A los 13 años tuvo que abandonar la escuela para salir a cartonear y este año llegará al Congreso como diputada nacional. Natalia Zaracho nació y vive en Villa Fiorito, en Lomas de Zamora. Trabajó limpiando casas y a los 24 años se organizó en el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE). Comenzó a militar en el barrio, en un comedor popular, y se sumó al Frente Patria Grande en 2015. Hoy es promotora ambiental, de salud y sostiene un centro de jubilados.
Zaracho asumirá como diputada nacional en diciembre a pesar de quedarse sin lugar en la lista de candidatas bonaerenses de este año. Tras un tenso cierre en las negociaciones, el referente del espacio, Juan Grabois, y el jefe del bloque oficialista en Diputados, Máximo Kirchner, lograron un acuerdo. En las elecciones de 2019, Natalia ocupó el lugar 26 de la lista que encabezó Sergio Massa, y por un corrimiento que se concretará en diciembre finalmente tendrá su oportunidad en el Congreso, al menos por dos años.
“Va a ser algo muy importante, militamos todos los días para que se reconozca a las compañeras de los barrios que ponen el cuerpo”, dice Zaracho en diálogo con El Destape. Advierte que no se puede “naturalizar que haya un 42 por ciento de pobreza” y explica por qué impulsan la propuesta de un salario básico universal.
-¿Cuál va a ser tu agenda en el Congreso?
-Es la agenda que militamos todos los días, la de Tierra, Techo y Trabajo. Las propuestas de los sectores que representamos, los sectores populares. Me gustaría mucho laburar la Ley de Envases, la que vienen trabajando compañeros nuestros para gente en situación de calle. Pero también dispuesta a discutir todo porque entendemos que ocupar una banca que representa a la mayorías tiene que ver con eso, discutirlo todo. Así como ellos debaten sobre pobreza sin conocerla, sin caminar un barrio, desde la comodidad de su sillón, nosotros creemos que debemos discutir la riqueza, la deuda con el FMI, todo para mejorar la situación de millones de compañeros y compañeras.
-¿Qué significa y qué importancia tiene para las organizaciones que una trabajadora que conoce la realidad de la pobreza, de tirar de un carro día a día, llegue al Congreso?
-Es importante, militamos todos los días para que se reconozca a las compañeras de los barrios que ponen el cuerpo. Estamos en un proceso de maduración de los movimientos sociales y populares en el que entendemos que no alcanza solamente con estar organizando en un barrio y donde estamos, que es importante, sino que necesitamos disputar el poder para transformar desde ahí con propuestas, con críticas y objetivos claros, sin comernos la curva. Nosotros representamos a un sector y eso molesta mucho, por eso vamos a llegar para quedarnos.
-Sobre el debate alrededor una asistencia más profunda del Estado, por ejemplo la propuesta de un salario universal, hay quienes dentro del oficialismo dicen que el crecimiento económico se va a encargar de incluir desde la producción y el trabajo. ¿Qué pensás?
-Hay más de 9 millones de personas que no tienen un ingreso, más de 12 millones en edad laboral que no están activas y un millón de personas que están dentro de la economía popular. Nosotros planteamos que tiene que haber una solución para mínimamente garantizar que la gente pueda comer y pagarse un alquiler si está en situación de calle.
Nuestra propuesta de salario básico justamente tiene que ver con que sea universal, garantizado por el Estado, que puedan inscribirse en ANSES y no dependa de intermediarios ni de prestar algún servicio. Todo lo contrario con el Potenciar Trabajo, que es reconocer a la economía popular, de quienes se inventan su propio trabajo, y que son un emergente porque claramente no va a alcanzar con pensar que vamos a entrar todos a un laburo formal, esa no es una preocupación para los compañeros que ya están organizados. En el mundo está pasando esto, el mercado excluye y no tiene capacidades para incluir a todos. La sociedad tiene que reconocer este emergente de un montón de familias, y el Estado tiene que acompañar con infraestructura, con máquinas, en los polos productivos garantizando que los compañeros y compañeras tengan un monotributo, una obra social y todo lo que debe tener un trabajador.
-Cuando los acusan de “planeros” que no quieren trabajar, de “punteros”, de extorsionar al Estado, de hacer “pobrismo”, ¿qué sentís y qué respondés?
-Que es todo lo contrario. Me da mucha bronca porque la realidad es que todos los días nos organizamos en distritos productivos, y por una o dos experiencias generalizan todo. Invito a cualquiera a que venga a conocer cómo trabajamos, para mostrarles cómo nos organizamos y trabajamos, generando nuestra propia fuente de trabajo y tratando todos los días de mejorarnos las condiciones de vida. Peleando también porque haya un Estado presente que acompañe sin dejar de militar todo el tiempo. Es una discusión con sectores de la política y también con la sociedad, tienen que entender que nadie vive con 12 mil pesos por mes.
-Con casi la mitad de la población argentina en la pobreza o al límite, ¿creés que hay en la política una dimensión real de la gravedad de la situación social?
-No tenemos que naturalizar un 42 por ciento de pobreza y hay que tomar medidas como el salario básico universal, garantizar que la gente salga de la indigencia, queremos transformar la realidad que vemos todos los días en las barriadas. Como Frente Patria Grande aportamos al Frente de Todos es justamente una mirada crítica con propuestas claras y pensando en soluciones. Es una voz, una representación y estamos activos, lo estuvimos durante el macrismo y durante la pandemia, poniéndole el cuerpo, pero nuestro sector ya no puede poner más, hay que discutir otras formas, discutir la riqueza y cómo se reparte la torta para pensar en una sociedad más justa, en la que entremos todos y todas.