"¿Está mal que el gobierno y la oposición dialoguemos sobre un tema tan importante como una elección en el marco de una pandemia?", se preguntó el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, en un hilo de tuits adelantando que concurrirá al Congreso la semana que viene para escuchar la posición de todos los bloques respecto al posible cambio de fecha de las elecciones 2021. La conversación informal en la Casa Rosada de la que participaron el jefe del bloque de diputados del PRO, Cristian Ritondo, y el intendente de Vicente López, Jorge Macri, generó tal convulsión en la frágil interna de Juntos por el Cambio que nadie se animaba a pronosticar qué podrían resolver en la reunión de su conducción nacional, el próximo martes a la tarde.
Wado explicó que el encuentro fue para poner en marcha un importante fondo de 5 mil millones de pesos de obras de infraestructura para la provincia de Buenos Aires y que, ya todos juntos alrededor de una mesa, es lógico que la conversación recorra distintos temas. Uno de ellos fue la realización de las elecciones PASO el 8 de agosto. Es decir, en pleno invierno en medio de una suba incesante de casos y cuando todavía no estará la mayoría de la población vacunada. Casi de sentido común, surgió la idea de estirarla un mes -sería al 12 de septiembre-, lo mismo que las generales, que pasarían del 24 de octubre al 28 de noviembre. Tampoco era una novedad porque dos de los presentes en la reunión, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y el jefe del bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner, ya venían manteniendo conversaciones en el Congreso en el mismo sentido con Ritondo y también con el jefe del interbloque de JxC, el radical Mario Negri.
Pero lo que alteró los ánimos fue que apareciera en las webs de los diarios hegemónicos la foto de todos los participantes formados en el Patio de las Palmeras con un título que daba por cerrado un acuerdo cuando las autoridades de Juntos por el Cambio no estaban ni enteradas. "Los operaron", decían sobre el papel de Ritondo y el primo Macri. Como hipótesis benévola, el macrismo ultra los acusaba de "cándidos" -no era el término exacto- por posar para esa foto. En el famoso encuentro participó una radical, la intendenta de General Arenales, Erica Revilla, quien dio fe ante sus correligionarios que el tema había surgido de manera casual. Sin embargo, el primero en salir a expresar su disgusto fue el presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, quien descartó de plano cualquier acuerdo. Le siguieron el de la Coalición Cívica, Maxi Ferraro, y la del PRO, Patricia Bullrich, que llegó a hablar de una "trampa", se supone que tendida por el Gobierno.
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Estados alterados
El tema hizo estallar los Whatsapp de los principales referentes macristas, que quedaron en convocar para el martes a las 18 a una reunión presencial de la conducción nacional de Juntos por el Cambio para decidir su posición sobre este tema. En principio, Wado de Pedro había arreglado con Massa ir al Congreso el mismo martes, pero ahora seguramente lo dejará para el miércoles, a fin de permitir que la alianza opositora defina su respuesta. En Interior recalcaban que el papel de Wado era el de mero "articulador" de un acuerdo sobre la fecha porque el Gobierno no tiene ningún interés especial para postergar, más allá de la mirada lógica respecto a la evolución de la situación sanitaria.
"Lo tienen que resolver los diputados y los senadores. Sólo pido que tengamos muy en cuenta la evolución de la pandemia, no sabemos muy bien cómo vamos a estar. Tenemos que ver la manera de minimizar los daños de la segunda ola. La verdad que vayamos a votar dos veces es exponer a la gente innecesariamente", sostuvo el presidente Alberto Fernández en una entrevista en C5N. Pero esa posibilidad deslizada por el Presidente, la de directamente suspender las PASO o realizarla junto a las generales, no tiene ninguna chance de ser avalada por Juntos por el Cambio, más allá de la posición que en su momento tuvieron los gobernadores radicales Gerardo Morales y Gustavo Valdés. En la oposición tienen las primarias como una herramienta fundamental para resolver sus diferencias en varios distritos.
En el macrismo esperarán que pase la Semana Santa para ver si se calman los ánimos alterados por lo sucedido. Ante las consultas, los principales referentes respondían lo mismo: que no son partidarios de modificar las reglas en un año electoral. Claro que esa norma no tiene en cuenta que se vive una situación inédita que probablemente no se repita en la historia. Al miércoles, como estaba la cosa, prevalecían los sectores ultras del macrismo que le adjudican al Gobierno las peores intenciones para posponer, que no debían ceder y que había que dejar todo como estaba. Pero, ante la suba de casos registrada en el arranque de la semana y la que se espera para los próximos días, será complicado para Juntos por el Cambio justificar la necesidad de una campaña y una elección durante la época más fría del año, en medio del operativo de vacunación. "Las charlas en el Congreso venían bien encaminadas para postergar las elecciones, pero lo del martes alteró todo. Veremos si el fin de semana largo apacigua un poco. Si prevalecen los más moderados, la semana que viene podría haber acuerdo con Wado. Hoy te digo que no", respondían desde el interbloque opositor.