Las expresiones anti LGBT+ por parte de dirigentes y funcionarios del Gobierno nacional y del partido oficialista La Libertad Avanza (LLA) parecieran ser ya casi moneda corriente. En medio de los postulados del presidente Javier Milei contra la Agenda 2030, su negación de la violencia machista por razones de género y la eliminación de todas las políticas para erradicarla, el director Ejecutivo del PAMI y presidente de LLA en Santa Cruz, Jairo Henoch Guzmán, publicó este jueves una bandera del orgullo LGBT+ prendida fuego en sus redes sociales.
"En Argentina solo la celeste y blanca", escribió el dirigente y funcionario patagónico. Según publicó El Tiempo Sur, Henoch Guzmán buscará una banca en la Cámara de Diputados de la Nación en las elecciones legislativas de 2025 y contará con el apoyo del ala del PRO de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Para llegar a ello, mientras ejerce sus funciones, comenzó a recorrer la provincia y el levantar las banderas homo-odiantes pareciera estar en su agenda de campaña.
Esa línea va de la mano con la postura de Milei, quien al asumir decidió eliminar el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidades y, con ello, prácticamente todas las políticas destinadas a la erradicación de la violencia por razones de género contra las mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries, entre otras identidades sexuales diversas. La eliminación de esa cartera del gabinete fue apenas el primer paso en una agenda regresiva de derechos en medio de lo que denominan en el Gobierno como "batalla cultural".
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Entre las medidas más significativas, el Gobierno prohibió el uso del lenguaje inclusivo y la aplicación de la perspectiva de género en administración pública nacional -por considerar que se han "utilizado como negocio de la política", según palabras del vocero presidencial, Manuel Adorni-, destinó un presupuesto igual a 0$ (cero pesos) para las políticas relativas a abordar las violencias hacia las mujeres y LGBTI, como el Programa Acompañar y la Línea 144; disolvió el Fondo de Asistencia Directa a Víctimas de Trata, y recientemente prohibió que las personas detenidas soliciten el traslado de penal por cambio de identidad de género.
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Una posición cada vez más radicalizada
A principios de noviembre, en la Asamblea de las Naciones Unidas, Argentina votó en completa soledad contra los derechos humanos de las mujeres. La resolución proponía el compromiso de los Estados para proteger los derechos de las mujeres y niñas.
En la última semana, además, el ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona presentó un proyecto para reformar el Código Penal y endurecer las penas ante "falsas denuncias" por violencia de género. "Se creó una concepción hipócrita de que la mujer no miente", dijo, pese a que colectivos feministas advirtieron que esta medida busca complicar aún más las denuncias y, por ende, pondría en riesgo la vida de esas mujeres.
Antes, incluso, cuando el ministro tuvo que presentarse ante el Congreso para explicar cómo se financiarían las políticas de género, que son una responsabilidad constitucional e internacional para el Estado argentino, comenzó su discurso con las siguientes palabras: "Se acabó el género, nuestro valor es la familia (...). Nosotros rechazamos la diversidad y la identidad sexuales que no se alinean con la biología", sostuvo en una afirmación que va contra todos los derechos consagrados, por ejemplo, en la Ley de Identidad de Género 26.7433.