Paso a paso, como proponía el filósofo contemporáneo Reinaldo Merlo, el Gobierno va ubicando piezas en el tablero que le permitirán, en algunas jugadas, dar jaque mate al problema de la deuda externa que Alberto Fernández heredó de la administración de Mauricio Macri. Y aunque reconocen que difícilmente el final de la gira, que tendrá como broche de oro un cara a cara (el primero) entre el presidente argentino y la titular del FMI, Kristalina Georgieva, traiga consigo anuncios concretos, celebran los avances conseguidos en estos cinco días en Europa, que permitirán recorrer el camino restante con otro aire. Se trata de una construcción paciente y por etapas que permita poner las cuentas en orden sin necesidad de contraer los gastos.
En este juego de gestos y mensajes, un guiño de Georgieva, sumado a los respaldos explícitos que Fernández supo recolectar en su recorrida, puede ser clave para destrabar la solución al más urgente de los problemas argentinos: el vencimiento de más de dos mil millones de dólares de deuda con el Club de París, que debería saldarse antes del final de este mes. La semana que viene se sumará a esa lista la alemana Angela Merkel, vía zoom. La propuesta formal del ministro de Economía, Martín Guzmán, un “puente” que posponga la obligación hasta después de acordar con el FMI, ya está en manos de sus acreedores, que deberán contestar antes de esa fecha límite.
Georgieva visitará a Fernández a las 9 de la mañana de Roma en el Sofitel de Villa Borghese, donde el mandatario está alojado. Se encuentra en la ciudad para participar de un seminario organizado por la Pontificia Academia de Ciencias sobre economía, desigualdad y cambio climático en la postpandemia. A esa cita también concurrirá el exsecretario de Estado norteamericano John Kerry, actualmente enviado especial para el Clima de Joe Biden, con el que el presidente argentino tiene previsto un brevísimo encuentro por la tarde.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
El encuentro Fernández - Georgieva puede significar “una bisagra” para la relación de la Argentina con el FMI, confiaba un miembro clave de la comitiva presidencial al tanto de las negociaciones. Se trata de una instancia clave para encontrarle una solución política a un problema de origen político, el préstamo irregular que el organismo le dio a Macri durante el último año y medio de su gestión. En paralelo, Guzmán avanzó en la parte técnica del acuerdo en sucesivas reuniones con la representante del Fondo para el Hemisferio Occidental, Julie Kozack.
Según pudo averiguar El Destape, ya es una decisión tomada por el Gobierno adherir a un acuerdo de facilidades extendidas, el programa más largo que ofrece el menú del FMI, que contempla el repago de la deuda en diez años. En el ínterin, trabajarán para obtener un período de tiempo aún mayor, lo que implica un cambio de reglas que es difícil de imaginar en el plazo en el que la Argentina necesita resolver sus urgencias. Sin embargo, advirtieron cerca de Fernández, eso no implicará condiciones tales como “reformas estructurales” que desregulen el mercado laboral o ajusten el sistema previsional, ni tampoco la revisión de las cuentas argentinas por parte de los técnicos del organismo.
Cerrar sesión