El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, planea un viaje a Estados Unidos en junio o julio para entablar relaciones políticas internacionales y posicionarse hacia dentro de la alianza de Juntos por el Cambio de cara a estas elecciones 2021. La travesía, aún potencial, no fue cerrada, no tiene fecha ni temario pero es importante en la puja interna opositora para buscar un nuevo líder. En principio, las reuniones podrían abarcar visitas a laboratorios establecidos en el país del norte.
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Con el espaldarazo de la Corte Suprema en la puja por las clases presenciales y en medio de una relación cada vez más tirante con Patricia Bullrich, presidenta del PRO y otra de las figuras que sobresale en la conducción de la alianza, Larreta empieza a pensar en preparar las valijas para viajar a Washington y Nueva York. El recorrido podría incluir apariciones en las instalaciones de los laboratorios Johnson & Johnson y de Pfizer.
Larreta empezó su carrera presidencial en silencio. Suele tener reuniones, él o su núcleo cercano, con distintos mandatarios provinciales para afianzar lazos y hace poco salió mediáticamente con una agenda exclusivamente nacional. De todos modos, recién levantará la cabeza cuando se acerquen las elecciones del 2023. Este año sólo primará la foto de la unidad y el distanciamiento con el peronismo cuando se acerquen las PASO 2021.
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Con varios frentes abiertos, el jefe de Gobierno tiene ganas de definir e intentar imponer sus propios candidatos para estas elecciones, evitar que el crecimiento de Patricia Bullrich le juegue en contra y contener los enojos de Juntos por el Cambio frente a sus concesiones o acuerdos con el Gobierno nacional. Hasta que Alberto Fernández no le quitó puntos coparticipables a la Ciudad, dentro de la alianza opositora reinó la incertidumbre en torno a la postura del mandatario porteño. Luego de esa pelea, empezó a endurecer su discurso pero la bimodalidad en el nivel secundario volvió a romper relaciones con los defensores del núcleo duro.
En ese contexto, mientras Bullrich recorre la Argentina de punta a punta, Larreta buscará que la travesía al país del norte lo posicione como referente de la alianza opositora para uno de los aliados clave del macrismo y uno de los apoyos que suelen tener de su lado.
Antes del potencial viaje a Estados Unidos estalló otro problema u otra urgencia: las vacunas, y se desató una suerte de batalla informativa con el Gobierno nacional. El miércoles, Larreta mantuvo una reunión con MaryKay Carlson, la encargada de negocios de Estados Unidos, y si bien la embajada de ese país en el nuestro difundió que sólo se conversaron temas vinculados a la situación de la pandemia en la Ciudad y el cambio climático, desde la Capital Federal agregaron las vacunas como uno de los tópicos del encuentro.
La Ciudad quiso intervenir para “ayudar” a destrabar las cientos de miles de vacunas AstraZeneca varadas en Estados Unidos hace meses, según dicen. Desde el Gobierno nacional aseguran que jamás les pidieron intervención en las negociaciones y que las autoridades del Ministerio de Salud ya habían mantenido un encuentro similar una semana antes.
En realidad, lo que hizo el larretismo fue respaldar las gestiones de la Nación para destrabar la llegada de 900 mil dosis de AstraZeneca, cuyo principio activo se produjo en nuestro país, reclamar que se liberen otras 60 millones de vacunas que no fueron autorizadas en Estados Unidos y que, por ende, no van a usar y pedir que Joe Biden haga cumplir las entregas de los laboratorios al programa Covax, de la Organización Mundial de la Salud, según anticipó Página 12.
La ministra Vizzotti confirmó el jueves que el 21 de mayo llegarán 861.600 dosis de vacuna AstraZeneca a través del mecanismo Covax para que puedan completar el esquema quienes recibieron la primera dosis de vacunas Covishield/AstraZeneca.
En medio de la segunda ola, hasta ahora más de 7 millones de personas ya se aplicaron la primera dosis en nuestro país y hasta el miércoles el 62 % de los adultos de entre 60 y 69 años recibió una vacuna. El 81 % de los ciudadanos de entre 70 y 79 años también se aplicó una, al igual que el 84 % de los mayores de 80 años.