Tras una extensa reunión en el Ministerio de Transporte, el CEO de Latam, Roberto Alvo, ratificó la decisión de que la compañía deje de operar sus vuelos en el país. Sin embargo, en el Gobierno no permanece la expectativa de que los directivos revean la medida por la que 1.715 trabajadores perderían sus puestos de trabajo.
El ministro de Transporte, Mario Meoni, recibió Alvo con quien dialogó durante una hora y media para buscar una salida a la decisión de la empresa. "La reunión fue con mucho respeto y buena relación como siempre, con dialogo", señalaron fuentes de la cartera.
Meoni le transmitió la preocupación del Gobierno y ofreció colaboración para que la empresa siga operando en Argentina y así sostener los "puestos de trabajo" de la empresa, que además tiene 3.000 proveedores. "Si bien ellos hablan de decisión tomada y no retroceder tenemos expectativa de que lo re vean, por los trabajadores y las operaciones", aseguraron cerca de Meoni a El Destape.
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Latam ratificó la decisión del cese de los vuelos de cabotaje "ya que vienen del proceso de caída de rentabilidad hace mucho tiempo", señalaron a este portal. Asimismo, informaron que "por 180 días mantienen todas las rutas" y no cerraron el diálogo ya seguirán las reuniones.
Ahora, se espera un resultado positivo de la negociación en Trabajo, ya que hoy el ministro Claudio Moroni notificó a los gremios y la semana que viene será la primera audiencia.
Los argumentos que le dio Alvo refieren a la crisis económica en la que está sumergida Argentina desde hace años por las políticas aplicadas por Mauricio Macri y ahora agudizada por la pandemia. La falta de operaciones afectaron severamente a la recaudación sumado a que la casa matriz dejó de asistir económicamente para compensar las pérdidas de los últimos 3 años por la situación de quiebra en los Estados Unidos. En tres años perdieron aproximadamente U$S 350 millones. La política aereocomercial de Cambiemos los afectó. Entre 2015 y 2019, la compañía perdió participación de mercado. En 2015 tenía 24% del mercado de cabotaje y terminó el 2019 con el 16%.
Pese a la crisis que atraviesa todo el sector en el mundo por la pandemia y los multimillonarios subsidios que recibió Latam, la casa matriz repartió en abril U$S 57 millones de ganancias entre sus accionistas, lo que evidencia la contradicción entre el libreto desplegado y los hechos. Si la espalda financiera que construyeron durante décadas a costa de los trabajadores y clientes realmente no era suficiente para atravesar algunos meses de parate, la compañía tendría que haber avocado todos sus recursos a tratar de reforzar ese patrimonio.
El Gobierno argentino había integrado a la aerolínea al programa de asistencia al trabajo y la producción (ATP), que paga una porción de los salarios a los empleados. Incluso le abonó $ 33.750 a la presidenta ejecutiva, Rosario Altgelt, quien después ejecutó el cierre de la empresa.
La corporación también recibe auxilio estatal en Chile y Brasil, con lo que sobrelleva la tormenta económica y no por ello cerró sus filiales ¿Cuál es la diferencia con este caso? Detrás del cierre de la sucursal argentina se puede individualizar la puja capitalista por los derechos laborales y la pretensión de desconocer el DNU presidencial que impide echar a los 1.715 empleados locales. En Chile, Ecuador, Colombia y Perú despidió en total a 1.800 trabajadores desde el comienzo de la pandemia.
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