La familia Macri no logra uno de sus objetivos centrales en materia judicial: el desplazamiento de la fiscala Gabriela Boquin, quien logró frenar la condonación de la deuda que tienen con el Estado e investiga las maniobras de vaciamiento de Correo Argentino pese a las presiones, aprietes y amenazas que acarrea desde que Mauricio Macri estaba en la Casa Rosada hasta hoy.
Una vez más las juezas Maria Lilia Gómez Alonso y Matilde Ballerini, que fueron parte central de la maniobra para dilatar el pago de la deuda por más de 18 años, tuvieron que recordarle a los Macri que no se puede quitar del medio a una fiscala solo porque no les gusta lo que hace y rechazaron su recusación. Usaron los mismos argumentos que Boquin: que el pedido fue extemporáneo y que la ley no permite recusar a una fiscala del fuero comercial. Básico, pero con la movida los Macri ganaron un mes y medio más en su epopeya de no pagar sus deudas. Una gesta que lleva ya 19 años.
Lo más seguro es que los Macri insistan y las juezas, pese a la recusación, les marcaron el camino: les contestaron que si quieren apartar a Boquin se lo tienen que pedir al procurador interino Eduardo Casal, que aún sigue las directivas de Mauricio Macri.
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Los Macri recusaron a la fiscala Boquin a principios de noviembre. Fue la última de una serie de acciones contra la fiscala del caso Correo. Tal como informó El Destape, luego de su raid mediático a principios de octubre Macri logró que se reactive un sumario contra Boquin basado en una denuncia falsa y que la Cámara Federal de Comodoro Py ordene investigarla en una contradenuncia impulsada desde SOCMA. Luego directamente la recusaron (o sea, pidieron que no intervenga) en el expediente iniciado el 19 de septiembre de 2001, donde se define su multimillonaria deuda con el Estado y más de 700 acreedores.
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Al recusarla, los Macri llegaron al extremo de plantear que vio afectada su objetividad porque “se siente presionada”. Una clara inversión de la carga de la prueba: es un hecho que la presionaron mediática y judicialmente, que hubo sospechosas fallas en su custodia, que le robaron papeles del caso Correo de su auto, que su gato apareció muerto en la puerta de su casa, que le armaron una falsa denuncia por violencia laboral.
El escrito de la recusación presentado por los abogados de los Macri dice: “El desasosiego personal (e incluso familiar) del que da cuenta la propia Dra. Boquin, y que lo atribuye a su intervención en la presente causa y el ‘hostigamiento y presiones’ (sic.) que siente haber sufrido desde el propio ex Presidente Macri y/o de sus allegados explican, por un lado, la parcialidad de sus opiniones y, lo que es más importante aún, la imposibilidad que siga actuando en la presente causa”. Presionan y luego piden que se aparte. En el juego de la zanahoria y el garrote se robaron el tubérculo.
Boquin rechazó el planteo de los Macri. En su escrito explicó que, tal como establece la ley, los fiscales del fuero comercial no pueden ser recusados, y que incluso si fuera posible el planteo fue extemporáneo.
Para Boquin el intento de recusarla fue “improcedente y extemporáneo”. Por empezar, porque no se puede recusar a un fiscal del fuero Comercial. Citó el artículo 33 del Código Procesal Civil y Comercial donde se establece que “los funcionarios del ministerio público no podrán ser recusados”. Como se trata de una fiscala del fuero Comercial le rige este artículo, ergo, no puede ser recusada. Si fuera fiscal en materia penal otra sería la historia. Pero en el caso del fuero comercial no se puede. “Los fiscales comerciales (como es la suscripta) no son recusables, permitiendo la norma solamente su excusación”, argumentó Boquin, que tampoco piensa excusarse. Sobre la acusación de parcialidad bastó recordar que eso es un deber de los jueces, no de los fiscales.
Las camaristas Gómez Alonso y Ballerini coincidieron con Boquin. Por un lado, que la recusación fue hecha fuera de tiempo. Pero, más importante, que no se puede recusar a un fiscal de fuero comercial.
Antes, las camaristas le habían dado intervención al fiscal general ante la Cámara Civil Javier Lorenzutti, pero éste contestó que no le tocaba opinar en la causa del Correo a menos que aparten a Boquin.
Es muy probable que los Macri insistan. De hecho, Gómez Alonso y Ballerini les marcaron el camino al decir en su escrito que “las alegaciones dirigidas contra el desempeño de la Sra. Fiscal son ajenas a la competencia del Tribunal en tanto el Ministerio Público Fiscal constituye un órgano extrapoder que contempla, en el marco de su ley orgánica los mecanismos idóneos, para articular, dentro de su seno, tales cuestiones”. Traducción: les dijeron que si quieren sacar a Boquin se lo pidan al procurador interino Casal, que aún hoy sigue instrucciones de Macri. El lawfare goza de buena salud.