En un momento asombroso aún para el estándar generoso al que nos tiene acostumbrados Juntos por el Cambio, la ex Gobernadora Coraje le contestó a Leandro Santoro durante el debate de candidatos a diputados, que hubieran logrado financiar la deuda que tomaron con el FMI- el mayor aporte de campaña de la historia- con más deuda ya que “el mundo confiaría en ellos”. Si entendemos bien la afirmación de la otrora orgullosamente bonaerense devenida en orgullosamente porteña, el mundo que dejó de prestarle a la Argentina en 2018 luego de dos años de endeudamiento desenfrenado, le hubiera vuelto a prestar en 2020 para afrontar la deuda con el FMI, que Cambiemos tomó una vez que ese mismo mundo dejó de prestarle. Niños: no lo intenten en sus casas, podrían hacerse daño.
Si recordamos que en 2016, unos pocos meses antes de asumir como ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne afirmó que “el gobierno de Cristina nos dejó una bendición, niveles bajísimos de endeudamiento, tanto a nivel del Gobierno, de las empresas, de las provincias y de los municipios”, la afirmación de Vidal cobra toda su magia. ¿Qué ocurrió entre el 2016, cuando la Argentina tenía uno de los endeudamientos más bajos del mundo y el 2018, cuando el mismo Dujovne, ya nombrado ministro, tuvo que viajar a Washington de forma urgente para implorar el crédito que los mercados le retaceaban al país y eludir el default? Pasaron cosas: pasó Cambiemos.
Para nuestra derecha, gobernar es manguear y fugar. El resto se va viendo.
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Otra letanía que escuchamos con frecuencia entre economistas serios y candidatos de Juntos por el Cambio (dos colectivos que cuesta mucho diferenciar), es que la deuda es consecuencia del déficit dejado por el gobierno de CFK y que Macri se vio obligado a endeudarnos para reducirlo. En realidad, el déficit sólo puede disminuirse aumentando los ingresos fiscales o reduciendo gasto público. Tomar deuda a lo sumo lo puede financiar, nunca reducir. Pero lo más asombroso es que debamos tomar deuda en dólares para afrontar gastos e inversiones en pesos, a menos que algo haya cambiado en este último tiempo y los sueldos de enfermeras, docentes o policías y las compras de alcohol y gasas para los hospitales o tizas para las escuelas sean realizadas en dólares. En realidad, Cambiemos aumentó la deuda sin reducir el déficit total, esa variable que tanto preocupa a nuestros economistas serios.
Otro gran momento de la semana fue cuando los candidatos de Juntos por el Cambio se comprometieron de manera solemne a no aumentar los impuestos existentes ni tampoco implementar nuevos. Comprometerse a algo así en medio de una crisis mundial sin precedentes es un gesto tan reaccionario como bobo ya que es imposible descartar que el Estado requiera más recursos para atenuar las consecuencias devastadoras de la pandemia, pero si recordamos que Horacio Rodríguez Larreta implementó un nuevo impuesto al consumo por tarjetas de crédito hace apenas unos meses, la iniciativa se torna aún más asombrosa. Tal vez desde Juntos por el Cambio consideren impuestos solo a aquellos que impactan sobre los más ricos, como es el caso de la contribución extraordinaria a los 10.000 mayores patrimonios del país que el macrismo rechazó. Un impuesto al consumo de la clase media no sería técnicamente un impuesto sino simplemente una buena gestión.
Indignados e incluso aterrorizados, los medios serios señalaron que el nuevo secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, habría “amenazado con aplicar la Ley de Abastecimiento” si las empresas de alimentos no aceptan el congelamiento de precios de productos de primera necesidad (que subieron por encima de la inflación). ¿Amenazar con aplicar la ley? Ni Atila se atrevió a tanto. Ni Atila.
Por último y luego de otra de las ya clásicas idas y vueltas en el interior de la coalición gobernante todo volvió a su cauce natural: hoy domingo 17 de Octubre será un día de festejo popular luego de un año y medio de encierro pandémico, un festejo que, además, es un gran regalo para el Día de la Madre.
Como explicó CFK el sábado en un acto en la ex ESMA: “Sé que todos y todas van a estar mañana en la Plaza, ¿no? (...) El peronismo, le pese a quien le pese, sigue hoy más vigente que nunca.”
Nos vemos en la Plaza.
Imagen: Robot de la Secretaría de Comercio para controlar los precios (cortesía Fundación LED para el desarrollo de la Fundación LED)