El 2023, lejos de ser futuro, es parte del presente de un Juntos por el Cambio que ya quiere empezar a definir un horizonte para las elecciones Ejecutivas. Las ganas de liderar boletas y la exacerbación de las líneas duras y blandas generan ciertas tensiones. El radicalismo, amante de las peleas internas, ya tuvo su disputa este año con las elecciones partidarias y, ahora, con candidatos en diferentes nóminas. El PRO, con la intención inconsciente de copiar a la fuerza centenaria, también empezó a mostrar fisuras que de momento no son calificadas como graves pero que pintan un panorama de batalla para el próximo año impar. En ese contexto, casi como para sumar una nueva arista de conflicto, un diputado cambiemita decidió presentar un proyecto para que haya debates obligatorios antes de las PASO, un mensaje directo para María Eugenia Vidal y Diego Santilli, los dos que se negaron a discutir propuestas antes del 12 de septiembre.
Apenas se confirmaron las candidaturas el 24 de julio, el precandidato del Frente de Todos por la Ciudad, Leandro Santoro, puso en agenda la necesidad de que los precandidatos se junten a debatir de cara a la sociedad. Una postura que se replicó en Buenos Aires y que encontró respuestas por parte de distintos espacios pero no de todos los postulantes de Cambiemos: Vidal y Santilli, con un mismo discurso, salieron a decir que sólo lo harán después de la PASO.
El diputado PRO José Luis Patiño presentó un proyecto de ley para establecer la "obligatoriedad de los Debates Electorales Presidenciales y Legislativos" a partir de 2023. Según el texto que ingresó el lunes a la Cámara Baja, esos encuentros deberán tener como participantes a los aspirantes a ocupar el sillón de Rivadavia pero también "entre uno de los dos precandidatos a Senadores de la Nación y uno de los dos primeros precandidatos a Diputados de la Nación de las listas oficializadas de agrupaciones políticas que presenten más de una lista en las PASO".
MÁS INFO
Quienes estén obligados a participar y no lo hagan, tendrán una sanción: se les sacarán los espacios de propaganda audiovisual que de distribuirán entre el resto de los postulantes. En caso de prosperar la iniciativa, los que aspiren al cargo de Presidente deberán debatir en dos ocasiones, una en el interior del país y una adicional en caso de haber balotaje, y los candidatos legislativos una sola vez en la provincia correspondiente. Se aplicará sólo para las fuerzas políticas que tengan más de una lista para ocupar los mismos cargos, en caso contrario no se realizará.
Para el diputado Patiño, que hoy apoya a la nómina de Ricardo López Murphy por la Ciudad, si las PASO son obligatorias y existen, se debe asegurar el debate para hacerles honor y permitir que la ciudadanía conozca las propuestas de los candidatos. Propuestas que hoy sólo están en los medios de comunicación amigos o en las redes sociales.
Más allá de la letra del proyecto, la interpretación es clara y Yamil Santoro, postulante en la nómina del economista de la Alianza, lo dejó en evidencia: "Ya que @mariuvidal no se anima a debatir con @rlopezmurphy, quizás esta ley ayude a que sepamos qué piensa la candidata". La redacción de la iniciativa se inspiró en precandidatos del mismo espacio político que su autor. Ni Vidal ni Santilli aceptaron debatir ahora aunque en sus tropas repiten, una y otra vez, que están dispuestos a discutir pero cuando sea el momento, de cara a noviembre.
El debate, más allá de ser una cuestión comunicacional, no es el único eje de conflicto. Dentro del PRO, como ya contó El Destape, Patricia Bullrich y Mauricio Macri están distanciados en algunas provincias. En Córdoba, Catamarca, Tucumán y La Rioja apuestan por boletas diferentes y desde el partido miran de reojo a la ex ministra de Seguridad, que decidió bancar una nómina que se enfrenta a la del presidente del PRO riojano. Olfatean que la dirigenta quiere tejer alianza con Gerardo Morales, gobernador de Jujuy, pensando en el 2023. Un año en el que también piensa el Frente de Todos. El lunes, Alberto Fernández ya adelantó que el oficialismo está "para gobernar el tiempo que haga falta para que la Argentina cambie".
Entre los aliados cambiemitas también hay chispazos. En Neuquén, por ejemplo, la Coalición Cívica lleva su propia boleta, alejada de la apoyada por el PRO y la UCR. En Santa Fe, Elisa Carrió banca una propuesta no apoyada por la dirigencia macrista. De hecho, el ex presidente estuvo en esa provincia para darle la mano a la nómina de Federico Angelini con un raid mediático y acto partidario. En Córdoba, el radicalismo se pelea para ver qué lista será menos "tibia" a la hora de enfrentar a Cristina Kirchner en el Senado.
En Buenos Aires, Facundo Manes apura a Santilli a debatir y tilda a sus compañeros de alianza - pero contrincantes en la PASO - de "partido tradicional" que intenta poner sobre la mesa las recetas que ya fallaron durante la gestión Macri. Para contrarrestar la fuerza radical en territorio bonaerense, "El Colo" decidió mostrar todas las cartas y optó por utilizar la voz de Horacio Rodríguez Larreta en sus nuevos spots electorales con la intención de llevar votos para su molino.
En medio de las peleas internas, una preocupación para todos los espacios: la baja participación electoral en este año de pandemia. Experiencias como las de Misiones, Jujuy, Salta y Corrientes mostraron una disminución de entre el 10 y el 15% de asistencia del padrón. Por eso, cada vez que tienen oportunidad, los precandidatos opositores se unen en un mismo pedido: que la ciudadanía concurra a las urnas.