“Si no es todo, es nada”. Fundido a negro. El 9 de julio saldrán al aire los spots electorales y la pieza central de Patricia Bullrich apuntará al cambio profundo de la Argentina, las reformas totales a como dé lugar, sin correrse ni un centímetro de su posición confrontativa, de coraje y firmeza. Habrá, además, mucho foco en la seguridad y un cierre que será casi el slogan de campaña: “Conmigo esto se acaba”.
El spot fue visto por 200 dirigentes de todo el país que llegaron el jueves a Pilar Palace para el lanzamiento formal de la precandidata a la presidencia. Un mensaje a los más duros para encarar la primera etapa de la estrategia, la de las PASO. Con la masa de votantes consolidados del macrismo y de Juntos por el Cambio, se calculó que Bullrich debería tener lo suficiente para ganarle la interna a Horacio Rodríguez Larreta.
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Con el concepto de “ir a fondo” para conseguir el cambio, Bullrich se enfocará en una importante cantidad de reformas, el cierre de algunas empresas del Estado y la confrontación contra el sindicalismo, por mencionar algunos puntos de un plan más amplio. En caso de ganar la elección y ser gobierno, esas transformaciones tendrán lugar sí o sí. Si los votos no están en el Congreso, por consulta popular o por Decreto de Necesidad y Urgencia.
Se empezó a hablar de cerrar algunas instituciones estatales para liberar el peso del gasto público y destinar esos recursos a generar mejores condiciones para que los privados puedan generar empleo porque la planta estatal no debería ser la solución para la creación del mismo. Con esa lógica, en la planificación volvió a aparecer un patrón ya ensayado, el de ir por aquellos sectores que generaron una movilización sindical importante para defender los derechos y el poder adquisitivo de los trabajadores.
Dentro de los objetivos, volvieron a figurar los medios públicos. La agencia Télam, inicio de las políticas de vaciamiento y despidos masivos durante la gestión de Mauricio Macri, estará entre los renglones a ajustar. Con la administración de Hernán Lombardi hubo más de 350 despidos, la toma del edificio y la orden judicial de reincorporar trabajadores después de meses de lucha.
Radio y Televisión Argentina también será “dinamitada” en caso de avanzar este proyecto. En el primer caso, para despolitizar el medio, generar una suerte de programación externa, producida por fuera, por privados, pero mantener algunos noticieros con la lógica del presentador de noticias sin ningún tipo de pensamiento propio ni comentarios editoriales. Entonces, habrá señal estatal pero con otro estilo, más tendiente a la convergencia entre distintos tipos de medios.
La radio, por su parte, enfrentará una reducción y volverá a tener un rol subsidiario del sector privado. Donde lleguen los prestadores del capital, que el Estado no intervenga. Si no llega ninguno, el Estado estará allí. Si hay más de una frecuencia pública en alguna capital, achicar. El argumento apuntará a intentar instalar la idea de proceso de “transformación” en el que será necesario cerrar algunas empresas y hacer más eficientes otras.
Pero en el listado de empresas a cerrar también se mencionó a Astillero Río Santiago, que este año cumplió siete décadas y, junto a Tandanor, construirá medios navales para la Armada Argentina. El astillero fue recuperado y en 2021 construyó y botó un barco como empresa que hace un trabajo poco usual y muy necesario para el desarrollo.
El viernes se realizará la botadura de la compuerta para el Dique de Carena 2 del Arsenal Naval Puerto Belgrano que se construyó íntegramente en la planta naval ubicada en Ensenada. Se trata del tercer artefacto naval que se envía al agua durante esta gestión para el posterior alistamiento final y que tiene como destinatario a la Armada Argentina. Durante el gobierno de Macri y María Eugenia Vidal, fue intervenido y los trabajadores fueron reprimidos.
Yacimientos Carboníferos Río Turbio es otra de las compañías que podría sufrir su clausura en caso de un triunfo de este modelo. De hecho, Iván Cachanosky dio unos argumentos que podrían alimentar esta intención. En una nota publicada en Clarín el año pasado, sostuvo que la empresa es “sumamente improductiva” y que sus ingresos genuinos “ni siquiera llegan a cubrir el 1% del presupuesto que necesita para operar”. También señaló como “preocupante” que casi “el 80% de los gastos de las empresas son salarios” y señaló “el monto de transferencias que recibió la empresa por parte del Estado”. En la gestión de Cambiemos, se redujo el presupuesto y se eliminaron las inversiones de capital.
Estos lineamientos, ya en trabajo, serán algunos de los que integrarán el mensaje destinado al núcleo duro necesario para ganar la PASO, sobre todo teniendo en cuenta el zigzagueo de Larreta, entre el discurso del consenso y el de la mano dura. Para el bullrichismo, nada mejor que el hecho de que el primer oponente vaya a librar una batalla en terreno ajeno.
Pero también habrá un mensaje para la sociedad en general con uno de los grandes caballos de batalla de Patricia, un tópico que también usó Horacio para arrancar la campaña en redes sociales: la seguridad. Se hará mucho foco en su ausencia, con distintos recortes de testimonios de víctimas en los medios de comunicación. El cierre, Bullrich con su clásico “conmigo esto se acaba”.
Después de las PASO empezará, en caso de ser la triunfadora, la etapa dos de la estrategia electoral, la de la ampliación. Algunos electores de su adversario interno seguramente se irán con ella pero la búsqueda de votos se hará dentro del bolsón que pueda cosechar el libertario Javier Milei. Pero, para eso, falta.
La construcción inicial será distinta a la de Larreta que decidió confrontar abiertamente con su contrincante con la muletilla “ah pero me tiembla el pulso”. En este caso, la ex ministra no buscará dedicarle a él su mensaje sino a los más combativos. Ignorar a Horacio. Pero ese vacío no implicará una disminución de la confrontación mediática. Cuando el jefe de Gobierno diga otra “barbaridad”, saldrán a responderle.
Porque la confrontación seguirá aunque los números manejados por Patricia la dejaron muy tranquila en la interna. En su universo, ella ganará la PASO y en todos lados está dos a uno arriba del capitalino. En ese contexto, cabe preguntarse cómo podría impactar un acompañamiento de Mauricio Macri, un dirigente importante dentro del votante consolidado pero con pésima imagen en la sociedad.
Si el larretismo ya lo vio operando enteramente a favor de Bullrich y si un sector del larretismo espera por un pronunciamiento público claro, el bullrichismo desconfía y, justamente por la consolidación de Patricia, no ve necesidad de apoyo. En todo caso, la decisión deberá tomarse en conjunto entre el lider y la precandidata.