Todos los gobiernos pasan por crisis. Algunos se hunden en ellas y otros salen airosos e incluso se fortalecen. En la crisis de las vacunas VIP, causada por un ministro de primer nivel, el presidente Alberto Fernández salió fortalecido de cara a la sociedad y al interior del Frente de Todos, por su respuesta ética y por tomar una decisión trascendente en unas pocas horas y en contra de la opinión de muchos.
Hizo todo bien:
- *Despidió a Ginés González García.
- *Condenó sin titubeos su conducta.
- *Instrumentó y dio a conocer un nuevo sistema más transparente.
- *Consiguió que llegaran más de dos millones de vacunas en pocos días para calmar la ansiedad social.
Ahora su gabinete sabe que los errores se pagan y la sociedad pudo verificar que todos los gobiernos no son lo mismo. Que el partido de los privilegios es el otro. La rápida decisión presidencial es un antídoto contra el virus del “que se vayan todos” que la derecha intenta inocular a una sociedad cansada y con las defensas bajas. La pobreza de la protesta mostró el fracaso de la campaña de los medios. La llegada de millones de vacunas dejará a la oposición gritando en vano: vacuna mata payasada.
“El factor felicidad por vacunarse gana la elección”. “La bala de plata la tiene el gobierno con la vacunación”. “Es el dueño de la vacuna”. Palabras más; palabras menos, es la opinión compartida por las principales espadas políticas del Gobierno y de Juntos por el Cambio.
Kicillof los vacunó a todos
Sin embargo, el partido no se gana cuando los aviones aterrizan en Ezeiza repletos de vacunas: hay que aplicarlas y no es fácil hacerlo rápido. Ahí el rol de Axel Kicillof, que administra el mayor caudal poblacional del país, es clave. El gobernador bonaerense fue el primero en vacunar a todo el personal sanitario de su provincia que requirió una dosis. Hasta el momento, la campaña inoculó a 305.676 de personal de salud, 112.176 mayores de 60 años, 38.075 docentes y auxiliares, y 4.120 personal de Seguridad. En total van 468.571 dosis a un ritmo de 30 mil por día. En marzo esperan subir a 60 mil diarios.
“Voy por 500 mil; tengo que llegar rápido a cinco millones para proteger a todos los mayores y a los que tienen factores de riesgo”, señaló el gobernador. “La vacuna china, que aún no se puede usar para mayores de 60, la vamos a utilizar para docentes, policías y menores de 60 con factores de riesgo”, explicó. En una provincia gigantesca, la performance del equipo de Kicillof es destacable.
Guzmán apura la baja del ritmo devaluatorio para intentar domar la inflación
No todos creen que la vacuna milagrosa gana la elección sola. En el Instituto Patria piensan que si el aumento del precio de los alimentos no afloja octubre es una incógnita. Aunque la inflación de febrero será más baja que la de diciembre y enero, el aumento del precio de los alimentos sigue siendo muy alto: en las últimas cuatro semanas fue del 4,1 % según la consultora LGG.
Guzmán bajará el ritmo devaluatorio en marzo al 2,2 % y seguirá disminuyéndolo hasta confluir al 1,2 % en junio. Así espera transitar el segundo semestre. El ministro sigue intentando negociar cupos de venta local de maíz para frenar los aumentos de la carne. “No descarto una suba de retenciones”, señala. Tarde, como indican los constantes aumentos de carne.
En su reciente reunión con los gobernadores del norte el presidente recibió quejas por los precios de los alimentos y del hierro, insumo que necesitan para avanzar con la obra pública.
