“A mí me vino a ver Mauricio Macri cuando yo era ministra de Trabajo (2001) para defender los intereses del Correo Argentino. Así que a mí no me puede mentir”. De esta manera, Patricia Bullrich hablaba sobre el expresidente Mauricio Macri y la gestión que hacía en su época de empresario para no pagar el impuesto por la concesión. El ministro de Justicia, Martín Soria, rememoró una nota de archivo para dejar en evidencia la contradicción de la presidenta del PRO, luego de que se diera a conocer la quiebra de la empresa Correo Argentino.
“Me vino a pedir que el Correo no pagase un canon. Yo puedo atestiguar que en octubre del año 2001 estaba recorriendo despachos oficiales en nombre del Correo Argentino”, había asegurado Bullrich, quien además se preguntó irónicamente si en ese momento Macri ya había dejado de ser parte del directorio o si estaba contratado como lobbista. A través de la red social Twitter, Soria recordó el artículo periodístico: "Hace18 años, Patricia Bullrich declaraba que Mauricio Macri era un mentiroso que recorría despachos oficiales en nombre del Correo Argentino para no pagar... cinismo al palo". Ese extracto se desprende de la nota titulada "La flaca memoria de Macri", que apareció en Página12 el 4 de julio de 2003.
Decretaron la quiebra del Correo Argentino
La jueza en lo Comercial Marta Cirulli decretó este lunes la quiebra del Correo Argentino S.A., empresa del Grupo Macri, tras dar por fracasado el proceso de salvataje, informaron fuentes judiciales. La jueza tomó la medida luego de que fuera rechazada una nueva propuesta de la empresa postal que no satisfizo el interés del Estado Nacional.
En su fallo, Cirulli recordó que de las seis firmas que se presentaron al salvataje solo el propio Correo Argentino SA "mantuvo el interés de seguir con el trámite", y párrafos más adelante explicó que la oferta realizada no satisfizo a los acreedores necesarios como para prosperar. La jueza señaló en su fallo que la oferta realizada por la concursada solo representaba el 100 por ciento de la deuda a los ojos de la propia empresa, pero que no abarcaba el valor actual de la misma.
La magistrada también hizo referencia a la supuesta conformidad que la empresa deudora atribuyó a los acreedores de Categoría C, que habían prestado acuerdo a ofertas realizadas hace casi 20 años, en otra instancia del proceso concursal.
"A lo largo de todo ese tiempo variaron sensiblemente los indicadores económicos y sobrevinieron sucesivas devaluaciones de nuestro signo monetario con gran pérdida del valor adquisitivo, lo cual es de conocimiento público. En esa situación, no podría razonablemente suponerse que aquellos acreedores Categoría C -antes aquiescentes- aceptarían ahora la llamada mejora de propuesta, tratándose de créditos devengados hace dos décadas", sostuvo la jueza.