La decisión de Latam Argentina sorprendió a todos. De un día para el otro, mediante un comunicado a la prensa, informaron que cesarían sus operaciones en el país “por un tiempo indeterminado”. Las autoridades nacionales se enteraron de esta jugada por los medios de comunicación y comenzaron las reuniones en torno al pedido del Procedimiento Preventivo de Crisis en tiempos en que están suspendidos los despidos en el país, en este caso serían 1.715, y la exigencia gremial por el pago de la doble indemnización. En medio de todo eso surge el interrogante: ¿Qué motorizó el cesar las actividades y no irse directamente del país? ¿Qué razón real está detrás de la decisión?
Las rutas aéreas que conectan un punto con otro pertenecen al Estado. Por audiencia pública, se otorgan a diferentes compañías. Mientras la aerolínea opere, las rutas son de ellos pero, si se van, pasa a control del Estado. En caso de ocurrir ésto último, el Estado lanza otra audiencia pública para poder otorgársela a una nueva empresa, según detallaron desde la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) a El Destape.
Para poner otro ejemplo, supongamos hipotéticamente que Aerolíneas Payaso, tan popular en un capítulo de Los Simpsons, decide irse del país. Esa ruta vuelve a manos del Estado que puede dársela a otros por audiencia pública, no de forma directa. Ésto no es lo que ocurrió con Latam, porque no se fueron sino que “cesaron por tiempo indeterminado”. O sea, la ruta sigue siendo de ellos.
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“Latam Airlines Argentina dejará de volar desde y hacia 12 destinos domésticos (Buenos Aires, Iguazú, Bariloche, Salta, Tucumán, Mendoza, Córdoba, Neuquén, Comodoro Rivadavia, Río Gallegos, El Calafate y Ushuaia). Mientras que los cuatro destinos internacionales de la filial a Estados Unidos, Brasil, Chile y Perú continuarán siendo operados por las otras filiales del grupo, una vez que se levanten las restricciones dictadas por las autoridades en el marco de la emergencia sanitaria. Asimismo, las rutas internacionales de carga de la filial argentina serán servidas por las otras filiales del grupo”, informaron en su momento en un comunicado.
Al quedar las rutas aéreas disponibles por la falta de la operación (pero no libre porque no se fueron de forma definitiva), otra compañía probablemente opte por incrementar su frecuencia y poner más vuelos entre esos destinos. No se descarta que Aerolíneas Argentinas, al tener el apoyo del Estado, pueda hacerlo. No porque estén contentos por la falta de un operador sino porque es necesaria la conectividad. Los puntos turísticos son cubiertos por todos pero hay otros que no y podrían quedar aislados.
Lo cierto, como ya quedó plasmado en innumerables explicaciones, es que la crisis de Latam es mundial. En el caso de la Argentina, el problema se generó durante el Gobierno de Mauricio Macri y la gestión de Guillermo Dietrich al frente del Ministerio de Transporte.
Según las cifras oficiales, en los cuatro años de macrismo perdió US$ 337.154.000 desglosados en US$ 29.572.000 en 2016, otros US$ 41.636.000 en 2017, más US$ 132.538.000 en 2018 y, finalmente, US$ 133.408.000 en el último período de la gestión PRO.
Los números difieren por lejos de lo ocurrido durante el último Gobierno de Cristina Kirchner. De cuatro años, sólo uno mostró cifras negativas (el 2014 con una pérdida de US$ 17.864.000) mientras que en 2012 registró ganancias por US$ 9.152.000, otros US$ 12.311.000 positivos al año siguiente y US$ 9.432.000 en 2015.
El esquema de cielos abiertos que impuso el macrismo le permitió a la empresa ganar participación en el mercado en desmedro de la línea de bandera pero a costa de pérdidas operativas constantes. En los mismos cuatro años en que no dejó de perder, llegó a liderar el mercado argentina de vuelos internacionales, con el 25 por ciento de la torta, y un nivel altísimo de ocupación. Eso no impidió que la empresa, en una economía de caída de los ingresos respecto de la inflación y constantes devaluaciones, incurriera sistemáticamente en rojos operativos.
Además, lejos del argumento que sostiene que la compañía de origen chileno no recibió apoyo del Estado, lo cierto es que fue beneficiaria del programa de Asistencia a la Producción y el Trabajo (ATP) para pagar el 50% de los sueldos. Ahora las miradas están puestas en lo que pasará en el Ministerio de Trabajo y el futuro de la presentación del Procedimiento Preventivo de Crisis y el futuro de 1.715 empleados.