Eran casi las diez y media de la noche, Patricia Bullrich hablaba en el escenario rodeada de algunos dirigentes cercanos y, pocos metros más allá, donde ella no podía ver, ya habían arrancado a barrer la alfombra del predio ubicado en Parque Norte. Para las 23, ya no quedaba casi nadie. Las copas con vino y los vasos con cerveza quedaron huérfanos de festejo. Juntos por el Cambio no sólo había perdido las elecciones 2023, sino que había quedado muy detrás. Naufragó en provincias propias, se quedó sin intendencias cómodas para la alianza y retrocedió fuertemente en el Congreso.
Antes de subir al escenario, todavía impactada por el resultado, Bullrich mantuvo algunas reuniones en la "sala de situación" ubicada en el reservado del búnker. La primera fue con Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta. La segunda, junto a Gerardo Morales, Martín Lousteau, Graciela Ocaña y el candidato a vice, Luis Petri.
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Después de esos mitin reducidos, Patricia salió al escenario. Claramente, se analizó la postura a adoptar en el primer y determinante discurso post derrota. El tropezón no evitó que la candidata fallida enunciara una arenga antikirchnerista. Es que en los minutos iniciales, Juntos por el Cambio vio, en segunda vuelta, una victoria de Sergio Massa. Por eso, Bullrich mantuvo su identidad y se buscó fortalecer como oposición.
¿JxC mantendrá la unidad?
A diferencia de las PASO, sólo dos candidatos hablaron desde el escenario, Patricia y Jorge Macri. Si bien Rogelio Frigerio triunfó en Entre Ríos, la CABA fue el oasis de un Juntos por el Cambio golpeado. Como en las PASO, se repartieron alfajores negros Jorgito. Pero la alegría no fue la misma. El porteño fue el único que se llevó los cánticos y el momento de alegría fingida porque, desde arriba del escenario, no pudieron ocultar las caras de velorio.
Ambos dirigentes marcaron lo mismo, la unidad de Juntos por el Cambio, y repitieron los mismos "valores" de siempre, aquellos que la sociedad decidió no acompañar. Pero una ausencia notoria llamó la atención: "¿Los radicales ya se fueron?". La verdad, hubo poco referente de la UCR en ambos escenarios, pero estuvieron en Parque Norte.
En plena intención de unificación en el Congreso, Lousteau -junto a su partido- y Morales llegaron al búnker sobre el filo de la noche, antes de los discursos. No se subieron al escenario, pero estuvieron. Les pidieron que se acercaran al predio para conversar sobre la situación nacional. Sin embargo, no los convocaron para hacer lo mismo por la CABA. Tampoco se lo pidieron a Ocaña, pero ella sí subió.
Nunca hubo una buena relación entre el macrismo y los radicales. En líneas generales, Macri siempre detestó a la UCR, siempre consideró que le debe su existencia competitiva y hasta la calificó como "populista". En la Ciudad, Jorge siguió con una línea distante y no buscó convocarlos. Pese a la foto de unidad mentirosa el jueves, no hubo amor entre los dos sectores que pujaron por gobernar la Ciudad en nombre de JxC.
Los primeros gestos de molestia. Y todavía no arrancaron los posicionamientos de cara al balotaje. En una reunión privada, hace un tiempo, entre Bullrich y Morales, el jujeño le describió a Javier Milei como "la noche más oscura", dejando en claro que la UCR - o buena parte de ella - no acompañaría al libertario. No fue casual que Massa, en su cierre de jornada, convocara a quienes votaron en blanco, al schiarettismo, a la izquierda y a los radicales.
La sorpresa
El resultado (36,64 para Unión por la Patria; 30,02% para La Libertad Avanza; y 23,83% para Juntos por el Cambio) sorprendió a más de uno en el búnker de la alianza. Unas horas antes de conocer los primeros números oficiales, todavía se confiaba en que Patricia entraría segunda, detrás de Massa, a la pelea de noviembre.
