En un mensaje de poco más de una hora que centró principalmente en las cuestiones económicas, Cristina Kirchner reclamó la necesidad de alcanzar acuerdos políticos para resolver cuestiones como las que trae aparejadas una economía bimonetaria, incluyendo la revisión del acuerdo con el FMI. "No para no pagar, sino para que nos dejen crecer", aclaró. La vicepresidenta no entró en el tema electoral, pero se volvió a declarar proscripta por algo que "no es un Estado democrático constitucional", en referencia a lo que calificó como una alianza del sector más importante de la oposición con el Poder Judicial. Fue en la previa del plenario kirchnerista que este sábado se reunirá en Avellaneda para iniciar una lucha contra la proscripción y a favor de una nueva candidatura presidencial.
Cristina ratificó su condición de líder política que, pese al tiempo que lleva en los primeros planos, cada vez que aparece concita un interés especial, aún en una charla con muchos datos económicos que seguro resultaron difíciles de seguir para muchos. La vice viajó a Viedma para recibir el doctorado honoris causa de la Universidad Nacional de Río Negro, que ella misma inauguró como presidenta en 2008. En la presentación, el rector Anselmo Torres dijo que le salía decirle "presidenta", lo que disparó el inmediato "Cristina presidenta" de parte de una platea de 1.200 invitados que se veía eufórica. También hubo militancia afuera, que siguió el mensaje a través de una pantalla. Luego Cristina salió a saludarlos. Ni afuera ni adentro habló de candidaturas.
Arrancó con un repaso de la situación institucional del país, donde luego de 40 años de democracia ininterrumpida "pareciera que ni siquiera los tres poderes funcionan". "Más mafiosos no se consiguen", calificó la vice a los jueces que, poco antes de que recalara en Viedma, le habían dado la razón al senador del PRO Luis Juez en su pretensión de ocupar un lugar en el Consejo de la Magistratura en lugar de quien ella había designado, el senador rionegrino Martín Doñate, justo uno de los organizadores de la charla. Compiló los ataques que recibió en los últimos tiempos, desde el destrozo de su despacho en el Senado, la campaña de afiches que la responsabilizaban de 35 mil muertes y el saludo del Papa luego del intento de asesinato. "Odié ser protagonista de la ruptura del pacto democrático", dijo, respecto a ese episodio.
"Lo de los fundamentos de ayer más que fundamentos es un eufemismo: millones de palabras y adjetivos, ni una prueba y un solo objetivo, la proscripción", definió Cristina, en su breve señalamiento respecto al mamotreto de más de 1.600 páginas emitidas por el TOF2 en la causa Vialidad. Dio una señal política fuerte al mencionar al ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, uno de los posibles candidatos del kirchnerismo, muy cuestionado esta semana por una foto sonriente junto al directivo de Clarín Jorge Rendo en la inauguración de Expoagro. "Han reemplazado el Código Electoral por el Código Penal", citó CFK al ministro de manera nada casual.
Crtistina hizo un punto y aparte y pasó al tema económico, que se presumía el eje de su ponencia que tituló: "¿Hegemonía o consenso? Ruptura del pacto democrático en una economía bimonetaria: inflación y FMI, crisis de deuda y fragmentación política". Tocó cada una de esas cuestiones. Cristina viene hablando de la economía bimonetaria desde hace más de cinco años, lo considera un factor clave a resolver si se quieren alinear inflación, salarios, reservas y demás variables. El primer gráfico que mostró fue sobre la evolución de los salarios. "Vengo con números. Contrasto la Argentina que dejamos en 2015: con 24% de inflación, desendeudada, el Fondo no estaba", se elogió.
Recordó que ella había coincidido con el pronóstico oficial acerca de que el país crecería a la salida de la pandemia, pero que había que esforzarse por alinear precios, salarios, tarifas y servicios. "¿Para qué? Para que el crecimiento no se lo lleven cuatro vivos. Es lo que está pasando. Porque es cierto que hay crecimiento y es cierto que se generan puestos de trabajo, pero son precarizados y de muy baja calidad, y de muy bajos salarios. Y esto es lo que siempre hemos sostenido desde el peronismo, que es la participación de los trabajadores en el Producto Bruto Interno", remarcó.
Sonó como una crítica a la marcha del gobierno que podría implicar tanto a Alberto Fernández como a Sergio Massa. Sin embargo, cuando hizo alusiones directas fue más en tono elogioso que crítico, como cuando mencionó que el ministro de Economía había terminado con el "festival de importaciones" que ella denunció en algún momento. Otro gráfico, impactante, tuvo que ver con los miles de millones de dólares que el país deberá pagar en los próximos años sólo en concepto de deuda -cifras que iban desde los 15 mil a los 25 mil millones de dólares anuales-, sin computar otras erogaciones obligadas como el pago de importaciones o la innovación tecnológica.
Argumentó que los acuerdos con el Fondo no podían ser iguales para todas las economías como si fueran "galletitas". En el caso de una economía como la Argentina resultaba inflacionario porque "tengo que ir en la devaluación por arriba de la inflación y en la tasa de interés por arriba de todo eso y además tengo que eliminar todo tipo de subsidios a las tarifas y los servicios públicos".Lo planteó como otra de las razones por las que el acuerdo debía revisarse. Massa por estas horas busca cerrar con el organismo la negociación por la flexibilización de las metas.
"Si no nos ponemos de acuerdo en esto, podemos tener 20 Vacas Muertas, 80 mil toneladas de litio y nos van a seguir faltando dólares", planteó respecto a la necesidad de discutir cómo enfrentar el desafío de una economía bimonetaria. Aceptó que oficialismo y oposición no se van a poner de acuerdo en muchas cuestiones porque piensan muy distinto, pero que debían hacerlo "en esto de la economía bimonetaria, en qué patrón de acumulación vamos a hacer para tener los dólares necesarios para hacer frente, no solamente a las obligaciones sino frente a las obligaciones del desarrollo y el crecimiento que necesita nuestra sociedad. Hay que sentarse a hablar de eso, sin adjetivaciones, sin estereotipos, sin clichés".
Ironizó respecto al "milagro" argentino. "Economía bimonetaria y además un tercio prácticamente en negro, yo no sé todavía cómo estamos vivos, realmente. Somos milagrosos, realmente la Argentina es milagrosa", consideró. Se puso más seria cuando habló de su temor respecto a la fragmentación política, que se empieza a vislumbrar con la aparición de opciones como la de Javier Milei. Sin la hegemonía que existió durante los años del kirchnerismo y la imposibilidad de alcanzar consensos que existe hoy, temió el camino de Perú. Allí, hace unos años las dos principales fuerzas políticas sumaban el 65% de los votos y hoy llegan a ese porcentaje entre cinco partidos, lo que vuelve tan inestable la situación.
La presentación de Cristina pareció la antesala ideal al plenario de la militancia de este sábado en Avellaneda, planteado como el primer mojón para luchar contra su proscripción y plantear una nueva candidatura presidencial. Bajo el setentista lema "Luche y Vuelve" y en el 50 aniversario del triunfo electoral de Héctor J. Cámpora, las agrupaciones kirchneristas se juntarán a discutir la mejor estrategia para el éxito de sus objetivos con un cierre en el que hablarán Máximo Kirchner y Axel Kicillof. Cristina se volvió a declarar proscripta, pero no pareció desentenderse de planes a futuro sino más bien lo contrario. Tal vez con ella como protagonista o quizás designando a un representante. En el kirchnerismo imaginaban que algo arrancó este viernes en Viedma y que mejores tiempos están por venir.