El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) porteño, que responde a Mauricio Macri, insiste en entrometerse en el caso Correo Argentino. Pese a que la Cámara Nacional en lo Comercial ya le advirtió que es un tribunal local y no tiene jurisdicción en un caso a nivel nacional ahora emitió un fallo que apunta directo a la fiscala Gabriela Boquin. Los Macri quieren desplazarla, les dijeron que no y estos jueces porteños quieren que se revise esa decisión. No va a pasar, pero muestra hasta que punto los miembros del TSJ porteño son abogados de Macri con patente de jueces.
Tal como informó este medio, el TSJ porteño se metió en el caso Correo para abonar el intento de los Macri de apartar a la jueza Marta Cirulli y tenía preparado un fallo gemelo sobre la fiscala Boquin. Priorizaron primero el de la jueza Cirulli ya que tiene todo listo para decretar la quiebra de la empresa. Se los rechazaron. Ahora firmaron el de la fiscala Boquin. El destino será el mismo pero no deja de despertar alertas.
Para Macri es crucial desplazar a Boquin, que no sólo frenó la condonación de 70.000 millones de pesos a su familia sin que descubrió y denunció el vaciamiento de Correo Argentino. A Boquin intentaron correrla de muchas maneras. Algunas ilegales, como el robo a su auto o una falsa denuncia de maltrato laboral. Otras jurídicas, que terminaron en un rechazo detrás de otro.
Los Macri dijeron que la fiscala Boquin se extralimitaba de su rol como fiscal, algo que fue rechazado por la jueza Cirulli, por las camaristas Maria Lilia Gómez Alonso e incluso por la Corte Suprema. Luego fueron por otro lado. Para recusar a Boquin llegan al extremo de plantear que vio afectada su objetividad porque “se siente presionada” por Macri. Una clara inversión de la carga de la prueba: es un hecho que la presionaron mediática y judicialmente, que hubo sospechosas fallas en su custodia, que le robaron papeles del caso Correo de su auto, que su gato apareció muerto en la puerta de su casa, que le armaron una falsa denuncia por violencia laboral.
Ese planteo de que Boquin no era objetiva también fue rechazado por la jueza Cirulli y las camaristas Gómez Alonso y Ballerini. Los Macri dijeron que esa negativa de sacar del medio a la fiscala era inconstitucional y fueron al TSJ porteño para que los ayudara. El TSJ lo intenta, pero es una vía muerta.
Ayer El Destape informó que las camaristas Gómez Alonso y Ballerini rechazaron el fallo del TSJ porteño que pretendía que se revisara su negativa de apartar a la jueza Cirulli; lo mismo sucederá ahora, cuando reciban este nuevo fallo que apunta a la fiscala Boquin. Decidir otra cosa iría contra ellas mismas.
El TSJ porteño es de Macri. Su presidenta, Ines Weinberg, fue la candidata de Macri para Procuradora General; Santiago Otamendi fue el viceministro de Justicia del laware. El tribunal lo completan Marcela De Langhe, Luis Lozano y Alicia Ruiz.
Al igual que en el caso de Cirulli, en este fallo contra Boquin votaron juntos Weinberg, Otamendi y De Langhe. Volvieron a usar como argumento el caso Levinas, caso en el cuál como informó este medio hasta el procurador interino Eduardo Casal dijo que la Justicia porteña no puede meterse en un caso nacional. El juez Lozano votó en contra del pedido de los Macri y la jueza Ruiz hizo una mezcla: rechazó el pedido pero insistió en que el TSJ puede intervenir en el caso.