"No hay ni fecha, ni lugar, ni participantes", respondían en el Frente de Todos respecto al encuentro del ministro de Economía, Martín Guzmán, con los gobernadores y jefes de los bloques parlamentarios de Juntos por el Cambio. La reunión nacida de un diálogo entre el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, con el gobernador de Jujuy y titular de la UCR, Gerardo Morales, sólo había sumado cuestionamientos y dudas en los últimos días, que se añadían a las dificultades que ya de por sí tiene en el Gobierno para cerrar las negociaciones con el FMI en los términos que pretende. De hecho, el encuentro con la oposición se produciría casi en simultáneo con la importante reunión que el canciller Santiago Cafiero mantendrá en Washington con el secretario de Estado Antony Blinken. Eso sí, luego de haber puesto mil peros al encuentro desde la oposición salieron a criticar la suspensión.
"El ministro Guzmán no quiere mostrar el ajuste que propondrá al FMI", salió a cuestionar Morales, gestor de la reunión frustrada. Lo acompañaron otros. "El gobierno prefiere ningunear a la oposición y no mostrar el aparente acuerdo con el FMI", sostuvo el senador radical Alfredo Cornejo. "Guzmán juega a las escondidas y continúa postergando la reunión", agregó el diputado Cristian Ritondo. De repente, la reunión para la que ponían tantas condiciones y reparos pasó a convertirse en central. "El ajuste lo pactaron ustedes", le respondió a Morales el diputado oficialista y vicepresidente de la comisión de Presupuesto, Marcelo Casaretto. "La oposición fue convocada hace dos semanas a conocer los avances de la negociación y dieron mil vueltas para reunirse, en una actitud irresponsable", recordó.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
En verdad, las dudas del Gobierno sobre la conveniencia de este encuentro particular con Juntos por el Cambio surgieron luego de las declaraciones de algunos referentes que parecieron ver en la invitación una oportunidad para sumar cuestionamientos a la política económica más que ayudar en las negociaciones. Luego de aquella exposición de Guzmán ante representantes de 23 provincias en la Casa de Gobierno, tanto el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, como la titular del PRO, Patricia Bullrich, criticaron la supuesta falta de precisiones del ministro. Rodríguez Larreta siguió la misma línea en las entrevistas que dio el último fin de semana. "Podemos opinar con la carta de intención (al FMI) arriba de la mesa. Pero no alcanza, no es sólo un acuerdo con el Fondo, tiene que estar enmarcado en un plan de crecimiento, de generar trabajo”, le dijo a Infobae. Es decir, ya adelantaba que ni siquiera conocer el acuerdo era suficiente.
La organización del encuentro había generado roces. Del lado del oficialismo, además de Guzmán, iban a participar Massa y los jefes de los bloques Máximo Kichner y José Mayans. Pero desde Juntos por el Cambio planteaban que debían estar sus diez jefes de sub bloques además de los tres gobernadores radicales y Rodríguez Larreta. "Hablamos con los diez y nos dicen diez cosas distintas. Todos no pueden participar, el problema es que no tienen jefatura y no sabemos con quién negociar", comentaban desde el Frente de Todos. Incluso, en las últimas horas se conoció la postura de la Coalición Cívica de Elisa Carrió que proponía que también estuvieran los demás bloques opositores por temor de que acusaran a Juntos por el Cambio de algún pacto espurio con el Gobierno.
Pero la cosa no terminaba ahí, las diferencias llegaban incluso a la sede del encuentro. En un primer momento, el presidente Alberto Fernández había deslizado la posibilidad de participar, pero la lógica indicaba que estaría en caso de que se hiciera en la Casa Rosada. La oposición exigió que se realizara en el Congreso, lugar que proponen como ámbito excluyente de todo diálogo. Desde el Gobierno planteaban como lugar intermedio que se hiciera en el despacho de Guzmán, en Economía. Tampoco parecía posible un acuerdo en el rubro locación.
Pero, por sobre todo, no se veía la ganancia del Gobierno para una reunión en la que la oposición ya adelantaba que no daría su apoyo y que saldría a enumerar las supuestas falencias de la postura argentina, es decir, todo lo contrario a lo que se apuntaba. El mismo día y casi a la misma hora que estaba pautado el encuentro con la oposición el canciller Cafiero estará con Blinken en Washington. El Gobierno espera que, de una vez, el apoyo que encuentra entre los funcionarios políticos de la administración de Joe Biden se concreten en recomendaciones a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y a la titular del FMI, Kristalina Georgieva.
No tenía mucho sentido complicar la oportunidad que se presenta con este encuentro, con una reunión con la principal oposición que no tenía forma de arrojar un saldo positivo. "Era darles la oportunidad de armar el circo que buscaban. La reunión con la oposición fue hace dos semanas en la Casa Rosada y el acuerdo se discutirá en el Congreso cuando llegue el momento", concluían en Economía.