Un tema que juega en la inflación 2021 es la decisión sobre el nivel de suba de tarifas. Guzmán no quiere ver escalar el déficit fiscal por mayores subsidios. Pretende sostenerlos en el 1.7% del PBI. “Por estos días estamos revisando la estructura de costos de las empresas”, afirma. El ministro sostiene que “debe haber una tarifa social, una franja alta de la sociedad que avance hacia una tarifa sin subsidios y el resto que vaya pagando un monto que se actualice con la inflación”. Preferiría aplicar el aumento de 2021 todo junto, pero aún no se decidió. El hombre es fiscalista, bastante más ortodoxo que la media de economistas peronistas. En el Patria le dicen “El sajón”. Pero le reconocen inteligencia y honestidad.
El 18 de marzo Guzmán viajará a Washington a reunirse con el staff del FMI. En ese acuerdo se juega no tanto la suerte electoral 2021, sino la de 2023. Las principales diferencias que se mantienen son tres:
- Brecha cambiaria: el fondo quiere apurar la compra de divisas del Banco Central para bajarla más rápido que lo planeado por Economía.
- Escenario fiscal: el fondo pide llegar a déficit cero en 2023. Guzmán reclama más tiempo.
- Plazos de pago: Las exigencias del fondo fijan los vencimientos en plazos similares a los acordados con los acreedores privados. Guzmán negocia mayores plazos.
El viernes, ante el G20, el ministro le pidió al FMI que deje de cobrar una sobretasa por préstamos elevados, como el que pidió Mauricio Macri en 2018. Cuando un país se endeuda por encima de su cuota, el Fondo le cobra una sobretasa. Esta variable actúa de forma pro cíclica: cuanto más por encima del límite el pedido de deuda, mayor aún la tasa que se adiciona. Cambiemos sacó un crédito 1.000% por arriba, lo que implicó un interés 2% más alta.
El ministro encuentra en el seno el FDT algunos desacuerdos. Luego de varios meses de inflación alta y precios de los alimentos por el cielo, cerca de Cristina le piden que desacople claramente los precios de los comodities de los locales, con mayores retenciones. Señalan que Estados Unidos está emitiendo para financiar el plan social COVID, que esa emisión debilitará el dólar y seguirá empujando los comodities. Remarcan que China es un comprador de carne voraz y que debe haber cupos locales. También se quejan de “la mano blanda” del ministro Matías Kulfas con los formadores de precios.
Por otra parte, disienten sobre la política tarifaria. Acuerdan con que en cierto nivel hay que pegarlas a la inflación para que no se retrasen, pero creen que debería ser más adelante: el año que viene. También sostienen que “hay que realizar una negociación extraordinaria con el FMI, blanqueando que apoyaron a Mauricio Macri en su campaña y que permitieron la fuga de los montos requeridos”.
Crecer para ganar
Alberto apuesta a demostrar que gobierna mejor él con pandemia que Macri cuando el virus era aún una profecía de pocos. Los últimos meses de 2020 le dan la razón, aunque todavía tiene problemas para consolidarse. El informe mensual de la consultora PXQ señala que “en el proceso de recuperación de la actividad conviven dos velocidades distintas entre oferta y demanda. En cuanto a la oferta, la recuperación es más tangible y dinámica: en diciembre el IPI manufacturero aumentó 4,9% anual. Por el lado de la demanda, los signos de recuperación son menos visibles y la recuperación se está dando a un menor ritmo: el indicador de consumo se incrementó 1,9% anual en noviembre”. De todas maneras, su director, Emanuel Álvarez Agis, señaló a El Destape Radio que la economía crecería este año entre un 7 y un 7.5%.
Según datos del Ministerio de Desarrollo Productivo, enero fue un mes en el que esa tendencia positiva se mantuvo, a pesar de haber tenido dos días hábiles menos que en 2020. De acuerdo con el índice adelantado de actividad industrial, que toma como insumo el consumo de energía en las principales industrias, el sector fabril se expandió 7,9% interanual.
