En una coda final de la exitosa gira europea que realizó dos semanas atrás, el presidente Alberto Fernández conversará de manera virtual con la canciller alemana Angela Merkel, cuya opinión puede resultar decisiva en la resolución de la deuda argentina con el Club de París, con un vencimiento importante el lunes que viene, pero también respecto a las negociaciones con el FMI. Fernández y Merkel ya tuvieron encuentros personales y virtuales, en los que siempre mostraron muchas coincidencias. En Gobierno cruzaban los dedos porque el buen vínculo se traduzca ahora en resultados.
Originalmente, se pensó la reunión como otra escala de la excursión express realizada por el Viejo Continente. Pero, por motivos sanitarios, Merkel suspendió todos sus encuentros personales, así que la conversación se postergó para cuando Fernández estuviera de vuelta en Buenos Aires. El Presidente se conectará este miércoles a las 10 desde la quinta de Olivos, posiblemente junto al ministro de Economía, Martín Guzmán. El ministro fue uno de sus compañeros en la recorrida realizada por los despachos de los jefes de Estado de Portugal, España, Francia e Italia, donde recolectaron apoyos a la posición argentina ante los organismos financieros internacionales.
La primera urgencia es la deuda con el Club de París, al que el lunes que viene hay que abonarle 2.400 millones de dólares. Alemania es el mayor acreedor en el club, con el 37,4% de la deuda. En abril pasado, Guzmán estuvo en Berlín con el secretario del Ministerio de Finanzas, Wolfgang Schmidt, para explicarle las restricciones que enfrentan los países de ingresos medios para recuperar sus economías en el contexto de la pandemia. Así que Merkel ya tiene una idea bastante acabada del planteo que le acercarán.
Ambos jefes de Estado se vieron por primera vez en febrero del año pasado, cuando cenaron en la Cancillería alemana, en la primera gira europea de Fernández, pocos días antes de que el coronavirus pusiera el mundo patas para arriba. Más cerca, en enero último, tuvieron un zoom de 40 minutos, con un temario similar al que mantendrán ahora. Pandemia y deuda. O deuda en situación de pandemia. “Siempre los hemos apoyado y así seguiremos haciéndolo", le expresó en esa última conversación Merkel. Argentina busca no sólo reprogramar el vencimiento del lunes sino también que no le cobren los intereses de recargo por el incumplimiento. En virtud de los recientes contactos mantenidos, en Economía se mostraban optimistas.
La segunda urgencia tiene que ver con la renegociación de la deuda con el FMI por un total de 44 mil millones de dólares, con vencimientos de alrededor de 4 mil millones de dólares entre agosto y diciembre. Si Argentina no consigue un acuerdo, deberá afrontar esos pagos, por lo que en Gobierno en algún momento especularon con la posibilidad de hacerlo con los derechos especiales de giro (DEG) que el propio FMI repartirá en septiembre entre sus miembros. Pero esa alternativa ya recibió rechazos dentro del propio Frente de Todos -hubo una declaración del bloque de senadores- que piden que esos dólares se utilicen en la recuperación económica de la pospandemia. El reclamo se repitió el 25 de mayo en una declaración firmada por dos mil dirigentes y personalidades.
Merkel es una voz importante también en el FMI, aunque el socio mayoritario y quien tiene la última palabra es Estados Unidos. Argentina quiere, en principio, que no le cobren una sobretasa por el préstamo récord concedido a Mauricio Macri. Pero, principalmente, propone estirar los plazos de pago más allá de los 10 años, algo para lo que deben modificarse las normas internas. Fernández ya le planteó estos temas a la titular del Fondo, Kristalina Georgieva, en la reunión que sostuvieron en Roma diez días atrás.
La canciller alemana está a pocos meses de dejar su cargo, que ocupó durante 16 años. Además, su ministro de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, tiene previsto una visita al país en las próximas semanas. En apariencia, no habría motivos para que Merkel no reitere su respaldo a Fernández, a días de un vencimiento clave. Sería un paso importante en la estrategia para despejar de incertidumbres la salud de la economía en el corto plazo.