Pese a que queda sólo mes y medio hasta la presentación de candidaturas, el Frente de Todos no tiene aún en vista armar un comando de campaña. Lo más parecido es la "mesa de los lunes" que reúne a los principales referentes. Está centrada principalmente en la provincia de Buenos Aires y la expectativa es hacer allí una buena elección que cimiente el triunfo del oficialismo en todo el país. La ventaja con la que cuentan es que se reemplazarán a los diputados de un resultado flojo como fue el de 2017, por lo que hay cálculos de consultoras ligadas al peronismo que trabajan sobre la posibilidad de sumar unos siete diputados nacionales al bloque en la Cámara baja. Uno de ellos sería en Buenos Aires pero hay otras provincias donde las perspectivas son positivas.
Esta mesa funciona en la residencia de Axel Kicillof y convoca a Máximo Kirchner, Sergio Massa, Eduardo "Wado" de Pedro, Gabriel Katopodis, Jorge Ferraresi y, en sus últimas ediciones, sumó a Santiago Cafiero, en algún punto representando al presidente Alberto Fernández. Allí trazan ejes discursivos y buscan consensuar medidas. Obviamente, también hacen un repaso de encuestas, básicamente de la provincia de Buenos Aires. Aún con las dificultades del año y pico de pandemia, les da que el Frente de Todos se mantiene arriba con un piso de votos que ronda el 40%, con la posibilidad de sumar adhesiones en la medida que se acerque la campaña.
Por un lado, entusiasma la incesante llegada de dosis a Ezeiza y la posibilidad de mantener en las próximas semanas el ritmo de vacunación, lo que permitirá ir sumando pasos hacia la normalización de la actividad. Pero, también, que en la medida que la pandemia se aleje de las preocupaciones, se incrementará la importancia de los temas económicos, con la inflación por encima de todo. "Es la principal preocupación del Presidente y de todos los despachos del Gobierno", aseguraban sobre los precios. Detectan un porcentaje de electorado oficialista "blando", que votó al Frente de Todos en 2019, que ahora está observando la situación y podría ir hacia otra opción. La oposición, con una interna cada vez más estridente, también tiene sus dificultades.
No están resueltas las candidaturas. En la danza de nombres del oficialismo aparecen la titular del Consejo de Políticas Sociales, Victoria Tolosa Paz, y algún ministro con base en la geografía bonaerense como Katopodis o Daniel Arroyo. En el Frente de Todos dan como un hecho que quien encabezará la boleta de Juntos por el Cambio será el actual vicejefe porteño Diego Santilli. En aquella recordada elección de 2017 que Cristina Kirchner fue candidata a senadora, Cambiemos obtuvo el 42% frente al 36% de Unidad Ciudadana y el 11% del massismo.
La proyección elaborada por una de las consultoras sostiene que el oficialismo podría obtener en este comicio un diputado más y el macrismo podría perder dos en la provincia de Buenos Aires. Dado que también jugarán otras fuerzas opositoras como el peronismo "tercera vía" de Roberto Lavagna y Florencio Randazzo y la derecha liberal de José Luis Espert y Javier Milei, habrá que esperar para saber cómo se combina la oferta electoral.
Los otros seis
Así como confían en el triunfo en la provincia de Buenos Aires, en el Frente de Todos saben que hay distritos que están perdidos: ciudad de Buenos Aires, Mendoza, Jujuy, Corrientes y Córdoba. En Misiones gana el rovirismo, que muchas veces vota como aliado. Pero aún en esos lugares hostiles hay esperanzas de ganar legisladores.
En el caso de Córdoba, donde está descontado que se impondrá Juntos por el Cambio, el Frente de Todos medirá fuerzas con el peronismo cordobesista del gobernador Juan Schiaretti. En la elección de 2017, Unidad Ciudadana no llegó ni al 10%. Hoy en la Casa Rosada hay perspectivas de arrebatarle el segundo lugar a Schiaretti, lo que no sólo significaría un diputado más sino también obtener el senador por la minoría, dado que es una de las ocho provincias donde también se elegirán representantes para la Cámara alta.
También fue mala aquella elección en CABA, donde el actual Juntos por el Cambio fue dividido entre las listas de Cambiemos y el partido Evolución de Martín Lousteau. En el Frente de Todos esperan esta vez hacer un mejor papel y ganar al menos un diputado de los tres que renuevan, que sería a costa de uno de los diez que terminan mandato del macrismo. La decisión de quiénes encabezarán la lista será un punto decisivo en esta contienda.
Entre Ríos fue otra de las provincias que el peronismo perdió hace cuatro años y hoy hay confianza en que el gobernador Gustavo Bordet garantizaría el triunfo pese a que el macrismo jugará fuerte, posiblemente con el ex ministro Rogelio Frigerio. Si, como esperan, se revierte el resultado, el Frente de Todos ganaría otra banca a expensas de Juntos por el Cambio.
Algo similar ocurría en Santa Fe, donde en 2017 el PJ tuvo una fea derrota. Con una elección pareja, como se espera, también ganaría uno de los cinco diputados que renueva el macrismo, con lo que se repartirían cuatro y cuatro. Aquí también hay que esperar a ver cómo se reacomoda la oposición. En especial, qué hará el sector del radicalismo que se mantiene junto al socialismo en el Frente Progresista. Como Córdoba, Santa Fe es otra de las provincias que elegirán senadores.
Los otros dos diputados que hay expectativas de ganar son los que se renuevan en Santa Cruz y en Salta. En la provincia patagónica se eligen tres diputados y el que gana se lleva dos. En 2017 ganó Cambiemos, así que es muy factible que se revierta la ecuación. Salta es de más difícil predicción porque resta saber cómo jugará el ex gobernador Juan Manuel Urtubey y cómo se alinearán el resto de las fuerzas, pero en el trazo grueso realizado por la consultora podía ser la provincia que le diera el séptimo diputado de ganancia. Si se dan estas cuentas, el bloque del Frente de Todos pasaría así de 119 diputados a 126, a sólo tres del quórum propio. Un gran cambio para los dos años que le quedarán por delante al gobierno de Alberto Fernández.