En medio de la polémica por los alimentos retenidos por parte del Ministerio de Capital Humano, el arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi, celebró una misa para reivindicar a las mujeres que trabajan en los comedores comunitarios y apuntó contra quienes tienen el “descaro de criticar, juzgar y condenar” a aquellos que colaboran con las personas con menos recursos.
En una misa coincidente con el Día de la Bandera, Rossi reconoció en su mensaje a las voluntarias y activistas que “tienen claro que, ante la dignidad humana pisoteada, no está permitido los brazos cruzados de los indiferentes ni los brazos caídos de los fatalistas”.
El encuentro celebrado en la capilla Monseñor Enrique Angelelli y Compañeros Mártires, de Villa Angelelli 2, fue para resaltar la labor de "tantas mujeres que, todos los días, se ponen la patria al hombro desde los comedores populares, solidarios y parroquiales”,
Rossi realizó un claro gesto de apoyo a las integrantes de movimientos sociales cuestionados por el gobierno de Javier Milei, y explicó que “el servicio” que prestan estas mujeres “no es una cuestión de moda ni de ideologías”, sino una “exigencia teológica”. Además, citó palabras de Jesús: “Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber”, pronunció.
El arzobispo Rossi sostuvo que "ser solidario hace a nuestra identidad de personas"
El cardenal elogió el papel de estas mujeres, "no por sus títulos o posiciones, sino por su maternidad" y su capacidad de "solidaridad genuina”. "Las embanderamos no por estadistas, no por politólogas, no por asistencialistas, no por militantes. Las embanderamos por algo mucho más grande: las embanderamos por ser madres”, manifestó.
En sintonía con sus críticas lanzadas hacia los funcionarios el domingo pasado, Rossi aclaró que “ser solidario” no es “la práctica de algunos gestos amables, esporádicos, sino que hace a nuestra identidad de personas”.
A su vez, recalcó que las trabajadoras comunitarias ayudan a no contagiarse "con los síntomas de una sociedad enferma, que busca construirse de espaldas al dolor y que tiene el descaro de criticar, juzgar y condenar sin distinciones a quienes hacen lo que quizás nosotros, por flojera o cobardía, no nos animamos a hacer”.
“El grito de los pobres es el grito de los pequeños que sufren hambre. Es el grito de chicos desescolarizados, de los que vienen dados vueltas por la droga. Es el grito de quienes se enfrentan a las tormentas de la vida sin una presencia amiga en soledad”, remarcó el cardenal.
Además, compartió dos testimonios para ilustrar su postura. El primero fue un relato sobre la Madre Teresa de Calcuta, quien al llevar arroz a una familia hambrienta, presenció cómo la madre de esa familia compartió la comida con otra familia necesitada. Este gesto, según Rossi, simboliza “el olvido de sí” y “no cuidar la propia quintita, y que los demás se la arreglen”.
En segundo lugar, hizo referencia a una experiencia personal en la década de 1970, cuando junto a la dirección de Jorge Bergoglio abrieron un comedor en un barrio pobre de San Miguel. El sacerdote recordó cómo el Sumo Pontífice solicitó abrir el establecimiento sin demora, ya que “el hambre no puede esperar un mañana”.
El cardenal Rossi le pidió a Llaryora "hacer política de otra manera"
La semana pasada, Rossi le pidió a la dirigencia política de Córdoba, encabezada por el gobernador Martín Llaryora y los jefes de la oposición, Luis Juez y Rodrigo de Loredo, “poner a la persona en el centro de las políticas” y no al mercado o a las ideologías.
Ante la profunda crisis que atraviesa la Provincia, el cardenal reflexionó sobre el “valor de la política como vocación, servicio, diálogo y esperanza”, en un encuentro que se desarrolló en el Colegio Gabriel Taborín y del que también participaron referentes territoriales de la Arquidiócesis de Córdoba.
De esta manera, convocó a la dirigencia política basándose en la encíclica Fratelli Tutti (“Todos somos hermanos”) del Papa Francisco y sostuvo que “hace falta la mejor política puesta al servicio del verdadero bien común. Lo primero que debe contemplar la política es el bien de las personas”.
En su mensaje ante los funcionarios, Rossi reclamó “hacer política de otra manera”. En ese sentido, aseguró "que se puede mostrar empatía sin que eso suponga debilidad. Se puede trabajar con compasión a la vez que con tenacidad y se puede ser fuerte y amable".
Asimismo, afirmó que el desafío debe ser "creer que la popularidad y el liderazgo aún pueden basarse en virtudes, que aún hay referentes compasivos y que, quizás, aún hay también esperanza y compromiso en el oficio político. No nos conformemos con menos”.
Las palabras de Rossi llegan en momentos en que la Iglesia Católica volvió a lanzar críticas por la situación social que preocupa a todo el país. Este miércoles, la iglesia de la Virgen del Milagro de Caacupé en Ciudad Evita, realizó una misa para mostrar un fuerte apoyo a los comedores por la falta de alimentos.
El monseñor Oscar Ojea hizo un homenaje a las madres que colaboran en comedores y, ante unas 300 personas, contó que, cada vez más individuos, le advierten por el faltante de productos: "A veces la gente viene enojada a los barrios a buscar comida. Ahora me arrancan la comida y tenemos que decir no hay más", reveló.
Por su parte, la conferencia Episcopal Argentina emitió un comunicado hace algunas semanas en reclamo del recorte de alimentos para los centros asistenciales y, tanto la asociación Curas en Opción por los Pobres como referentes de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), exigieron la salida de la ministra Pettovello, quien se ausentó nuevamente en la Comisión de Acción Social y Salud Pública de la Cámara de Diputados, organismo que investiga el conflicto por la distribución de alimentos.