Cambiemos: propuestas combativas, acuerdos y el mapa de la guerra

El jefe de Gobierno apostó por reforzar una construcción conservadora, con fuerte perfil combativo. La ex ministra de Seguridad decidió dar la batalla en todo el país y sorprendió con su armado. La difícil tarea de diferenciar proyectos sin transformarlos en excluyentes.

25 de junio, 2023 | 01.07

Del podio de tres, Juntos por el Cambio apareció como la alianza con la interna presidenciable más feroz para el 13 de agosto. Se conformaron listas diferentes en casi todos los distritos y el principal problema de la coalición, de cara a las PASO, será la propia coalición y sus peleas corrosivas. Las discusiones hirientes de la previa seguirán en las urnas y la fuerza opositora se encontrará con la difícil misión de transferir votos del ganador al perdedor después de construir proyectos mutuamente excluyentes desde lo discursivo.

Los armados de Patricia Bullrich y de Horacio Rodríguez Larreta sorprendieron. El de la primera se convirtió en una propuesta más diversa y el del segundo mostró un perfil fuertemente conservador, orientado a la extrema derecha. Una demostración práctica de la batalla mediática sobre el “coraje” y el “carácter”.

Una construcción que alejó al jefe de Gobierno de la posición de “centro” y lo encajó en una interna entre dos proyectos duros. El mandatario capitalino apostó por llenar sus fórmulas más importantes y sus listas más significativas con exponentes del status qúo que, a diferfencia de su competidora, tendrá una fuerte inclinación conservadora pero sin hacer estallar todo por los aires.

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Con la creencia de que “la sociedad no se suicida”, el armado del larretismo deberá apuntar a la firmeza con mantenimiento de lo ya conquistado por los sectores de poder. Con esa postura, se apuntará a ganarle al bullrichismo y a Javier Milei para llegar a un mano a mano con la propuesta de Unión por la Patria. Una pelea por el mantenimiento del status quó con ascendentes diferentes.

La ex ministra de Seguridad apostará por su construcción territorial, que sorprendió en el cierre de listas por su extensión y su composición variada. Según se anticipó, será una pelea entre el armado a pulmón y el aparato del capitalino. Entre la proclama del orden, con anteccedentes como botón de muestra, y la ejecución del orden mediante el poder de gestión actual. Entre la “experiencia” a la hora de conducir un distrito y la no experiencia.

Los dos partidos mayoritarios de la alianza se dividieron para identificarse, en mitades, con cada uno de esos proyectos. Por lo tanto, el enfrentamiento no será solo amarillo sino también centenario. El PRO ya mostró su batalla sangrienta y la UCR se embarcó en una pelea que se terminará de sellar en diciembre, con la elección de una nueva conducción.

La disputa boina blanca mostró algunas molestias como, por ejemplo, la no postulación de Facundo Manes y, con ella, el sueño trunco de tener un candidato propio y abandonar el título de “furgón de cola” del macrismo.

Ese malogro se apuntó en forma pública, casi como una recriminación a la conducción por encolumnarse atrás del macrismo. Pero el neurocientífico acordó y puso nombres de su sector en la nómina de Martín Lousteau en la CABA y en la de Diego Santilli en Buenos Aires. Como para agrandar su círculo de influencia pensando en un 2027.

Sin embargo, la UCR logró algo que no pudo en 2015. Una representación más pareja en las postulaciones ejecutivas. Tanto en la Nación como en Buenos Aires, el macrismo tuvo que garantizarle el segundo lugar al radicalismo para diferenciarse de la gestión de Mauricio Macri, evitar los malhumores generados por esa disparidad en los lugares de poder. Incluso le debió abrir la PASO en la intocable CABA.

Con ese telón de fondo, Cambiemos se enfrascará en una batalla feroz por intentar diferenciar dos proyectos que se mostraron extremos y que tendrán, por fuera, la propuesta de un Milei cuya edificación apareció como en proceso de derrumbe. Allí seguramente quedarán heridos pero, sobre todo, quedará una distancia entre ambas ofertas que, tras la PASO, deberá achicarse o, de lo contrario, mantenerse para contribuir a una elección general dificultosa.

No será sencillo y quedó claro en la misma noche del cierre. En Córdoba no se pudo garantizar la lista de unidad. Bullrich se aprovechó de la debilidad que mostró Larreta en los sondeos y del rechazo que generó su intención de sumar a Juan Schiaretti en medio de una campaña provincial.

