Salta se convirtió en la primera provincia en convocar a elecciones desdobladas dando inicio al cronograma electoral de un 2021 dominado por la incertidumbre. La decisión del gobernador Gustavo Sáenz generó malestar en la Casa Rosada, dado que la idea es simplificar el calendario todo lo posible porque el nivel de contagios de coronavirus sigue alto y no está claro que vaya a descender en los próximos meses. De hecho, Sáenz integrará el grupo de diez gobernadores del norte que se reunirán hoy en La Rioja con el presidente Alberto Fernández, donde le volverán a sacar el tema de la suspensión de las PASO. La idea fue plasmada en un proyecto de ley que ingresó a Diputados en diciembre, pero hasta ahora no se movió y tratarán de que el Presidente lo coloque en el listado para debatir en las sesiones extraordinarias de febrero.
Salta convocó a comicios para el domingo 4 de julio, cuando se elegirán senadores y diputados provinciales, concejales en 60 municipios y al intendente de la localidad de Aguaray. Con el desdoblamiento, la intención de Sáenz es facilitar el armado de un frente provincial con fuerzas con las que tal vez luego no coincida en una misma propuesta a nivel nacional. Desde la oposición provincial criticaron la decisión por motivos sanitarios y económicos, pero desde la gobernación subrayaron que como en Salta se elige a nivel local con el sistema de voto electrónico, el gasto es similar si se hacen junto a las nacionales o separadas. Por otro lado, anunciaron que se suspendían las primarias abiertas para el comicio provincial, que así quedará definido en una única fecha.
Conforme a nuestro sistema federal, las provincias pueden convocar cuando lo decidan. Incluso algunas constituciones provinciales establecen que las elecciones deben ser en fecha distinta a las nacionales. En 2019, hubo 19 provincias sobre 23 que decidieron separar sus comicios por diferentes razones. En general, los gobernadores entienden que les conviene no nacionalizar los comicios locales y que, además, una elección provincial separada atrae la atención política durante algunos días. Como sea, en este caso la decisión del Ejecutivo salteño no cayó bien en el Gobierno nacional dado que planean un año con el menor movimiento de gente y mayor economía de recursos posibles. La preocupación es que ahora otras provincias imiten la convocatoria.
En el Ministerio del Interior confirmaron que siguen trabajando en los tiempos normales del cronograma electoral. En la primera semana del año se publicó en el Boletín Oficial el pliego para la licitación del recuento provisional de votos para las PASO y las generales de este año, pero la idea de suspender las primarias sigue dando vueltas. En la web del mismo Ministerio del Interior hay dos pormenorizados informes sobre "Elecciones y Covid-19" en el que se detalla la actitud asumida en cada país que tenía previstos comicios. En las conclusiones generales recomiendan "ajustar operativamente los procedimientos para organizar elecciones". El gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, fue quien promovió en diciembre pasado una declaración suscripta por otros 21 mandatarios provinciales en la que proponían suspender las primarias abiertas por única vez, por la pandemia y por el gasto, calculado en 9 mil millones de pesos. Los únicos que se manifestaron en contrario fueron el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y el gobernador de Mendoza, Rodolfo Suárez, a tono con lo que ahora postula la conducción de Juntos por el Cambio. Sin embargo, los otros gobernadores radicales, el jujeño Gerardo Morales y el correntino Gustavo Valdés, son entusiastas de la suspensión.
Es muy probable que hoy el tema vuelva a surgir en el encuentro en La Rioja, pero tanto el Gobierno como en los bloques legislativos del Frente de Todos sólo aceptarán avanzar en caso de que haya un consenso general. Además, en el kirchnerismo el argumento económico no convence por su tufillo antipolítica. Los plazos apremian. En Interior calculan que hay tiempo hasta principios de abril, cuando el cronograma ingresa en cuenta regresiva. Con todo, los gobernadores quieren resolverlo en febrero. Luego, cada uno empezará a pensar de acuerdo a su conveniencia.