La vacuna de Guzmán
Desde un primer momento debió trazarse una línea que dejara claro quién podía vacunarse y quien no. Es obvio que el Poder Ejecutivo completo debe estar vacunado. Están a cargo del Estado; el Estado que brinda salud, educación, seguridad, justicia. Deben estar vacunados. Luego de la denuncia/confesión de Horacio Verbitsky los medios mezclaron todo y metieron a funcionarios que cumplieron con sus obligaciones con periodistas avivados.
Entre los acusados estuvo Guzmán. También su equipo. Pero el ministro se vacunó por orden del equipo médico. La edad del ministro es irrelevante. Si se contagiaba en un viaje quedaba varado en el lugar del contagio. Lo mismo para su equipo. Si alguien se contagiaba, Guzmán tampoco podía seguir su viaje por ser contacto estrecho del contagiado.
En Juntos por el Cambio creen que Alberto gana por la vacuna, pero que pelearán 2023
“Con ver la alegría de la gente al vacunarse uno se da cuenta de que el Gobierno gana las elecciones: son los dueños de las vacunas”. La frase de uno de los protagonistas de la oposición sintetiza el diagnóstico general.
Larreta, por su parte, cree que de todas maneras van a ser parejas y que “no habrá grandes cambios en la composición de las cámaras”. Juntos por el Cambio debe revalidar 2017, pero el Frente de todos debe hacer lo propio con la suma de las performance del kirchnerismo y el massismo en ese año.
Todos aceptan que el jefe comunal será el candidato 2023. Macri ya no amaga con jugar. Vidal espera. “Si Horacio no llega, estará lista. Va a recorrer el país mientras tanto”, dicen en su entorno. Preferiría no jugar en 2021. Pero podría encabezar en provincia. “Se lo piden los empresarios; los medios”, aseguran cerca de la ex gobernadora bonaerense.
Para 2021 Larreta también apuesta a vacunar. No contesta los golpes de Patricia Bullrich. Cree que les conviene a los dos: ella tensa y el moderado.
Encuestas 2021: Alberto se mantiene
Alberto y Larreta apuestan al medio, a la moderación. “Estas elecciones se deciden según como le vaya al Gobierno. Hoy la encuesta que más baja le da a Alberto muestra un 43% de imagen positiva. Y hay otras que llegan al 53%”, asegura el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. Larreta está muy alto, pero eso no define la elección 2021. De todas maneras, la mano derecha de Alberto piensa que a Larreta hay que empezar a atacarlo ahora antes que consolide los 58 puntos de imagen positiva que logró conseguir gobernando el distrito más rico sin que nadie le pegue. “Está muy cómodo”, señalan. También María Eugenia Vidal y Patricia Burllrich tienen números altos. En el Frente de Todos el que vuela alto es Kicillof, que gobernado la provincia más difícil y atacado por los medios, no baja del 45% de imagen positiva en ninguna encuesta.
El discurso de Alberto
En la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, el presidente hará una descripción del año pasado: detallará las medidas tomadas para salvar vidas y empleos. Hospitales, respiradores, vacunas. Y también ATP, IFE y créditos. Aprovechará el momento para recalcar la principal diferencia ideológica con la oposición: la necesidades de un estado fuerte. Explicará la campaña de vacunación 2021 y las decisiones económicas que se vienen para seguir avanzando en obra pública e industria. En materia judicial, le reclamará a la oposición que apruebe la reforma judicial que tiene media sanción, relacionada al fuero federal y el sistema acusatorio.
Un pueblo feliz vota oficialismo
La estrategia de Juntos por el Cambio fue y sigue siendo el fracaso de la lucha contra el COVID-19. Su campaña anti vacunas fue exitosa hasta que publicó The Lancet. El Gobierno manejó encuestas que afirmaban que la mitad de la población desconfiaba de la Sputnik V. Hoy el desafío es que llegue la cantidad necesaria. Muchos festejan que se vacunan como si se hubieran sacado la grande. Y tienen razón. Un pueblo vacunado es un pueblo feliz. Y un pueblo feliz vota oficialismo.