La fiscala Gabriela Boquin rechazó la recusación pedida por Mauricio Macri y su familia en la causa Correo Argentino, donde se define la multimillonaria deuda que los Macri tienen con el Estado. En su escrito explicó que, tal como establece la ley, los fiscales del fuero comercial no pueden ser recusados, pero igual se tomó el trabajo de desarmar cada una de las falsas acusaciones de los Macri en su contra. Resta ahora que definan las juezas María Lilia Gomez Alonso y Matilde Ballerini, que si le dan la razón a los Macri irían en contra de la propia jurisprudencia de la Cámara Comercial y de sus propios fallos, ya que incluso ellas validaron el trabajo de la fiscala Boquin.
Hace unos días, tal como informó El Destape, la familia Macri recusó a la fiscala Boquin. Esto es, quieren que deje de intervenir en el expediente donde logró frenar la condonación de la deuda que tienen con el Estado desde el 2001. Fue su enésimo intento por desplazarla, con maniobras que van desde la apertura de un sumario interno en el Ministerio Público a partir de una falsa denuncia por maltrato laboral hasta presiones mediáticas y amenazas personales.
Al recusarla, los Macri llegaron al extremo de plantear que Boquin vio afectada su objetividad porque “se siente presionada” por Macri. Una clara inversión de la carga de la prueba: es un hecho que la presionaron mediática y judicialmente, que hubo sospechosas fallas en su custodia, que le robaron papeles del caso Correo de su auto, que su gato apareció muerto en la puerta de su casa, que le armaron una falsa denuncia por violencia laboral.
“Más allá de pretender ahondar en mi fuero íntimo, lo que demuestra el escrito en vista – a mi entender- es una profunda discrepancia con las cuestiones contenidas en los dictámenes emitidos por esta Fiscal que en definitiva serán resueltas por el Poder Judicial”, plantea Boquin en el escrito donde rechaza la recusación, que está disponible en el sistema de consultas web.
A Boquin la acusaron de no ser imparcial, basados en el contenido de sus dictámenes y en lo que expresó ante la Comisión Bicameral del Congreso donde fue citada ante los aprietas que sufre por parte del procurador interino Eduardo Casal, y de tener una enemistad manifiesta con los Macri. Ahora la fiscala rechazó la recusación y rebatió cada una de las acusaciones.
Para Boquin el intento de recusarla “resulta improcedente y extemporáneo”. Por empezar, porque no se puede recusar a un fiscal del fuero Comercial. Cita el artículo 33 del Código Procesal Civil y Comercial donde se establece que “los funcionarios del ministerio público no podrán ser recusados”. Como se trata de una fiscal del fuero Comercial le rige este artículo, ergo, no puede ser recusada. Si fuera fiscal en materia penal otra sería la historia. Pero en el caso del fuero comercial no se puede. “Los fiscales comerciales (como es la suscripta) no son recusables, permitiendo la norma solamente su excusación”, argumenta Boquin, que tampoco piensa excusarse.
Con esto solo bastaría para desestimar la pretensión de Macri y su familia de sacarse de encima a esta fiscal díscola. Boquin cita varios casos de distintas salas de la Cámara Comercial donde los jueces rechazaron recusaciones a fiscales justamente porque no se puede. Ahora, sin embargo, las juezas Gómez Alonso y Ballerini iniciaron un camino extraño: tomaron este rechazo de Boquin como un informe y le dieron intervención al fiscal civil Javier Ignacio Lorenzutti, que se desempeña ante la Cámara Federal de Apelaciones en lo Civil, Comercial y Contencioso Administrativo de San Justo. A Lorenzutti lo designó el procurador interino Eduardo Casal, que apuró un sumario interno contra Boquin a pedido de Macri. Las juezas dejarán opinar a Lorenzutti y luego definirán.
“La imposibilidad de recusar a los fiscales dispuesta en la norma procesal civil y comercial resulta tan clara que el código ritual no previó procedimiento alguno para el eventual trámite de recusación, claramente vedado”, plantea Boquin.