Por eso, cuando se tuvieron los datos en la mano, el reservado del búnker recibió el golpazo. Ante el desconcierto, se eligió por no caer en la tristeza total y los presentes aplaudieron a Bullrich. Hernán Lombardi, un hombre de Macri, la abrazó cual padre que consuela a su hija después de un traspié. "El fin de la historia", se dijo para dar por sellada la jornada.
Las tendencias, sin embargo, llegaron antes. Cuando apenas se calentaban los motores, Juntos por el Cambio dejó desfilar algunos voceros. A diferencia de las PASO, con una ausencia total de dirigentes, esta vez el búnker estuvo colmado para mostrar una tendencia favorable. Pero se pautaron algunas conferencias que no se dieron.
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En una sala aparte, se había montado un espacio para entablar un mano a mano con la prensa. El jefe de la campaña nacional de Patricia, Juan Pablo Arenaza, tenía previsto brindar unas palabras cerca de las 19 pero fueron canceladas. Primera señal de alarma. La segunda empezó a sonar poco después, con las primeras mesa testigo.
Es que no sólo se perdieron las presidenciales, sino poder de fuego. Juntos por el Cambio tuvo que soltar intendencias clave como Lanús, tierra del candidato a gobernador de Bullrich, Néstor Grindetti. Allí, Diego Kravetz, el postulante a la alcaldía, sacó ocho puntos más que Patricia pero no alcanzó.
Fue tan malo el desempeño que Grindetti terminó peleando con Carolina Píparo. La presidenciable lo empujó hacia abajo. Pero no fue el único municipio. También perdieron, hasta el cierre de esta nota, con casi el 98% de mesas escrutadas, Bahía Blanca, Azul, Olavarría y La Plata. Pero, además, extraviaron 24 diputados, pasando de 116 a 92.
El Congreso y la representación federal
La Cámara Baja quedará integrada por la primera minoría de Unión por la Patria, con 105 legisladores. Un número mucho menor al actual, de 118, pero mayor al conseguido en las Primarias. La Libertad Avanza tendrá 41 representantes. Si Massa lograra imponerse en noviembre, no le debería costar entablar algún acuerdo con distintos sectores alejados a Milei.
El Senado fue escenario de otra catástrofe para la coalición. Con la elección, perdieron nueve legisladores y pasaron de 33 a 24. Les fue mal en provincias como Jujuy y Formosa, donde quedaron terceros cómodos. La Libertad Avanza les hurtó esas bancas. De cero, pasará a 8 en la Cámara Alta: triunfaron en Formosa (1), en La Rioja (1); Jujuy (2); en San Juan (2) y en San Luis (2).
Tanto San Luis como San Juan fueron vendidas como parte de la ola del cambio y la renovación de la mano de Juntos por el Cambio. Perdieron bancas en ambas. Y la tradicional Jujuy no pudo remontar, quedando en un penoso tercer puesto. Juntos por el Cambio sólo pudo elegir dos senadores, uno en Buenos Aires y otro en Misiones. Unión por la Patria mantuvo el número.
La incógnita pasará por el futuro de la alianza. Como se dijo, la UCR no acompañaría a Milei; se espera que el larretismo tampoco lo haga y que la Coalición Cívica se abra de esa opción. La duda será el nivel de incentivo y militancia en favor de Massa. Algunos podrían inclinarse sin problemas, pero otros parecieron encontrarse en una situación difícil.
En 2003, Elisa Carrió definió que su partido acompañaría a un candidato, Néstor Kirchner, pero "con reserva moral". Esa fue la única vez que rompió la neutralidad. Si bien no fue afinada la posición, no sería la excepción. Lilita no va a estar junto a Milei, pero tampoco al lado de Massa, a quien tiene entre ceja y ceja. Probablemente, se opte por dar libertad de acción. Lo mismo en algunos sectores del PRO.
Si no se eligiera, por parte de algunos (básicamente, Macri), un alineamiento claro con el libertario, tal vez la posición neutral ayude a Juntos por el Cambio a sobrevivir. Si eso no ocurriera, las perforaciones serían más profundas. Pero todavía es muy pronto para un análisis así.