En las esferas del poder, del peronismo y del periodismo el libro Conocer a Perón es tema de debate y da tregua a la discusión por el ajetreo de la economía. La obra de Juan Manuel Abal Medina lleva agotadas cuatro ediciones y se mantiene hace cinco meses en el top cinco de libros de no ficción más vendidos de la Argentina. ¿Qué la hace una obra trascendental?
Los motivos del éxito de la obra de Editorial Planeta son varios. El primero es que por primera vez revela hechos históricos importantes como la primera impresión de Perón ante el asesinato de Rucci o las últimas palabras de Fernando Abal Medina tras encabezar el operativo que terminó con la vida de Aramburu. El segundo es que tiene una inigualable actualidad política: gran parte del libro trata los dilemas que debió enfrentar Perón para vencer la proscripción y ser electo presidente, situación similar a Cristina Kirchner. El tercero es que el autor es protagonista de la historia, tiene un estricto cuidado de los datos y crea una prosa prolija, meticulosa y atrapante.
Abal Medina es periodista y abogado. Fue el último secretario general del Movimiento Peronista y hacedor de la vuelta de Perón a la Argentina.
Alberto Fernández: el destaque y el enojo
Pese a estar inmerso en los problemas de la Argentina, Alberto Fernández se tomó el tiempo para leer Conocer a Perón. Al menos dos veces en público elogió la obra y reconoció que su lectura lo hizo destacar a Perón como pacifista y estadista.
"Yo empecé a militar a los 14 años en el peronismo, en un época difícil porque fue la llegada de Perón con López Rega y con Isabel. A los jóvenes nos frustró mucho. Debo admitir que después de leer el libro de Abal Medina me reconcilié con Perón, porque estaba equivocado en mi enojo. El libro deberíamos leerlo todos los que fuimos parte de esa generación y que en ese momento no entendíamos", afirmó Alberto Fernández en una entrevista con Tomás Rebord. Antes lo había destacado en un acto en Entre Ríos.
Pero no toda la obra gustó al presidente. El Destape pudo saber desde su entorno que no le agradaron las definiciones del libro acerca del Esteban "el Bebe" Righi, quien es presentado como el ministro de Interior de Héctor Cámpora que buscaba aferrarse al poder y no hacer la transición a las elecciones para la vuelta de Perón. "Los dos principales asesores y operadores de Cámpora, su sobrino Mario y Righi, no contaban con la simpatía del General. Tampoco ellos tenían por él mayor estima", escribe Abal Medina.
Las últimas palabras de Fernando Abal Medina
Una de las partes más emotivas del libro es el recuerdo que reconstruye Juan Manuel de su hermano Fernando. Un capítulo muestra el momento en que Fernando lo cita en la avenida Rivadavia y a Juan Manuel lo suben a un Dodge en la avenida Rivadavia.
"Lo vi inquieto. Aparentemente, estaba tranquilo, pero algo traía. Entonces me dijo: ´matar es terrible...es tremendo´, o al revés: ´es tremendo, es terrible´. Estaba claro que matar no le había hecho bien. Me apretó los hombros desde atrás. Yo le apreté las manos, y se bajó del auto. Esa fue la última vez que nos vimos", escribió.
La muerte de Rucci
Para Abal Medina fue el golpe más grande que le dieron a Perón tras su vuelta a la Argentina y posiblemente un detonante para su deteriorada salud. A dos días de haber ganado las elecciones, el presidente debía enfrentar una interna que confrontaba al sector sindical considerado conservador con la juventud peronista representada entre otros por los Montoneros.
El último secretario general del Movimiento Justicialista da a entender que Perón creía que los Montoneros estaban detrás del crimen. Además recuerda una frase desgarradora que dice al verlo Abal Medina tras el asesinato de Rucci: "Me mataron a mí...Peor: mataron a mi hijo".
La salud de Perón, el siniestro López Rega y el final
El libro cuenta que algunos problemas en la salud de Perón no fueron comunicados a los argentinos para no generar alarma. Abal Medina se pregunta si la salud del General no se vio empeorada por los manejos que hacía López Rega en la intimidad de la casa de Gaspar Campos que habitaban con Isabel o en la residencia de Olivos.
El autor tilda de "demente" a López Rega y muestra el destrato público que tenía con él. Incluso recuerda que intentó alejarlo de Perón mediante diálogos con sindicalistas y funcionarios, pero no puedo hacerlo.
La muerte de Perón es un momento desgarrador del libro que termina con una impresión de lo que se avecinaba en la Argentina: un abismo incontrolable.