Con la firma de diputados de media docena de provincias y el apoyo casi unánime de los gobernadores, ingresó esta tarde a la cámara Baja el proyecto de ley para suspender las primarias del año que viene, aunque el futuro de la iniciativa es incierto. En los papeles, se justifica por el contexto de pandemia y los gastos que significan la organización de las PASO, pero en la práctica es el primer round para dirimir hacia el interior del Frente de Todos cómo y sobre todo quién tendrá la última palabra en la confección de las listas legislativas.
Como sucedió con el impuesto a las grandes fortunas, Alberto Fernández decidió desligarse de una iniciativa que, en su fuero íntimo, querría ver realizada. “Me someteré a lo que diga el Congreso”, aseguró el jueves en una entrevista que dio en el primer aniversario de su gestión. El Presidente, además, le planteó a los gobernadores otra condición: que cualquier cambio se concrete antes del 31 de diciembre, por considerar poco elegante (aunque no ilegal) la modificación de la ley electoral durante el mismo año calendario que los comicios.
En los hechos, no existe un límite de tiempo para cambiar las reglas de juego, más allá de lo que marcan el decoro y las necesidades logísticas. Sin ir más lejos, el año pasado, cuando faltaba poco para las PASO, el macrismo intentó dos intervenciones a su favor. La primera, que habilitó a las empresas a participar en el financiamiento de campaña, se aprobó en el Congreso a fines de mayo, a menos de diez semanas de las primarias. Aún más tarde exploró la posibilidad de habilitar colectoras en la provincia de Buenos Aires, sin éxito.
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Hay una lectura política del apuro del Presidente. Durante lo que resta de diciembre, el Congreso funciona bajo la extensión del régimen ordinario, lo que le permite darse su propio temario. Así, podría avanzar con el proyecto sin que el Poder Ejecutivo tenga que intervenir directamente. En enero, ya en terreno de sesiones extraordinarias, el temario sólo puede habilitarse a pedido de Fernández, por decreto. En ese caso, si quisiera hacer avanzar la suspensión de las PASO, debería ponerle su firma a la iniciativa.
Así las cosas, el sendero se angosta. A pesar del impulso de la Casa Rosada y el apoyo de las provincias, no parece existir un consenso amplio que le dé aire a una modificación express de las reglas. En la oposición, dos gobernadores, Gerardo Morales (Jujuy) y Gustavo Valdés (Corrientes), se manifestaron a favor de levantar las primarias. Los otros dos, el mendocino Rodolfo Suárez y el porteño Horacio Rodríguez Larreta, se oponen. Este último, además, tiene la llave para bloquear la suspensión de las PASO en CABA y PBA.
Sin embargo el problema más importante es la falta de consenso al interior del Frente de Todos. Al rechazo de La Cámpora y el Instituto Patria se sumó el Frente Renovador: la voz más fuerte que frenó el carro esta semana fue la de la vicepresidenta de la bancada oficialista en la cámara baja, Cecilia Moreau, que responde a Sergio Massa. Con poco tiempo para negociar y un delicado reparto de poder en juego, las chances de que la iniciativa que llegó hoy al Congreso tenga éxito son, en el mejor de los casos, exiguas.