La rosca por las listas nacionales en Santa Fe se centra en las internas entre el perottismo y Agustín Rossi, una disputa que ya pone en el horizonte la sucesión en la gobernación en 2023. El pasado viernes 9 de julio fue el cierre de listas locales a concejales, intendentes y comunas, que comenzó a despejar la cancha; y el 24 de julio serán las nacionales, pero la discusión está mezclada por la disputa entre el gobernador y la línea identificada con el ministro de Defensa.
Perotti quiere que fórmula de candidatos a senadores sea Roberto Mirabella y María de los Ángeles Sacnun. Mirabella es actualmente senador nacional y hombre del riñón del mandatario, busca ser reelecto en su banca y tiene aspiraciones para 2023, ya que en Santa Fe no hay reelección a gobernador. Sacnun también quiere refrendar su banca y tiene línea directa con la vicepresidenta Cristina Kirchner.
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Hace un mes, Perotti movió al tablero al presentar Hacemos Santa Fe, un espacio interno al peronismo que intenta emular lo que hizo Juan Schiaretti en Córdoba: un PJ autónomo de la conducción nacional, con características e identidad dentro de los límites de la bota. Ante todo, es una demostración de fuerza de Perotti hacia adentro del Frente de Todos santafesino, para juntar y ordenar una tropa propia en el territorio, porque llegó al poder casi sin estructura. El kirchnerismo y otras fuerzas con presencia territorial fueron las que le permitieron a Perotti, que no tenía otro soporte más que su propia impronta productivista y sus buenas relaciones con el sector agropecuario, llegar a la Casa Gris. Y quieren pasar a cobrar ese apoyo.
Cintura política
Ahora, el rafaelino quiere inventarse capacidad de maniobra, y que las diferentes tribus ni Buenos Aires sean los que le definan todo. Enfrente, tiene a la Corriente Nacional de la Militancia que le reclama haberlo puesto allí, pero también busca posicionar a sus propios referentes de cara a 2023. Además, según cuentan fuentes autorizadas del justicialismo, Alberto Fernández quedó "caliente" con Perotti por los desmarques en los temas de la prohibición de exportación carne, o la expropiación de Vicentin, en los que se despegó de la línea nacional para quedar bien con los sectores productivos. Esto podría influir en las definiciones.
La tensión es grande y tiñó todas las negociaciones hacia abajo, trasladándose a los cierres locales del último viernes, en los que ambos sectores inscribieron candidatos que disputarán internas en Rosario y Santa Fe. "Apostamos a armar listas como hicimos siempre, en todo caso el que tendría que haber entendido esa situación y dialogado es el perottismo", comentó a El Destape un hombre importante del rossismo provincial. Aprovechando que eran listas distritales, sin un ordenador provincial, las otras fuerzas privilegiaron el territorio en cada localidad y arreglaron con diferentes aliados más allá de la pelea de arriba.
En las dos ciudades más grandes de la provincia, la discusión fue muy fuerte y se reflejó en distintas alianzas. En Rosario, Perotti cerró con el massismo, Rossi con el Movimiento Evita y otras fuerzas más pequeñas como el Partido Solidario, Partido Comunista, Qué Te Pasa y algunos gremios y agrupaciones. La Cámpora va sola. En la ciudad de Santa Fe, el oficialismo cerró con el Evita, UPCN, la CGT y el sector de la bielsista Silvina Frana. El candidato de Rossi va solo en una lista ultra K. Fue un cierre adrenalínico y lleno de sorpresas.
Clamor
En este contexto, desde el sector de Rossi tratan de instalar por lo bajo que Mirabella-Sacnun no va a andar, y que van a terminar llamando al Chivo, en una suerte de "operativo clamor" para que vaya de senador. "Lo de Mirabella aparece como una opción de Perotti, pero no de todo el peronismo porque no es la que más mide. No es un problema de con quién va, es lo que pasa en todo el país. No alcanza solo con el sello y hace falta un nombre propio que potencie", tira un hombre de la Corriente. "Lamentablemente el perottismo no tiene un proyecto para trascender. Lo único que tiene en el horizonte es Perotti yendo de diputado provincial en el 2023 como hicieron Bonfatti y Lifschitz. Lo quiere posicionar a Mirabella como su delfín, pero me parece que no le da la nafta", lanza a El Destape otro dirigente que pidió estricto anonimato.
Todos saben que la lista al Congreso va a tener una voz de definición en el gobierno provincial y otro en el nacional, y cada uno tendrá que acomodar sus expectativas a eso.
El reparto en Santa Fe
Para encabezar esta lista también están dando vueltas los nombres del diputado provincial Leandro Busatto y el ministro de Gobierno Roberto Sukerman (Rossi), el senador provincial Marcelo Lewandoski (Bielsa), y el concejal rosarino Toniolli (Evita). El massismo tratará también de colar alguien en la lista, pero según se comenta, no tiene nada en el territorio. Las bancas en disputa son 9, y el reparto podría ser 4-4-1 entre el peronismo y Juntos por el Cambio. El escenario de tercios no parece una realidad probable sin el fallecido Miguel Lifschitz (Frente Progresista) en la cancha, y con una polarización creciente entre el Frente de Todos y el macrismo.
Todo indica que el perottismo irá ahora a Buenos Aires a mostrar todas las listas que cerró, y con eso hará palanca para traerse la candidatura de Mirabella. Pero resta ver qué piensa CFK.
Todos los interlocutores coinciden en que no es momento de generar grietas en el peronismo, que tendrá que tener una lista de unidad: "Si no nos ponemos de acuerdo en esas cosas, estamos muertos", dice un diputado. "Llegamos al triunfo en 2019 juntando todo. No solo hay que ser profundos, también hay que ser anchos", comenta otro dirigente. También entienden que no tiene mucho sentido la pelea en el territorio para definir la lista de diputados y senadores, porque no se resuelve así: la última palabra siempre la tienen en la Rosada.