A horas del inicio de la veda electoral y ante el surgimiento de Javier Milei en la Ciudad de Buenos Aires, Juntos por el Cambio logró arribar a un acuerdo entre todos los partidos que integran la alianza para modificar el reglamento interno y asegurarle un lugar entrable a Ricardo López Murphy. Con la excusa de la representación política de todos los vecinos de la CABA, María Eugenia Vidal logró eludir un escollo importante. En medio de una relación tirante con el núcleo duro del PRO, la ex gobernadora bonaerense vio en el economista una figura clave para contener a los sectores más radicalizados de la alianza y prefirió desplazar a Fernando Iglesias para que el ex ministro esté cómodo camino a noviembre.Desde la calle Uspallata miran con atención el crecimiento de los dos hombres liberales, tanto el de Milei como el de López Murphy. El resultado del primero recién se podrá medir post PASO, momento en que se verá si efectivamente el ruido y el protagonismo mediático se traslucen en votos o si, en realidad, perro que ladra no muerde.
El caso de López Murphy también es monitoreado de cerca. Luego de que el larretismo lograra bajar la precandidatura de Patricia Bullrich, un sector duro de Cambiemos quedó huérfano. Sin un dirigente claro que lo interpele, el armado temió una fuga de votos hacia otras opciones liberales y apareció, casi con un timing justo, el economista. Su inclusión fue celebrada y se interpretó como una suerte de barrera de contención. En ambas negociaciones estuvo presente Fernando Straface, secretario general de Gobierno porteño y hombre de confianza de Horacio Rodríguez Larreta. Fue uno de los articuladores a la hora de sumar nuevos socios y ampliar el espacio, responsabilidad que le valió comandar la campaña de Vidal y acordar, este jueves, con el ex ministro de la Alianza.
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Más allá de los esfuerzos, al menos antes de las elecciones, Milei logró robar un caudal de voto duro de Cambiemos pero López Murphy contuvo a otro tanto, un puñado importante, y hoy tiene serias posibilidades de colar candidatos propios en lugares cómodos dentro de la lista ganadora de las PASO. Sin embargo, se encontró con un problema importante porque, según los cálculos, Republicanos Unidos podría estar en condiciones de meter un nombre en el tercer lugar de la nómina de Vidal, puesto correspondiente a una mujer.
Después de días de negociaciones, los apoderados de todos los partidos que integran Cambiemos lograron arribar a un punto en común: se mantendrá, para las listas minoritarias que alcancen el piso establecido internamente, el orden de los candidatos que integran esa nómina. De este modo, si López Murphy llegara a alcanzar el tercer puesto, que sería para Sandra Pitta, cedería un lugar y su espacio aparecería cuarto, con su nombre en el casillero, desplazando dos escalones a Fernando Iglesias.
Según argumentaron desde Republicanos Unidos, todos los partidos integrantes de Juntos por el Cambio CABA acordaron una adenda al reglamento de integración de listas "para garantizar la mejor representación de las opciones políticas en el marco de la ley de paridad de género y alternancia" para "contribuir a la mejor representación política de los vecinos de la Ciudad para la elección general de noviembre". Una buena noticia para el economista y para Vidal, que lo necesitará para las generales.
La novela de los búnker
Juntos pero separados geográficamente. Cambiemos definió dividir las realidades electorales de la Ciudad y la provincia de Buenos Aires para lograr dos fotos de unidad, una por distrito, a la hora de esperar los resultados de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del domingo. Así, quedó atrás la intención de aglutinar las cinco nóminas que presentaron en los dos territorios y también quedó lejana la imagen de Diego Santilli y María Eugenia Vidal en Costa Salguero, compartiendo otra vez un escenario.
Vidal, no estará con Santilli pero sí conseguirá una imagen junto a sus contrincantes porteños Ricardo López Murphy y el radicalismo disidente de Adolfo Rubinstein en Costa Salguero. Del otro lado de la General Paz, Diego Santilli aceptó la invitación de Facundo Manes, su rival bonaerense, y compartirán búnker en la capital provincial, La Plata. Al cierre del jueves, los espacios debatían la organización de la jornada electoral, en especial los centros de operaciones, pero el encuentro con la prensa y los simpatizantes partidarios será en una misma locación, se hablaba del Hotel Grand Brizo.
En provincia, Santilli estará acompañado por dirigentes bonaerenses mientras que en la Ciudad Vidal contará con la presencia de las figuras nacionales que prefirieron aparecer en un distrito propio, aunque no exento de posibles sorpresas. Por poner un caso, Patricia Bullrich ya confirmó que se hará presente en Costa Salguero.
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La novedad pasa por los numerosos movimientos en Buenos Aires. Los precandidatos opositores de la provincia protagonizaron muchas idas y vueltas en las últimas semanas. El PRO cursó invitaciones a todas las nóminas internas para lograr juntarlas en Costa Salguero el domingo, pero Facundo Manes rechazó el convite. Según el radical, desde el inicio acordaron búnker separados y el partido porteño quiso cambiar las reglas a último momento. Para el neurocientista, la foto de unidad corresponde al lunes, no al domingo que consagrará ganadores y perdedores.
Ante la avanzada PRO a favor de la unidad, y con la intención de no quedar como el obstáculo para lograrla camino a noviembre, Manes decidió usar las redes sociales y redoblar la apuesta. No sólo no aceptó la invitación sino que la invirtió y convocó a Diego Santilli a sumarse a su búnker en La Plata. El ex porteño le comunicó, también por Twitter, que se haría presente pero, en un principio, sólo para saludar.
A tres días de las elecciones y con un cierre de campaña movido, el equipo del "Colo" se sentó con el del neurocientífico para negociar la unidad bonaerense. Cerca del ex vicejefe de Gobierno analizaron que el único que se mostró inflexible fue Manes y que aceptaron porque la foto era casi una obligación, sobre todo en un distrito extremadamente complejo para la oposición.