A pesar de los distintos conflictos que atraviesan al país durante la dura crisis financiera y la situación pandémica por COVID-19, el Gobierno Nacional busca reactivar la economía. Por eso, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, y su par de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Luis Basterra, acordaron ayer incentivar el trabajo interministerial de cooperación para un mayor desarrollo agrícola-ganadero en los terrenos productivos de las Fuerzas Armadas asignados al Ministerio de Defensa, en todo el país.
“Con esta iniciativa revertimos la política de venta de campos militares de Mauricio Macri y retomamos la cooperación entre los Ministerios de Defensa, y de Agricultura, Ganadería y Pesca”, expresó Rossi en la sede de la Dirección de Remonta y Veterinaria, dependencia del Ejército Argentino, en el barrio de Palermo, en la ciudad de Buenos Aires. “Hemos retomado el método de acción que teníamos en la gestión anterior, donde mediante un acuerdo con el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca y con el INTI e INTEA, nos permitía llevar adelante la explotación de las tierras que tiene, principalmente, el Ejército Argentino a lo largo y ancho del país”, explicó el titular de Defensa.
El ministro indicó, al mismo tiempo, que parte de esas tierras tienen objetivo militar ya que se utilizan para al instrucción de personal mientras que otras tienen objetivos más productivos dentro del ejército, como la cría de caballos y mulas. "Hay hectáreas que se utilizan para la alimentación de esos animales y otras a las que les estamos buscando distintos objetivos", agregó.
La idea es llevar adelante acciones conjuntas "para el abastecimiento autónomo y fomento equino de las Fuerzas Armadas". Además confirmaron que los campos contarán con asistencia técnica del INTA para la producción agropecuaria (para cuidar los suelos) y que ya se comenzaron las tareas conjuntas de forestación y producción de forrajes en Corrientes, Mendoza y Buenos Aires.
El plan principal pasa por fomentar la producción equina, bovina y la agricultura periurbana. “Lo que hicimos fue frenar el remate inescrupuloso que se llevaba en la gestión anterior al convertir todas las tierras del Ejército y del Ministerio de Defensa en negocios inmobiliarios, que nada tenía que ver con las política de Defensa”, expresó Rossi luego de impedir diversos remates de inmuebles. Basterra afirmó que la estrategia conjunta entre el Ministerio de Defensa, Seguridad, Ciencia y Técnica muestra el modelo de trabajo conjunto y articulado entre las distintas partes, propuesto por Alberto Fernández.
Los detalles del acuerdo
La finalidad es retomar el trabajo iniciado con el convenio del 27 de marzo de 2007 y sus ampliaciones, con el objeto de establecer la cooperación y colaboración a través del aporte y prestaciones de servicios recíprocos en el ámbito de sus competencias. El Ministerio de Defensa cuenta con inmuebles enmarcadas en las leyes de Abastecimiento Autónomo y de Fomento de Équidos mientras que el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca tiene los recursos humanos y capacidades técnicas para llevar adelante proyectos productivos agrícola-ganaderos.
Con esa reactivación se intenta mejorar la planificación y gestión técnica en los campos en producción, con apoyo del INTA; camino que ya se transitó hace años y que en julio de 2013 se respaldó con la resolución 517 que constituía en el Ministerio de Defensa la Unidad de Coordinación de Producciones Agropecuarias. En esa oportunidad, se había trabajado intensamente, planificando la gestión de los campos con un horizonte de diez años, buscando conservar el suelo, con rotación de cultivos, y con producción integrada.
A través de esta cooperación se podrán establecer prestaciones de servicios recíprocos en la planificación de la producción agropecuaria, asistencia técnica, vinculación tecnológica, entre otros servicios. También el acuerdo permitirá actualizar el relevamiento de inmuebles asignados en uso y administración a las Fuerzas Armadas con aptitudes productivas, y desarrollar una planificación estratégica para producción sustentable en el marco de buenas prácticas. Esta planificación, no debe afectar el uso militar para instrucción y maniobras, sino complementarlo.