El Lawfare que se desató contra líderes populares de América Latina en los últimos años comienza a desenmascararse, poco a poco. Así como la persecución política contra Cristina Fernández de Kirchner quedó en evidencia, lo mismo se replica en otros países de la región. Este lunes empezó a suceder en Ecuador, donde un exagente de inteligencia involucrado en el “caso Balda”, donde se investiga al expresidente ecuatoriano Rafael Correa, afirmó que fue presionado políticamente y direccionó su testimonio en la causa para quedar amparado en la “cooperación eficaz”. El protagonista de la revelación fue el espía Luis Raúl Chicaiza, quien brindó una conferencia de prensa desde la Argentina donde -aseguró- pidió asilo político.
En el “caso Balda” se investiga el secuestro del político opositor Fernando Balda, ocurrido en 2012, en Colombia. Chicaiza obtuvo una reducción de su pena luego de acogerse a la delación premiada. En la hora y media que se extendió la conferencia que se realizó este lunes por la plataforma Zoom y se transmitió por YouTube, el exespía afirmó: "En varias ocasiones nos sacaban de los centros de reclusión social intempestivamente con el fin de presionar (para) que se involucre con nuestro testimonio anticipado a altos mandos jerárquicos y desde el Ejecutivo al economista Rafael Correa". Y sumó: "Es evidente que nosotros para la Justicia somos chivos expiatorios para alcanzar fines políticos”.
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En su relato, el exagente contó que en la Justicia ecuatoriana le habían ofrecido “una nueva identidad, la salida del país, una 'reinserción' económica y cargos públicos para nuestros familiares”.
El propio Correa se hizo eco de la conferencia en Twitter a través de tuits y retuits. Por ejemplo, escribió: “De la larga intervención de un disperso Chicaíza, la substancia: Balda preparó caso con Moreno. Trujillo lo presionó para que me involucre o lo mandaban 9 años preso. Senain nunca incumplió la ley. Pablo Romero es inocente. Balda es un delincuente”.
El “caso Balda” aborda el secuestro del dirigente político ecuatoriano Fernando Balda, quien se encontraba en Colombia al momento de los hechos, en 2012. Por este episodio se apuntó directamente al entonces presidente Rafael Correa. Se lo acusó de estar detrás de la maniobra, que se investiga en la Justicia.
Al ser consultado por la prensa, Chicaiza se cuidó de no decir que mintió en su testimonio ante la Justicia pero sí dijo que fue presionado. “El testimonio anticipado (ante la Justicia) es 95% real. Nadie lo niega. El 5% es una presión política de que si no metíamos o no hacíamos lo que nos decía Trujillo no se nos otorgaba la colaboración eficaz”, afirmó. Si no se acogía a ese régimen, pesaría sobre él una pena de 9 años de prisión.
También denunció que no se cumplió lo que había acordado en tribunales. Y explicó que “estoy en Argentina porque mi vida ha corrido riesgo”. Indicó que sufrió “amedrentamientos, chantajes y extorsiones por parte de entes del Gobierno” ecuatoriano. “Pedí refugio en la Argentina, de acuerdo a los convenios bilaterales y el Tratado de Ginebra”, añadió. Por último, aseguró que próximamente brindará una nueva conferencia de prensa con pruebas documentadas sobre todo lo que dijo.