Un condenado por homicidio y denunciado en una causa judicial por presuntas torturas y vejámenes cometidos a soldados argentinos durante la Guerra de Malvinas participó del acto negacionista en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires organizado por la candidata a vicepresidenta de La Libertad Avanza (LLA), Victoria Villarruel. "¡En la Patria empieza a amanecer!", celebró el mayor Marcelo Alberto Llambías Pravat desde sus redes sociales.
"Fue un torturador en Malvinas e integra la legión de impunes hasta el momento", expresó el exsubsecretario de Derechos Humanos de Corrientes, Pablo Vassel, en diálogo con Radio Nacional. Según este, quien además es el impulsor de la denuncia judicial, Llambías "es un viejo promotor de la impunidad, de la tortura a los soldados argentinos en Malvinas" durante el conflicto bélico y aseguró que como abogado "se encarga de defender a camaradas suyos". Muchos de sus representados asistieron al acto organizado durante el último lunes.
Desde su cuenta de Twitter, el ex militar no dudó en celebrar el acto "homenaje" de Villarruel. "Mientras los zurdos lloraban a los gritos se realizó este impecable acto de homenaje a los más de 17.000 argentinos que fueron víctimas del terrorismo marxista. Gracias a las valientes, Victoria Villaruel y Lucia Montenegro. ¡En la Patria empieza a amanecer!", manifestó. En redes se presenta como: veterano de la Guerra de Malvinas, abogado penalista, católico y provida.
Denuncia judicial por torturas en Malvinas
Según pudo confirmar El Destape, la causa por torturas en Malvinas se tramita desde el 2007 ante el Juzgado Federal de la ciudad de Río Grande, en la provincia de Tierra del Fuego. Hasta el momento, declararon más de 200 soldados como testigos directos y víctimas. "Es una causa muy grande, hay hasta la fecha un centenar de militares denunciados. Se investigan varios hechos de tortura como estaqueamiento (horas crucificados en el suelo con las extremidades atadas a estacas), enterramiento de soldados hasta el cuello, inmersión en aguas heladas completamente desnudos, golpes varios, simulacros de fusilamiento, descargas eléctricas y demás", explica Jerónimo Guerrero Iraola, abogado querellante en la causa como representante del Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas (CECIM) de La Plata.
Actualmente, desde la fiscalía y con el apoyo de la Procuraduría de Crímenes de lesa humanidad de la Procuración General de la Nación, se viene sistematizando por regimientos y se toman diferentes denuncias que forman parte del expediente. "En una de esas denuncias, que tomamos hace unos meses, aparece el nombre de Llambías como autor del delito de tortura, aparece dando la orden y gestando una situación de estaqueamiento contra un soldado. Todas estas torturas obedecían a una reacción frente a un hecho muy humano y profundamente reactivo de los soldados, que era procurarse comida", señala el representante legal. Y añade: "Los soldados sufrían hambre, producto de una deliberación y falta de idoneidad para llevar adelante una guerra y ante la posibilidad de buscar comida para subsistir eran torturados y castigados".
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El caso al que hace alusión, que tiene como protagonista a Llambías Pravaz, quien entonces se desempeñaba con el grado de Subteniente y como Jefe de la Tercera Sección de la Compañía C del Regimiento de Infantería Nro. 4, se encuentra en el expediente. Uno de los soldados, denunciantes en la causa, fue víctima de un estaqueamiento como una "supuesta sanción" por haber aceptado una caja de leche en polvo que le compartió un compañero, y que había sido robada al entonces subteniente.
En el documento al que accedió El Destape , relata: "Lo sacó, le pegó unos sopapos y le dijo: 'Tiene 15 días de arresto, tagarna, milico ladrón, no tiene vergüenza'. Le hizo hacer carrera, salto rana y cuando rompieron la formación lo dejaron ahí. Un Sargento Primero le pidió que lo deje pero el subteniente respondió: 'No, acá se hace lo que yo digo, no lo mato de lástima porque tendría que mandarlo a fusilar'". Y agrega: "Después de eso, le pegó unos sopapos más, un culatazo en la espalda y lo hizo estaquear en el barro, con sables bayonetas sobre piedra y lo ataron con los cordones de los borceguís. Llambías Pravaz le dijo: 'Usted acá se va a secar, usted no merece ser servidor a la patria'. Estuvo estaqueado alrededor de 5 o 6 horas, hasta que se produjo un bombardeo".
Ante las denuncias, la Sala I de la Cámara Federal de Casación Penal -conformada por los jueces Daniel Petron, Ana María Figueroa (en disidencia) y Diego Barroetaveña- determinó que no considera a los delitos mencionados como "crímenes de guerra" o "de lesa humanidad" porque ya habían prescripto. "Nadie, en el transcurso de estos 16 años, negó la tortura; lo que en todo caso sostuvieron siempre fue que la acción penal estaba prescripta", marcó. Y apuntó: "Vulneran las leyes de la sana crítica, porque son fallos que no están bien fundamentados y hacen una caracterización de los delitos que sustraen de los estándares internacionales en materia de juzgamiento a crímenes de este tipo, hacen un análisis dogmático que quedó desestimado por la comunidad respecto a qué es un crimen de les humanidad".