Un histórico, como anticipó El Destape, quedó afuera de la lista. Mario Negri recibió el agradecimiento del jefe de Gobierno por pelear por la unidad hasta el final, pero la precandidata quiso dejar en claro su superioridad en la tierra que le dio proyección nacional a Cambiemos y no apostó por la síntesis.

Sin embargo, la confluencia se buscó en algunos distritos claramente con la intención de mantener lo propio o de no complicar una posible victoria de Cambiemos frente al peronismo gobernante. Mendoza consiguió la unidad a nivel país. Allí, las elecciones irán desdobladas de las nacionales pero la no división será importante en la propuesta de Alfredo Cornejo para pelear contra Omar De Marchi. La elección del vice de Bullrich también se orientó a ayudar a su gran socio radical al elegir a su contrincante en la PASO, Luis Petri, con la intención de fidelizar el 40% de los sufragios que éste aportó en la interna.

Otro de los distritos fue Entre Ríos, donde habrá PASO entre el PRO y la UCR pero se logró la unidad nacional. Allí la figura fuerte será Rogelio Frigerio, precandiato a gobernador que logró aglutinar al macrismo, toda una proeza. En Corrientes se dio el escenario previsible, la fortaleza del gobernador Gustavo Valdés llevó a la unificación y no hubo división para uno u otro bando, algo que quiso el bullrichismo. Formosa, una pieza clave en la lucha de la alianza, tampoco los encontrará juntos.

El Chaco mostró otra intención de la alianza para las generales provinciales. Después de haber hecho una gran PASO frente a Jorge Capitanich, se apostó por la unidad. Evidentemente, será una provincia considerada “peleable” por la oposición. Escenario similar para Chubut, donde el senador Ignacio Torres apareció como una figura fuerte después de una pre-interna difícil.

En CABA no habrá uniformidad en Juntos por el Cambio ni a nivel nacional ni a nivel local,  pero el macrismo terminó con sus disputas para encolumnarse detrás de Jorge Macri y enfrentar a Martín Lousteau. El dirigente de la UCR aseguró la integración de Graciela Ocaña, del socialismo, el GEN y, entre otros, del radicalismo de Facundo Manes mientras que los amarillos incluyeron a la Coalición Cívica y al espacio de Ricardo López Murphy. Los socios quedaron divididos en dos nóminas nacionales para, luego, integrarse en caso de conseguir el piso del 20%.

Tampoco se consiguió la amalgama en Buenos Aires. Además de las boletas provinciales encabezadas por Néstor Grindetti del bullrichismo y Diego Santilli del larretismo, sólo se logró síntesis en dos municipios. La característica común fue la propiedad de las localidades, aunque se trató de un número muy bajo teniendo en cuenta que el macrismo gobierna 22 distritos y Cambiemos, en total, 59.

En Vicente López no habrá internas. Jorge Macri mantuvo su línea con la postulación de Soledad Martínez, quien lo reemplazó cuando éste migró a la CABA para preparase para la jefatura de Gobierno. La propuesta le dio lugar al PRO, la UCR, Avanza Libertad, Republicanos Unidos, AVC y UNIR, entre otros. Amplitud.

También se aseguró la falta de PASO en General Pueyrredón para garantizar la reelección de Guillermo Montenegro. El conductor de la Costa había pedido respetar el esquema de la V para que los caciques no tuvieran que enfrentar internas producto de la pelea nacional, como pidió Mauricio Macri, pero no lo consiguió. Bullrich quiso dar la batalla en los distritos y el alcalde sonó, en su momento, como compañero de fórmula pura de Santilli pero quedó en el camino.

Como en la provincia más poblada del país, tampoco habrá concordancia en Tierra del Fuego, Tucumán, Santa Fe, Neuquén, Río Negro, La Pampa, Santa Cruz, San Luis, Misiones, Formosa, Santiago del Estero, La Rioja, Catamarca, Salta, San Juan y Jujuy. Esta última será, juto a CABA, uno de los distritos gobernados por Juntos por el Cambio que no apostó por la síntesis. Gerardo Morales jugará a pleno con la lista que encabeza a nivel nacional y no hubo lugar para el bullrichismo, como tampoco lo hubo en la sorpresiva San Luis. Casi como un vuelto por el cierre de puertas de Patricia en Córdoba.

En cada uno de los territorios, con cada una de las boletas, los precandidatos presidenciables le dieron renglones jugosos a sus socios más cercanos. Por lo tanto, cada uno reforzó la alianza con diferentes sectores miembro de Juntos por el Cambio que después de las PASO deberán integrarse según los pisos establecidos y, por lo tanto, dejar afuera o en menor proporción a algunos que podrían haber tenido lugares asegurados en caso de existir la unidad.