Mauricio Macri no perdió. Así lo entienden desde el PRO pese a la magra convocatoria popular en Dolores. Argumentan que el ex presidente logró movilizar dirigentes de los espacios fundadores de Juntos por el Cambio, aunque no hayan sido las líneas principales, se sacó una foto con referentes importantes de la zona del AMBA y desvió el eje informativo. Pensó que iba a llegar al juzgado a la mañana como un ex presidente no procesado y que iba a salir, volver a su casa, procesado. No pasó. De hecho, su indagatoria en la causa que investiga el espionaje ilegal a familiares del submarino ARA San Juan quedó, o eso intentan hacer por estas horas, en un segundo plano. Igual destino para la pobre movilización. El dirigente opositor se mantuvo en el centro de la escena, se meterá en modo "full campaña" y su bando encontró un nuevo argumento para el discurso de batalla, el de la persecución.
No hubo 400 micros. Tampoco estuvieron los 4.802 electores que logró cosechar Diego Santilli en Dolores el 12 de septiembre. La foto no fue como la que tuvo Cristina Kirchner en 2016 en Comodoro Py y no se descarta su impacto negativo camino al 2023, pero no hoy. Macri no le cerró la puerta a una candidatura, sólo dijo que falta un tiempo para definirla, pero la carencia de apoyo popular puede llegar a ser un factor determinante que "los curas que quieren ser Papa" ven con buenos ojos. No ahora, necesariamente.
Horacio Rodríguez Larreta pidió, por intermedio de Jorge Macri, el encargado de la gestión, la foto en la previa a la indagatoria que no fue. El jefe de Gobierno, María Eugenia Vidal, Diego Santilli y Graciela Ocaña no viajaron a Dolores, sabían que no lo iban a hacer pero quisieron dejar plasmado su apoyo. Larreta no quiere tensionar con el fundador del PRO y se mueve en la delgada línea de intentar ser el candidato presidencial natural del espacio sin correr a Macri del centro, sin romper nada.
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Ahora, para adelante. Macri logró mantenerse en el centro de la escena, logró la movilización digerencial al juzgado federal, incluida la plana mayor de su espacio, y logró la foto. En el PRO saben que carecen de poder de movilización y nunca plantearon la posibilidad de una convocatoria amplia. "Fue mucha gente, estábamos en Dolores, no en Comodoro Py", argumentaron cerca del ex presidente y reiteraron la existencia de supuestos "controles policiales" que demoraron a algunos rezagados.
Por eso, la oposición hará dos cosas: centrarse en el "bochorno" causado por el juez Martín Bava, a quien descalificaron desde el minuto cero, y fomentar la idea de la persecución política. Si antes de la indagatoria lo habían hecho, ahora lo reforzarán. Como no hubo relevamiento del secreto de Estado y aún así se convocó al ex presidente a declarar, saldrán a decir que la citación fue meramente electoral, una operación más que una causa sólida.
Lo dijeron antes, Mario Negri lo expresó en una carta pública, y después. En redes sociales y en la campaña. Santili, de hecho, recorrió Coronel Suárez durante la tarde del jueves y aseguró que "quedó absolutamente claro que todo esto es una maniobra política para meterse en la campaña e intentar cambiar la historia" porque "cada vez que hay una elección, el kirchnerismo utiliza estos métodos que la sociedad no quiere más".
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Entonces, Juntos por el Cambio desviará el eje de las cuestiones centrales. Buscarán instalar que se trató de una citación electoralista, que hubo persecución y que el juez hizo un "bochorno" para evitar hablar de lo clave: el espionaje ilegal a familiares de las 44 víctimas del submarino ARA San Juan.
En el medio, todos hablan de Macri, todos apoyan a Macri. El ex presidente ahora ingresará en modo campaña. Hasta ahora, camino a las generales de noviembre, charló con voluntarios PRO de forma virtual y presencial, estuvo en Santiago del Estero y este viernes se mostrará en Córdoba para acompañar la lista que encabezan Luis Juez y Rodrigo de Loredo. Pero también volverá al AMBA y caminará junto a los candidatos taquilleros, Vidal y Santilli.