Apareció el cuerpo sin vida de Luis Eduardo Espinoza. Había desaparecido el viernes 15 de mayo luego de un operativo policial que dispersó una carrera de caballos en el campo. Por el caso ya fueron detenidos e imputados 9 agentes y un civil. Ahora la causa quedó caratulada como homicidio agravado.
Ubicaron el cuerpo en un precipicio de 150 metros de profundidad, envuelto en bolsas blancas y negras, del lado de Catamarca, en el Departamento de Andalgalá, a 200 metros del límite con la provincia de Tucumán.
Luis Espinoza, de 31 años, era trabajador rural y vivía en la localidad de Melcho, departamento de Simoca.
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Lo confirmó esta tarde la fiscal del caso, Mónica García de Targa, titular de la Fiscalía de Instrucción I del Centro Judicial de Monteros. Equipos de su unidad de investigación y del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF) rescataron el cuerpo en territorio catamarqueño.
Fuentes con acceso a la investigación informaron a El Destape que el dato surgió del relato de dos policías que quebraron el pacto de silencio de los primeros días. El miércoles por la noche declararon ante la fiscalía que el cuerpo de Espinoza fue trasladado hasta la comisaría de Monteagudo, lo envolvieron y lo cargaron en otro vehículo que partió por ruta 65 con destino a la localidad de Alpachiri.
Juan Antonio Espinoza, hermano de Luis, es el testigo clave. Es el último que lo vio con vida y ubica a los policías en la escena, a quienes logró identificar antes de desmayarse por los golpes de los integrantes de la fuerza policial.
La abogada de la familia, Cinthia Campos, explicó en diálogo con El Destape que las pruebas científicas apuntan a los policías y que “las declaraciones testimoniales fueron cruciales”.
Este viernes por la mañana allanaron la comisaría de la localidad tucumana de Monteagudo en busca de evidencias. La causa estaba caratulada, hasta el momento del hallazgo, como desaparición forzada de persona. Todas las hipótesis de los investigadores conducen al personal policial.
También se realizaron allanamientos en Simoca, Monteagudo, Atahona y La Trinidad. Se secuestraron algunos vehículos particulares de los agentes en los que se encontraron rastros de sangre y muestras biológicas que fueron peritadas. Se incautaron las armas de fuego reglamentarias, teléfonos celulares, computadoras y otros dispositivos.
Los policías involucrados serán apartados de la fuerza y trasladados al penal de Villa Urquiza. Así lo informó el secretario de Seguridad de Tucumán, Luis Ibáñez. "Después de haber confirmado que se cometió el delito más grave de todos, el homicidio, se dio inicio a todo el protocolo administrativo que terminará sin dudas en la expulsión de la Policía de Tucumán de los eventuales responsables de este hecho tan grave", dijo Ibáñez.
Antes del hallazgo del cuerpo, el jefe de la Policía de Tucumán, Manuel Bernachi, decidió dar de baja a todos los jefes de la Unidad Regional Sur. También desplazó al jefe de la comisaría de Monteagudo y removió a todo el personal de esa dependencia.
Desde el gobierno de Tucumán, el vicegobernador Osvaldo Jaldo dijo a la prensa local, antes del hallazgo del cuerpo de Espinoza, que “en tiempos de democracia no podemos tener gente desaparecida. Quiero decirle a la familia Espinoza que como vicegobernador de la provincia, como parte del Gobierno tucumano, nos solidarizamos con ellos”. Y agregó: “Respetando la división de poderes, pedimos que este caso se aclare lo más rápido posible. Pedimos que sigan adelante, caiga quien caiga”. El gobernador Juan Manzur no se refirió al hecho con declaraciones públicas, al menos hasta la noche del viernes en que se conoció la noticia de que Luis Espinoza fue asesinado.