Pero no se queda en eso. La fiscala Boquin da vuelta el argumento de los Macri y muestra como ocultaron información al pedir su recusación. En su escrito, los Macri habían citado una resolución del ex procurador Esteban Righi en un expediente que involucraba a Sociedad Comercial Del Plata. Boquin revela que omitieron que en esa misma causa la Sala A de la Cámara Comercial desestimó la recusación de la entonces fiscal Alejandra Gils Carbó por el simple hecho de que los fiscales no pueden ser recusados. Boquin además aportó un dato clave: Javier Llorente, actual abogado de los Macri, fue el abogado de Sociedad Comercial Del Plata, así que no podía desconocer el resultado de ese intento por recusar a Gils Carbó como no puede desconocer ahora la improcedencia de su actual intento.
Boquin relata que los Macri fundan “la causal para la recusación en una supuesta enemistad o prejuzgamiento o animosidad que surgiría de fragmentos arbitrariamente extraídos de los dictámenes que emití”. Ante esto, sostiene: “la solicitud de mi recusación fundada exclusivamente en actos (dictámenes) propios del ejercicio de la función y de las facultades que me otorgan la Constitución Nacional y la Ley Orgánica del Ministerio Público Fiscal, resulta manifiestamente inadmisible”.
“Es incomprensible, por ende, que un fiscal pueda ser recusado por cumplir la función que la ley le asigna. Ello podría llevar a consecuencias indeseadas como que el fiscal que me reemplazara también pudiera ser recusado por igual motivo y así sucesivamente”, escribió Boquin al rechazar la recusación.
El otro punto que plantearon los Macri es que la fiscala Boquin no es imparcial. Lo insólito, como explicó El Destape, es que no debe serlo. La imparcialidad es un requisito para los jueces, no para los fiscales, que deben impulsar la investigación. En su respuesta, Boquin va en la misma línea y dice que “las razones alegadas revelan un desconocimiento del rol del fiscal”
“Socma Americana S.A. confunde el rol del juez con el del fiscal”, describe Boquin, y afirma: “Destaco que no tengo ‘enemistad’ ni manifiesta ni no manifiesta ni ‘resentimiento’ ni ‘inquina personal’ ni ‘odio’ ni ‘enemistad sobresaliente’ ni me encuentro en ninguna ‘cruzada personal’ contra Correo Argentino S.A, sus accionistas o beneficiarios finales (a quienes no conozco personalmente) que me provoque dictaminar en forma tendenciosa o parcial, como expone la recusante en su escrito”. En comillas están las falsas acusaciones de los Macri.
La otra supuesta causal de recusación planteada por los Macri fue que Boquin investigaba de más, en especial sobre el vaciamiento de Correo Argentino. La fiscala también demuele ese argumento, ya que justamente la ley del Ministerio Público en su artículo 31 dice que su función es “realizar investigaciones con relación a los casos en los que interviene a fin de esclarecer si hay afectaciones a la legalidad, a los intereses generales de la sociedad y/o a los derechos humanos y las garantías constitucionales”. La fiscala Boquin esgrime, con razón, que “si no hubiese investigado ni hubiese requerido medidas habría incurrido en mal desempeño”.
Boquin advirtió algo nuevo en la recusación: “en varias partes del escrito Socma Americana S.A. se refiere al supuesto agravio que le produce mi actuación a los beneficiarios finales sin dar sus nombres ni identificarlos, lo cual ya de por sí es una irregularidad que debe ser subsanada solicitándole a V.E. que- atento a la referencia efectuada- se intime a identificarlos”. Parece que los abogados de la familia Macri hablaron de más.
En otro fragmento insólito de la recusación contra Boquin, los abogados de los Macri dijeron que el tiempo que lleva este caso es normal. “Es el primer concurso preventivo que tuvo una duración de casi 20 años sin finalizar su período de exclusividad y con un proceso de salvataje abierto en dos oportunidades en segunda instancia. Reafirmo que nunca experimenté ni tuve conocimiento de un caso como el de autos”, contestó Boquin.