Los resultados y las consecuencias de las elecciones legislativas de este 14 de noviembre tienen muchas interpretaciones y en estos días seremos testigos de una variada gama de análisis al respecto. Pero en lo personal, prefiero destacar dos aspectos: primero, la notable recuperación en la participación en estos comicios en relación a las PASO de septiembre; segundo, la suma de votos a favor del Frente de Todos.
Está claro que ninguna de las dos cosas ocurrió en un contexto fácil y/o de casualidad. Ambas fueron el fruto de un trabajo militante intenso, - en el que los movimientos sociales tuvieron un rol fundamental - que salió a buscar casa por casa a las y los votantes; que con organización se movilizó para hablar con cada vecino y vecina, dejándoles en claro cuáles eran los proyectos en pugna en nuestro país y qué se jugaba en esta elección.
Ahora, con los resultados en la mano, ya podemos ir proyectando lo que se viene en un Congreso que tendrá una nueva composición y empezar a vislumbrar los desafíos políticos y parlamentarios que nos esperan para los próximos dos años.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
En principio, y por los primeros movimientos de la oposición, ya empezamos a ver la articulación de una máquina de impedir destinada a obstaculizar las iniciativas que surjan desde el oficialismo. Algo que, todo indica, lo van a llevar adelante sin sutilezas ni teniendo en cuenta las necesidades reales de millones de argentinos y argentinas.
MÁS INFO
En este sentido, el bloque de Juntos por el Cambio, lejos del discurso republicano de diálogo y consenso del que suele hacer gala en los medios de comunicación, parece embarcarse en una operación egoísta pensada para potenciar sus chances en el 2023. Para lograrlo, meterán palos en la rueda que eviten hacer prosperar las propuestas del Ejecutivo en el Congreso de la Nación.
Es muy claro que de nuestra parte la idea es otra. El presidente nos ha convocado a redoblar los esfuerzos para responder a las urgencias sociales y económicas actuales, y este llamado no es una fuga hacia adelante o una negación de la realidad, sino que es la reafirmación de que seguiremos haciéndonos cargo del compromiso asumido en el 2019: gobernar para todos y todas.
El desafío hoy es articular un programa plurianual que garantice que los últimos serán los primeros, y que defienda el bolsillo, la producción, la mesa y el trabajo argentino. Sabemos que este camino es complejo, en especial porque debemos evitar las recetas ortodoxas que todo lo quieren solucionar con ajustes imposibles y perpetuos. Recetas, que, por otra parte, han sido las responsables de las experiencias más negativas que ha vivido nuestro pueblo.
Por todo esto, nos parece muy importante el compromiso de Alberto Fernández de someter cualquier acuerdo por la deuda y con los organismos de crédito internacionales, a un análisis y aprobación por parte de diputados y senadores. Este es un hecho escasamente valorado por quiénes en el pasado reciente, sin consultarle a nadie, nos “regalaron” un endeudamiento monumental y catastrófico que hipotecó a generaciones de argentinos.
No somos ingenuos, sabemos que para lograr estas metas vamos a tener que hacer muchos más esfuerzos que los realizados hasta ahora. Seguiremos, como hasta ahora, consolidando la unidad del Frente de Todos, porque esta es la principal herramienta para sustentar en el tiempo nuestro proyecto político de desarrollo con crecimiento e inclusión. Por eso desde SOMOS/ Barrios de Pie convocamos al acto del día del militante de este miércoles, para encontrarnos y hacernos más fuertes frente al futuro que nos espera.
En segundo lugar, y con el mismo nivel de compromiso, tenemos que avanzar en acuerdos políticos y sociales cada vez más amplios a fin de poder elaborar y consensuar leyes que impacten de manera positiva en la sociedad.
La agenda de la pospandemia está en nuestras manos. No podemos sumarnos, en este momento crucial, en disputas minúsculas. Por el contrario, debemos agudizar la inteligencia, avanzar en la amplitud y poner por delante el interés colectivo por encima de las miradas mezquinas y neoliberales.