"Haber visto que Llambías Pravat participó del acto de Villarruel nos preocupa muchísimo, es un avance de la impunidad y el negacionismo, también de un culto al terrorismo de Estado, al Estado criminal y genocida. Nos parece que que adquieran protagonismo los mismos artífices de la tortura y de las graves violaciones de DD.HH. cometidas entre el '76 y el '83 en Argentina, nos hiela la sangre. Es un retroceso para el país y para la humanidad entera", señalan desde el CECIM.
A su vez, desde el año 2007 y tras el fallo Bueno Alves vs. Argentina de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), "existe un deber y una obligación del Estado de investigar toda vez que se haya cometido una grave violación a los derechos humanos y no se pueden esgrimir institutos de derecho interno, como la prescripción, para eludir esa responsabilidad del Estado", señala el abogado.
"Entre los crímenes de lesa humanidad y las graves violaciones a los derechos humanos hay una relación de género-especie. Todo crimen de lesa humanidad es una grave violación a los DD.HH. pero no toda violación es un crimen de lesa humanidad. Como prima el estándar de que el Estado va a investigar cada vez que haya una violación de derechos, en este caso no hay dudas que existió. La tortura, cuando es cometida por el Estado, es una grave violación y los torturadores fueron miembros de las Fuerzas Armadas", sostuvo. Razón por la cual, atacan ante la CSJN el fallo "vergonzoso" de la Sala I.
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Se espera, desde diciembre del 2021, que la Corte Suprema de Justicia (CSJN) resuelva si los crímenes denunciados se tratan o no de delitos de lesa humanidad. "Exigimos a la Justicia federal que avance rápidamente con las investigaciones. Lo que se está dirimiendo es si las torturas en Malvinas fueron graves violaciones a los derechos humanos, para nosotros crímenes de lesa humanidad y por tanto, pueden ser investigadas; o si por el contrario fueron delitos comunes y están prescriptas", señaló Guerrero Iraola. Más allá de esto, creen que la Corte "va a hacer primar el sentido jurídico y los estándares vigentes" en estos casos.
"Ya tenemos dictamen favorable de la Procuración, el procurador ha dicho que existe una obligación del Estado a investigar -hace ya casi un año-. No debería suceder otra cosa. Si sucede es porque el lobby militar, el avance de estas expresiones en otros planos que son más del orden de lo político, estarán primando", concluyó. En el fallo, al que accedió este medio, el Ministerio Público Fiscal consideró a Llambías "a priori" responsable "en calidad de autor o coautor funcional directo" de los crímenes descriptos.
Por esa razón solicitaron que sea llamado a prestar declaración indagatoria, argumentando que se reunieron "elementos probatorios suficientes que permiten afirmar, con el grado de certeza requerido en esta instancia, que debe responder como autor mediato por los delitos de imposición de tormentos" que sufrieron las víctimas. A pesar del pedido, la jueza Mariel Borruto decidió frenar la disposición.
Condena por homicidio simple
Llambías fue condecorado por su actuación durante el conflicto bélico contra los británicos, en 1982. Pero tiempo después fue destituido del Ejército Argentino por el expresidente de la Nación Néstor Kirchner, mediante el decreto 807 en julio del 2005. La medida se tomó, según indica el Boletín Oficial, "de acuerdo a lo previsto en el Código de Justicia Militar". ¿La razón? Fue condenado a 9 años de prisión por haber asesinado en la calle al camarada y teniente coronel retirado, Jorge Osvaldo Velazco -con quien había compartido misiones de paz con los Cascos Azules-. El hecho ocurrió en el barrio de Núñez, durante enero del 2001.
Frente a una decena de testigos, se pusieron a discutir; pasaron a los golpes y luego a los empujones. Fue entonces cuando el mayor condenado sacó su arma, le dio un culatazo, lo tiró al suelo y luego, lo remató de un tiro en la cabeza. Si bien se escapó del lugar del hecho, a los tres días terminó entregándose ante las autoridades. La esposa de Velazco, presente al momento del crimen, dijo que habían tenido una discusión por una maniobra de tránsito y posteriormente, admitió que en realidad se trataba de una pelea por una mujer.
Si bien el militar admitió haber cometido el crimen, sostuvo que el tiro se le escapó cuando le pegó a Velazco con el arma y que "se trató de un accidente". Por este hecho, el Tribunal Oral Criminal N° 6 decidió declararlo culpable del delito de "homicidio simple".