El terraplanismo político contra los fantasmas

El resumen de la semana y el fracaso de la peculiar campaña espontánea convocada en los medios.

10 de mayo, 2020 | 00.05

La semana pasada asistimos a un cacerolazo exitoso en contra de la excarcelación masiva de asesinos y violadores. Esta semana pudimos apreciar cómo se convocaba a otro para frenar al comunismo, una acechanza no menos imaginaria que la excarcelación masiva de asesinos y violadores aunque sin duda mucho más grave. El fracaso de esta nueva convocatoria espontánea lanzada a través de los medios nos debe hacer reflexionar como sociedad. ¿Las ideas cosmopolitas de corte marxista-leninista, tan contrarias a nuestro ser nacional y nuestro estilo de vida habrán penetrado tanto en nuestras mentes inocentes que ya no percibimos su peligro? ¿Occidente habrá perdido la batalla cultural frente al sucio trapo rojo que ingenuamente pensábamos haber enterrado bajo los escombros del Muro de Berlín? ¿Pasamos de ir hacia Venezuela para finalmente despertarnos en Norcorea?

 

Algunos expertos acercan una explicación más alentadora: al parecer quienes cacerolearon en contra del comunismo fueron anulados por quienes caceroleaban en contra de la liberación de médicos cubanos y del inminente asesinato de los primogénitos. Se trataría de un extraño efecto físico de anulación de dos sonidos de similar frecuencia generados en el mismo momento. Otros señalan que muchos ciudadanos indignados cacerolearon utilizando budineras de silicona cuya capacidad de estruendo es limitada.

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En todo caso, el problema sería de índole material y ya no moral, lo que aporta una cierta tranquilidad. Los próximos cacerolazos, en contra de las lluvias de meteoritos o de las estampidas de elefantes, deberían tener en cuenta este fenómeno y tomar los recaudos necesarios para evitarlo.

 

Por otro lado, en estos días también nos enteramos de una denuncia mediática acerca del retraso en las compras de alimentos llevadas a cabo por el gobierno nacional. En efecto, el Ministerio de Desarrollo Social habría anulado varias licitaciones al no conseguir los precios testigo definidos por la Sindicatura General de la Nación (SIGEN). Pasamos así de indignarnos porque el gobierno pagaba sobreprecios a indignarnos porque anula licitaciones para evitarlos. Es la famosa #IndignaciónCapicúa y se estudia en la Anthony Hopkins University.

La misma #IndignaciónCapicúa se percibe en el terraplanismo político que hasta hace unas semanas acusaba al gobierno de ocultar el verdadero número de muertos detrás de las estadísticas oficiales y hoy se indigna porque el gobierno persiste en una cuarentena desproporcionada teniendo en cuenta el acotado número de fallecidos.

 

Con respecto a la pandemia, la viróloga Andrea Gamarnik desarrolló junto a su equipo de científicos del Conicet y del Instituto Leloir el primer kit argentino para detección de anticuerpos contra el nuevo coronavirus. La Argentina se convierte así en el octavo país en producir este tipo de tecnología, lo que representa un gran ahorro en insumos importados y como explicó la propia viróloga “es también una forma de independencia”. Gamarik, única universitaria de su familia, probablemente forme parte de esa clase social que según la ex Gobernadora Coraje no llegan a la universidad, lo que justificaría dejar de invertir en esa área. Recordamos con nostalgia cuando era de buen tono dejar de inaugurar hospitales, reducir los recursos del Conicet e incluso denigrar el trabajo de los investigadores. Nuestra realidad es trepidante. 

 

Por último, leemos que el gobierno de Angela Merkel destinaría 10.000 millones de euros al salvataje de la compañía aérea Lufthansa y a cambio el Estado se quedaría con el 25% del paquete accionario. Se ve que Merkel no dispone de economistas serios como los nuestros para explicarle que esa es una iniciativa chavista ya que los países serios como el suyo deben nacionalizar los pasivos privados sin contraparte alguna. Es la única manera de garantizar la famosa lluvia de inversiones, como ocurrió durante los 4 años de gobierno de Cambiemos. No dejemos que la realidad nos distraiga de nuestras certezas.

Imágen: Dispositivo para generar mentes comunistas del Instituto Patria (cortesía Fundación LED para el tratamiento de la Fundación LED)