Cuando el 1º de marzo el presidente Alberto Fernández se siente de frente a la Asamblea Legislativa para dar su discurso de inicio del 140º período de sesiones ordinarias, encontrará un Congreso con poco margen de negociación, que por primera vez en la historia no trató ningún proyecto enviado por el Ejecutivo para extraordinarias y sin tener conformadas aun las comisiones en ambas cámaras. Tensiones dentro del Frente de Todos y abroquelamiento de Juntos por el Cambio pese a las rispideces internas generan un escenario difícil para que el oficialismo imponga agenda. La expectativa, principalmente, estará centrada en el pasaje que le dedique al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI)
Desde la vuelta a la democracia, el período que se inicia en el Congreso exhibe un complejo escenario para el Gobierno. A diferencia de lo que ocurrió en el comienzo de la gestión de Cambiemos, donde el oficialismo si bien era minoría tenía enfrente una oposición dividida en 30 bloques, ahora solo Juntos por el Cambio representa el 45,1% (116 diputados) en la cámara Baja.
Por el resultado de las últimas elecciones, JxC creció levemente en comparación a los dos años anteriores y, en contraposición, el Frente de Todos se debilitó y quedó con un 45,9% (118 diputados) de representación. Un empate. El 9% restante está aglutinado en 6 bloques que van de 2 a 8 miembros y no hay monobloques no alineados. “Uno de los márgenes de negociación más estrechos de todo el período democrático”, detalla un informe sobre el escenario del Congreso que circula por los despachos de la Casa Rosada y al que tuvo acceso El Destape. En el Senado ocurrió lo mismo. El Frente de Todos pasó de 42 a 35 senadores, mientras que Juntos por el Cambio creció de 29 a 34.
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Más compacta y envalentonada por la victoria, la principal alianza opositora se plantó y reclama presidir comisiones clave como Asuntos Constitucionales, Justicia, Agricultura, Educación, Legislación Penal, Energía y Seguridad para desde allí impulsar proyectos vinculados a su agenda política. Los presidentes de los bloques oficialistas en ambas cámaras saben de esta debilidad y negocian para ceder lo menos posible.
Esta parálisis, sumada al renunciamiento de Máximo Kirchner a la jefatura de la bancada por no estar de acuerdo con el entendimiento entre el Ejecutivo y el FMI, llevó también a que el mandato de Fernández para que en sesiones extraordinarias durante febrero se traten 18 proyectos en sesiones extraordinarias no se haya cumplido.
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El martes 1º de marzo, Fernández estará flanqueado por la vicepresidenta Cristina Kirchner y el presidente de Diputados, Sergio Massa. Será una nueva foto de los tres socios de este Gobierno desde el 11 de noviembre cuando fue el cierre de campaña. Las dos coaliciones destacan que el Congreso que encontrará Alberto Fernández presenta “correlaciones de fuerzas muy parejas en ambas cámaras” y que tanto el FdT como JxC “están atravesados por el debate del FMI, sin unanimidad en su interior”.
Por el momento hay silencio en ambos espacios. Sin embargo, desde el Frente de Todos apuntaron a El Destape que esperan del Presidente “un típico discurso de mitad de mandato” en el que evaluará lo hecho, destacará el crecimiento de la actividad económica por encima de niveles de prepandemia, la campaña de vacunación y proyectará lo que falta. Y buscan que la atención no quede centrada en lo que diga del acuerdo: “Alberto Fernández dice correctamente que el acuerdo con el FMI es un paso más, por eso tenemos que plantearle a los argentinos los pasos que vienen”.
Mientras que en Juntos por el Cambio estarán más pendientes de las formas y de las reacciones de la vicepresidenta. Cualquier chicana, apuntan, “para congraciarse con Cristina” puede poner en riesgo la aprobación del acuerdo. Mientras que el titular del interbloque Federal, Alejandro "Topo" Rodríguez, dijo a este medio: “Es importante que el Presidente presente los lineamientos económicos que prometió para diciembre pasado, cuando debía presentar el Plan Económico Plurianual”.
La apertura estará enmarcada en la falta de definición del tema de agenda más importante que tiene hoy Argentina y que es el acuerdo con el FMI. Se preveía que ingresara el viernes, pero la discusión se trabó en torno al aumento de las tarifas: el organismo que preside Kristalina Georgieva quiere que en 2022 aumenten un 60% y no el módico 20% general más segmentación que proponía el Gobierno. La resolución estaría en que el incremento de la tarifa sea sea un porcentaje de lo que suba el salario por lo que la suba quedaría alrededor del 40%. Según contó este portal, cerca del Presidente como del ministro Guzmán aseguran que “es cuestión de horas” para que se cierre e ingrese a Diputados. Por eso, Massa instruyó al secretario parlamentario, Eduardo Cergnul, para que la mesa de entrada esté abierta estos días.
Para la aprobación del acuerdo, por lo contado más arriba sobre la polarización en ambas cámaras, el Gobierno depende sí o sí de Juntos por el Cambio. Por ello, el discurso de Alberto Fernández que diseña el asesor presidencial Alejandro Grimson deberá ser muy equilibrado. Además de repasar los resultados de la gestión hasta acá y anunciar nuevos proyectos de ley, cada palabra que emplee Fernández serán analizadas al detalle por sus socios en el Gobierno como en el PRO, la UCR y la Coalición Cívica entre los otros bloques que componen JxC. De acuerdo a si se expresa con un espíritu conciliador o confrontativo, modificará el rumbo de las negociaciones tanto por las comisiones como también la decisión de JxC de apoyar o no el acuerdo.
Se espera que Fernández ratifique su intención de que el acuerdo pase por el Congreso y no evitar el trámite legislativo como propuso la Coalición Cívica esta semana. El partido liderado por la exdiputada y fundadora de Cambiemos Elisa Carrió propuso que se autorice al Poder Ejecutivo a suscribir con el FMI un nuevo plan de cumplimiento de los pagos de la deuda que tomó Macri, sin perjuicio del control posterior por parte del Congreso. "El ámbito para discutir y sancionarlo es el Congreso", precisó esta semana la portavoz Gabriela Cerruti.
“El desafío será mostrar la responsabilidad de Juntos por el Cambio en el endeudamiento sin herirlos porque necesitará de ellos, como también tendrá que sensibilizar a los propios que no apoyan”, analiza el presidente de un bloque opositor en diálogo con este medio. “La historia juzgará quién hizo qué. Quién creó un problema y quién lo resolvió”, dijo el Presidente cuando anunció el entendimiento con el FMI para renegociar la deuda. La frase había molestado tanto a propios como a adversarios y las consecuencias son conocidas ¿La volverá a decir?