a los gendarmes del caso Santiago Maldonado, desaparecido y muerto durante un operativo represivo en la Patagonia. “Es su fuerte”, se dijo.

La familia militar cosecha alrededor de un millón de votos y está disputada con Victoria Villarruel, la vice de Javier Milei que se reunió con represores y decidió rendir homenaje a las víctimas del “terrorismo”, no para reivindicarlas a ellas sino al proceso genocida.

Cruces efectivos con Milei

El cruce con Milei fue, tal vez, el poroto que se anotó Patricia en una deslucida actuación en el debate. Los consultores suelen decirle que no se enfrente al libertario no sólo porque de allí podría sacar votos sino porque tiene que recuperar algunos que volaron hacia estas filas. Pero en esta ocasión decidió pelearle.

Eso estuvo previsto en las prácticas. Bullrich siempre pensó en hacer un juego a dos puntas, ir contra Massa por la economía y apuntar contra Milei por su soledad y proyecto impracticable. El mejor momento para la candidata fue, justamente, cuando dejó en evidencia que el plan del voucher para la educación pública es imposible. Le dijo que sólo podría practicarse en la Capital Federal y le remarcó su desconocimiento sobre la realidad argentina, con escuelas en medio de páramos o en pueblos pequeños a los que no llegaría ningún privado ni alcanzaría ningún voucher. Ese episodio fue el más destacado, incluso adentro. Y la confrontación con Milei se tomó como algo a favor. Le sumó.

En líneas generales, salvo el error y las trabas en materia económica, la vieron “sólida”. Tuvo una propuesta y lanzó alguna chicana, aunque desperdició el escándalo del fin de semana protagonizado por Insaurralde. Una vez más, estuvo renga la pata para pegarle al kirchnerismo. Se encargó, además, de reforzar el vínculo con la UCR al defender a Gerardo Morales, acusado de represor por Bregman. Una unidad que Patricia necesita mantener.

Este punto fue destacado por Diego Santilli, que viajó para acompañarla durante el debate. El larretista más comprometido con la campaña de Patricia. Dijo haberla visto firme, destacó el cruce con el libertario por la educación –que ella propuso convertir en servicio esencial-, celebró que haya mencionado a Carlos Melconian como parte central de su equipo económico y lanzó una especulación.

Como en las últimas semanas, Juntos por el Cambio buscó instalar la idea de un pacto entre Massa y Milei. Ya sea porque el libertario no acompañó a la alianza con la reforma de la ley de alquileres o porque votó a favor de la eliminación del impuesto a las Ganancias para trabajadores. En este caso, Santilli habló de “sintonía” entre ambos, que claramente polarizaron y protagonizaron parte de la noche por ser los candidatos con más chances de ingresar al balotaje.

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