En un estudio armado en el subsuelo de la sede del PRO, sobre la calle Balcarce, Patricia Bullrich se preparó para el primer debate presidencial. Junto a su equipo, apostó a apuntalar los tiempos, los objetivos de sus embestidas discursivas y su autenticidad. Encontró puntos fuertes y débiles, no en lo conceptual sino en lo retórico y apostará a ser la mejor a la hora de replicar. La velocidad para responder será uno de los pilares.
El problema central de Patricia será el tiempo. Por eso, su equipo se encargó de intentar - y practicar - que los conceptos que quiera comunicar para cada eje temático quepan en los dos minutos por reloj que tendrán los candidatos. Como dirigente de la vieja guardia, sus discursos suelen ser más extensos que breves, por lo que esa será su debilidad. Lograr comunicar con el corsé impuesto por las reglas.
Para el debate de Santiago del Estero, tendrán un minuto para presentarse y, luego, abordar los ejes temáticos que serán economía, educación y convivencia democrática. Sobre ellos deberá explayarse en dos minutos, para cada uno, y tendrá, durante toda la noche, cinco posibilidades de derecho a réplica y réplica de la réplica. Cuando se sienta agraviada o "tocada", podrá apretar un botón rojo para confrontar directamente. Ese será el punto fuerte de Patricia.
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Se espera que la candidata de Juntos por el Cambio sea muy buena a la hora de confrontar con sus pares, tanto por su velocidad para responder como por su experiencia a la hora de debatir. Para su equipo, la mejor Bullrich es la auténtica, la que costó encontrar en el segundo tramo de la campaña. Por lo tanto, no se buscó couchearla ni entrenarla en las formas. Se evitó, por el contrario, que pueda estar atada a una estructura para garantizar la soltura y la espontaneidad. Lo cual puede dar lugar a toda clase de declaraciones.
Las fortalezas y debilidades no aparecieron desde el contenido, lo que deja en evidencia, una vez más, el carácter de "show" de este tipo de presentaciones en la que es muy difícil profundizar en propuestas y sólo queda lugar para títulos o rulos originales que permitan destacar al candidato.
Esto, sin embargo, no quiere decir que no haya una preparación en los ejes temáticos. Los equipos técnicos se encargaron de proporcionar información para cada una de las áreas y el consultor Dereck Hampton fue el armador de la estrategia general. Alberto Fohrig, el coordinador de los equipos de gobierno de Bullrich se ocupó de bajar ese contenido a la candidata, mientras que el acuerdo de las reglas corrió por cuenta de Martín Siracusa y Cristian Larsen. Juan Pablo Arenaza, jefe de campaña, estuvo también en todo momento.
Durante el debate, más allá de intentar comunicar sus ideas y propuestas, Patricia concentrará sus ataques en los dos candidatos con los que empató técnicamente, Sergio Massa y Javier Milei. La confrontación con el libertario será una novedad pero los argumentos se parecerán mucho a lo que se empezó a mostrar hace un par de semanas, cuando terminó la luna de miel entre ambos.
Después de varios meses de coqueteo, el libertario y la jefa del PRO se distanciaron. Milei la acusó de haber armado operaciones en su contra, Bullrich lo señaló por violento y por falta de equipos, el doble juego de Mauricio Macri generó más chispazos y, por si faltaran condimentos, denunciaron que ambos candidatos de derecha tenían vínculos o necesitaban al kirchnerismo para destacarse.
El domingo habrá una confrontación con Milei, básicamente orientada a su soledad, su falta de equipo, de capacidad y de mayorías en el Congreso. Sin esa estructura o los votos necesarios para afrontar leyes y cambios profundos, los "cambios" propuestos por el libertario no serán más que "espejitos de colores". Entonces, le pedirá que deje de venderle mentiras a la sociedad, sobre todo después de notar la marcha atrás en muchas de sus promesas de campaña en las PASO.
Milei, que se quedó con el concepto de "cambio" frente a proyectos políticos que fracasaron, será blanco de la duda. Se dirá que su promesa de transformación es completamente falsa y que la única manera de poder generar un giro de 180º es con Juntos por el Cambio, con experiencia, equipos y una importante representación parlamentaria.
La pelea contra Sergio Massa será mucho más previsible. La campaña de Bullrich se centró en el antikirchnerismo y el anti gobierno del Frente de Todos, por lo que no podía faltar la puja con el candidato de Unión por la Patria. El spot en el que se prometió una cárcel llamada "Cristina Kirchner" dejó en claro que, más allá del peligro Milei, el verdadero enemigo para Juntos por el Cambio está en el peronismo.
A Massa se lo atacará por su presunta condición de "virtual presidente", de dueño de la inflación de tres dígitos y se le achacará el no haber hecho las trasformaciones prometidas en campaña mientras estuvo en el Gobierno. Por lo tanto, como con el libertario, el objetivo será dejarlo como otra falsa promesa de cambio para bien.
La inauguración de los debates tendrá lugar en la Universidad Nacional de Santiago del Estero. Los cinco atriles, de izquierda a derecha, estarán ocupados por Myriam Bregman, Sergio Massa, Patricia Bullrich, Juan Schiaretti, y Javier Milei, en ese orden. La candidata de la Izquierda abrirá el bloque de presentaciones; el libertario lo hará con economía; el de UP con el de Educación; la de Juntos por el Cambio con el de Derechos Humanos y Convivencia Democrática; mientras que el cordobés será el primero en cerrar.