Se acerca el balotaje 2023 de las Elecciones presidenciales en Argentina, un evento crucial que se llevará a cabo este domingo 19 de noviembre. Los ciudadanos argentinos se preparan para elegir al nuevo presidente por los próximos cuatro años entre los dos candidatos más votados en la primera vuelta: Sergio Massa (Unión por la Patria) y Javier Milei (La Libertad Avanza).
En el contexto de estas elecciones, surge una pregunta relevante: ¿cómo se cuenta el voto en blanco en el balotaje? Esta inquietud cobra especial importancia ante las últimas encuestas que sugieren un posible aumento significativo en el porcentaje de votos en blanco.
¿Cómo se cuenta el voto en blanco en el balotaje 2023?
En el balotaje, el voto en blanco se cuenta de la misma manera que en la primera vuelta, es decir, se registra por separado y no se suma al porcentaje de votos afirmativos. Es importante aclarar que el voto en blanco es considerado un voto válido, aunque no respalda a ningún candidato específico. Representa una forma de expresión por parte del electorado, mostrando disconformidad con los candidatos presentados y sus propuestas.
Aunque es un voto válido, no contribuye directamente al porcentaje necesario para que un candidato gane. Un alto porcentaje de votos en blanco puede interpretarse como una señal de descontento generalizado hacia los candidatos más votados. Sin embargo, el impacto directo del voto en blanco en el resultado final del balotaje es limitado, ya que no se suma a los votos afirmativos. Distinto es el caso del voto nulo o impugnado, que no se cuenta como válido, aunque en la práctica tenga para muchos un significado similar.
Las encuestas actuales sugieren que el porcentaje de votos en blanco podría variar entre el 5% y el 10%. Esta cifra, aunque significativa, no determina directamente el resultado del balotaje, pero sí reflejaría una postura crítica de una parte del electorado.
¿A quién beneficia el voto en blanco?
El voto en blanco, al ser una expresión de disconformidad, puede influir indirectamente en la percepción pública de los candidatos. No favorece directamente a ninguno de los candidatos, pero puede ser un indicador del clima político general. En algunos casos, un alto porcentaje de votos en blanco puede ser interpretado como una falta de legitimidad de los candidatos.
La legislación electoral argentina establece claramente cómo se deben contar y considerar los votos en blanco. En términos prácticos, un voto en blanco no cambia la dinámica de la elección, pero sí envía un mensaje político. Sin embargo, en un balotaje también se suele decir que el voto en blanco "favorece" al ganador ya que potencialmente le quitaría votos a quién salió perdedor. Dado que el balotaje se define por quién saca más votos afirmativos (es decir, el total de los votos válidos sin contar el voto en blanco), si un porcentaje que se expresó de esta manera hubiese modificado su voto hacia uno de los dos candidatos, podría haber inclinado el escenario electoral, especialmente en elecciones muy parejas.