Con la dura interna del Frente de Todos (FdT) lejos, Sergio Massa aprovecha el viaje a Estados Unidos para convencer a Alberto Fernández de impulsar una “reorganización” profunda para “relanzar'' el Gobierno de cara a la parte final del mandato y para llegar con chances al 2023. El presidente de la Cámara de Diputados mantiene sus reservas respecto a la llegada de Daniel Scioli al Gabinete y se concentra en la implementación de una mesa política en la que estén representadas las distintas partes de la coalición.
El presidente de la Cámara de Diputados fue el único invitado de Fernández para acompañar a la comitiva a participar de la Cumbre de las Américas. La demora de más de un día para dar una respuesta se explica, según la respuesta oficial, a la agenda parlamentaria de la semana. Antes de partir, se fue con un triunfo porque consiguió el dictamen para su proyecto de alivio fiscal para monotributistas y autónomos; a la par que evitó estar al frente de una sesión en la que la oposición consiguió media sanción para la Boleta Única.
Si bien ese punto era atendible, también obedeció a cierto malestar por la designación de Scioli en el Ministerio de Desarrollo Productivo. En el massismo le bajan el tono a la llegada de un posible competidor para la Casa Rosada el año que viene. “No es adversario fuerte porque no tiene estructura, en cambio el Frente Renovador es una de las patas del Frente de Todos”, describe uno de los históricos dirigentes de ese partido. Pero Massa puso en pausa las rencillas del pasado, entre los que se encuentra el ingreso de un oficial de Prefectura a su casa, y se subió al avión rumbo a Los Ángeles.
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“No se trata de nombres, sino de repensar el rumbo del Gobierno”, le dijo Massa al Presidente tanto el sábado cuando se le ofreció poner una persona de su confianza en la cartera que dejaba el dirigente del Grupo Callao como el lunes cuando Fernández lo invitó a viajar a la Cumbre de las Américas con el objetivo de darle peso político a su comitiva en medio de los cuestionamientos internos por parte del kirchnerismo. El Presidente sabe qué piensa Massa de gobiernos como el de Venezuela, al cual él como cabeza de la CEPAL deberá defender frente a la decisión de Estados Unidos de excluirlo como también a Cuba y Nicaragua.
Massa mantiene una diferencia con respecto a parte del Frente de Todos ya que en varias oportunidades se expresó respecto a Venezuela, por ejemplo, como una dictadura. Este martes, en un agasajo por el Día del Periodista, se mostró a favor de que todos los países sean invitados a la cumbre aunque aclaró: "Hay que tener la amplitud de invitar a todos países, pero mi opinión es conocida: soy de los que defienden a países que tienen gobiernos y sociedades democráticas".
A su regreso, Massa esperará por un lado que el Presidente acepte su idea de “reorganizar” el Gobierno y activar una “mesa orgánica” del Frente de Todos para cambiarle la cara a la gestión. Por otro lado, buscará para julio que sea ley su proyecto para aliviar el bolsillo de monotributistas y autónomos; pero también se traerá una misión desde allá. General Motors anunció una inversión de 300 millones de dólares para producir una nueva camioneta en Argentina y para ampliar esa cifra se mostraron interesados en que se aprueben las leyes de autopartes y de electromovilidad. Ambas iniciativas están frenadas y Massa aseguró ante los medios que ambas pueden estar aprobadas dentro de los próximos 90 días.
En cuanto al Frente Renovador, todavía está frenada la realización de un Congreso nacional porque cree que todavía es temprano para definiciones sobre qué hará el partido en 2023. Los dirigentes más cercanos le aconsejan que es momento de tener “cabeza fría” y piden al resto del massismo enfocarse en la gestión y no sumarse a las peleas internas. “Hay que dejarlo que defina y tome decisiones. Él sabrá cómo y cuándo resolver su futuro”, reveló un massista de la primera hora a este portal sobre la decisión que deberá tomar Massa, quien sueña con algún día ser presidente de Argentina.