En el cierre de una jornada cargada de versiones, el titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, negó que el presidente Alberto Fernández le hubiera ofrecido un cargo en el Ejecutivo y avisó que recién se reunirán viernes o sábado. En verdad, lo que se sabe es que Massa asumiría como un ministro coordinador de Economía -en un esquema que sumará las funciones de las actuales carteras de Desarrollo Productivo, Agricultura y Turismo- y que definía con el Presidente los últimos detalles. En la nueva composición, Juan Manzur permanecerá como jefe de Gabinete mientras que Silvina Batakis, quien volaba de regreso de Estados Unidos luego de hacer su presentación ante el poder económico, recalaría en la secretaría de Hacienda. Fernández recibió en la Casa Rosada a un grupo importante de gobernadores que le reclamaron que apure las definiciones.
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En verdad, no era la reforma que tenía en mente el Presidente, que apuntaba a algo más acotado. Su idea era que Massa asumiera como jefe de Gabinete en una estructura que sumaría dos vicejefes para secundarlo. Pero la vicepresidenta Cristina Kirchner y Massa insistieron en que las modificaciones debían ser más profundas si realmente se apuntaba a cambiarle la cara a una gestión asediada por las turbulencias del mercado financiero que en pocos días llevaron las cotizaciones del dólar a las nubes. Lo que le plantearon fue que era necesario que alguien asumiera el control de todas las áreas referidas al ingreso y salida de dólares, el gran problema que debe administrar el Ejecutivo en las próximas semanas. Por eso la propuesta de una súper cartera económica, con un amplia jurisdicción sobre el manejo de las divisas.
Quedaban pendientes algunas cuestiones. Por ejemplo, la permanencia de Miguel Pesce en la presidencia del Banco Central. Porque si se trata de asegurar el control total del manejo de los dólares que entran y salen, Massa también planteaba la necesidad de contar con alguien de su confianza en el Central -quiere nombrar al subdirector del Fondo de Garantía de Sustentabilidad del Anses, Lisandro Cleri- y en la AFIP. En la Aduana ya tiene a Guillermo Michel. Estos cargos los definiría con el Presidente en las próximas horas,
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En cambio, no surgían inconvenientes con que Manzur continuara como jefe de Gabinete. Ya el martes, en medio de los rumores, Fernández había sentado a Manzur a su lado en el acto en Chapadmalal. A la vuelta, el jefe de Gabinete mantuvo un sugestivo encuentro en su despacho con otro de los apuntados: el ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli, quien mantiene una añeja enemistad con Massa. Por último, Manzur mandó ayer la confirmación de que la semana próxima se presentaría en Diputados a dar su informe de gestión, en una implícita confirmación de su continuidad. Quedaba por resolver el destino de los ministros que se quedarían sin cartera: Scioli, Julián Domínguez y Matías Lammens, además de Batakis. El caso de Scioli es el más llamativo porque dejó la embajada en Brasil y viajó para reemplazar a Matías Kulfas hace sólo un mes y medio.
Alberto Fernández recibió a media tarde a 12 gobernadores del Frente de Todos, que se habían encontrado en el CFI y se contactaron para pedirle un encuentro. "Es importante fortalecer nuestra moneda para avanzar en el camino del desarrollo", declaró luego el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, quien mantuvo además una conversación posterior a solas con el Presidente. "Les pedimos definiciones para que esto funcione, las medidas no pueden demorar más", comentaba luego uno de los mandatarios que participó del encuentro. Con crudeza, los gobernadores le dijeron al Presidente que no dejara pasar más tiempo sin resolver la modificación del gabinete y el anuncio de medidas para controlar las turbulencias económicas porque de lo contrario todo podía empeorar.
Aseguraban que no hubo ninguna discusión específica sobre los nombres que podrían asumir en los cargos -por ejemplo, el de Massa- pero sí se planteó que hubiera un mayor peso político y que funcionara de manera más cohesionada. Incluso, algunos de los mandatarios pusieron sobre la mesa la posibilidad de eliminar algunos ministerios para conseguir ese objetivo. El Presidente los despidió asegurándoles que las decisiones no se demorarían más allá de esta semana.
Un tema extra que quedará por resolver sería el de la sucesión de Massa en la presidencia de la Cámara de Diputados. Cuando surgieron los primeros rumores sobre su posible salida se hicieron algunas especulaciones, pero nada en concreto. "Ya hay demasiado desorden como para que nos pongamos a profundizarlo nosotros desde acá", comentaba un importante diputado del Frente de Todos, que no quería adelantar las posibilidades de reemplazo.