La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner hizo un contundente descargo repudiando el operativo de seguridad llevado a cabo por el Gobierno de la Ciudad en las inmediaciones de su casa en el barrio porteño de Recoleta. La ex mandataria contrapuso dos situaciones distintas que se dieron en el mismo lugar: la puerta de su domicilio.
La primera, una movilización macrista realizada en 2015 en donde amenazaban e insultaban a la ex presidenta, sin la intervención del Gobierno porteño para brindar seguridad. "Esa noche tuve que dormir en la casa de mi hija en el barrio porteño de Monserrat", recordó Cristina. "A partir de allí, la esquina de Juncal y Uruguay fue objeto de permanentes concentraciones de pequeños grupos de simpatizantes macristas con actitudes amenazantes y agresivas. Con parlantes y micrófonos amplificaban insultos, agravios y promesas de muerte", admitió la vicepresideta.
La segunda situación: las vigilias organizadas en la última semana por sectores que buscan demostrarle su apoyo a Cristina en medio de la causa Vialidad en la puerta de su casa. La vicepresidenta evidenció que las diferencias son notorias: "Hoy amanecí con la esquina de mi casa literalmente sitiada".
"Las vallas colocadas por el Sr. Larreta son algo más que impedir la libre circulación. Son algo más que sitiar a la Vicepresidenta de la Nación. Quieren prohibir las manifestaciones de amor y de apoyo absolutamente pacíficas y alegres, que tienen lugar ante la ya inocultable persecución del partido judicial", sostuvo Cristina.
Finalmente, la vicepresidenta planteó que "Larreta es la misma lógica del partido judicial": "Para los macristas: cuidado y protección. Para los peronistas: vallas, infantería de la policía de la ciudad y hasta palos, gas lacrimógeno y gas pimienta como la noche del lunes". "Lo dicho ese día por la noche: nunca fueron ni serán democráticos", cerró diciendo.
Esta mañana, el Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires dispuso un vallado perimetral en las calles Juncal entre Paraná y Talcahuano; y Uruguay entre Montevideo y Arenales. Como justificativo, el jefe de Gabinete porteño, Felipe Miguel dijo que el Gobierno "tiene la responsabilidad de garantizar el orden público y que no se altere la vida de los vecinos del barrio" y afirmó que se mantendrá el tiempo necesario hasta que se recupere "la tranquilidad".
Pese a las vallas, agrupaciones militantes, organizaciones y personas autoconvocadas se dirigiran al barrio de Recoleta para acompañar a Cristina Kirchner. La concetración iba a realizarse este sábado a las 15 en Parque Lezama pero, frente al operativo organizado por el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, se cambió la sede y la movilización será en la plaza de Juncál y Paraná.
El descargo de CFK completo
El 9 de diciembre del 2015 cuando finalicé mi segundo mandato como Presidenta de la Nación y me dirigía a Juncal y Uruguay para pasar allí la noche y partir al día siguiente a mi casa en el sur, no pude hacerlo. La esquina había sido copada por militantes y simpatizantes macristas, muy violentos que me insultaban y amenazaban. Esa noche tuve que dormir en la casa de mi hija en el barrio porteño de Monserrat.
A partir de allí, la esquina de Juncal y Uruguay fue objeto de permanentes concentraciones de pequeños grupos de simpatizantes macristas con actitudes amenazantes y agresivas. Con parlantes y micrófonos amplificaban insultos, agravios y promesas de muerte.
En todos esos años, la policía del Sr. Larreta nunca intervino. Es más, cuidaban y garantizaban esas actitudes. Hemos llegado a ver, en el caso del Instituto Patria, a un policía de la Ciudad que confraternizaba con un energúmeno que me prometía la horca.
Hoy amanecí con la esquina de mi casa literalmente sitiada. Las vallas colocadas por el Sr. Larreta son algo más que impedir la libre circulación. Son algo más que sitiar a la Vicepresidenta de la Nación. Quieren prohibir las manifestaciones de amor y de apoyo absolutamente pacíficas y alegres, que tienen lugar ante la ya inocultable persecución del partido judicial.
La lógica del Sr. Larreta es la misma lógica del partido judicial. Para los macristas: cuidado y protección. Para los peronistas: vallas, infantería de la policía de la ciudad y hasta palos, gas lacrimógeno y gas pimienta como la noche del lunes. Lo dicho ese día por la noche: nunca fueron ni serán democráticos.