El gobierno evalúa cómo endurecer restricciones, pero sin fase 1

Cierres desde las seis de la tarde y los fines de semana, entre las posibilidades que se evalúan. No se discutió volver a fase uno. Alberto Fernández quiere más protagonismo de gobernadores e intendentes.

14 de abril, 2021 | 05.00

Las medidas de restricción tomadas el jueves pasado son insuficientes y es necesario reducir la circulación del coronavirus con urgencia, de manera tal que se está evaluando un cierre más estricto y extendido, que probablemente entre en vigencia el próximo fin de semana. En la reunión de urgencia que encabezó el presidente Alberto Fernández ayer por la tarde no se discutió la posibilidad de una cuarentena total ni de un regreso a fase uno, como consignaron algunas versiones. El gobierno nacional espera un mayor compromiso de los gobernadores e intendentes para compartir el costo de las medidas de restricción. Los números, que baten récords casi todos los días, no modificarán la hoja de ruta: el Presidente y sus colaboradores ya asumen un piso de 30 mil casos diarios en los próximos días.

Fernández espera una especie de operativo clamor que le dé potencia a un paquete de medidas que todavía no pasa de ser un boceto. El mayor temor en Olivos es dictar una medida de fondo y no poder garantizar su cumplimiento. Por eso quiere un mayor compromiso por parte de los gobernadores e intendentes, que se quejan porque él no endurece las restricciones pero no utilizan las facultades que les dio para hacerlo en sus propios distritos o controlar que se cumplan las disposiciones nacionales. Por eso demora un momento que, a esta altura del partido, ya asume inevitable: volver a poner el freno de mano para cortar la curva de contagios, que traza una trayectoria prácticamente vertical. El margen de tiempo tampoco es muy amplio. Es probable que esta semana haya novedades, con clamor o, más probablemente, sin él.

No debe pensarse en un regreso a marzo del 2020. No habrá un cierre total ni general. Se tomarán medidas parciales, segmentadas y focalizadas en aquellas zonas del mapa que presenten mayores niveles de circulación, y tendrán, dentro de lo posible, una duración establecida de antemano. Entre las posibilidades que se barajaron ayer estaba un cierre nocturno más estricto y extendido, desde las seis de la tarde hasta las seis de la mañana. También se evalúa la posibilidad de limitar la actividad comercial, gastronómica, cultural y recreativa durante los fines de semana. Algunos ámbitos de alto riesgo, como los shoppings, podrían cerrar sus puertas, pero en la Casa Rosada preferirían que esa clase de micromanejo de las restricciones las hicieran los gobiernos locales.

Axel Kicillof preferiría una cuarentena dura por dos semanas para quebrar la curva, propuesta que cuenta con el respaldo de varios intendentes del conurbano, peronistas y también opositores, que en privado se desmarcan de la línea bolsonarista que quedó plasmada en un comunicado con la firma de toda la plana mayor de Juntos por el Cambio. Aunque tiene poco margen para actuar por su cuenta, sin acuerdos con el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, ni el respaldo del gobierno nacional, en La Plata preparan medidas adicionales para avanzar en solitario si persisten las demoras. El alcalde del PRO, en tanto, con el sistema de salud de la Ciudad desbordado, insiste con que la situación se encuentra bajo control y no son necesarias más restricciones.

Ayuda económica ante la segunda ola de COVID-19

La nueva ola de la pandemia requerirá nuevas respuestas en materia de ayuda económica también. Por ahora, el gobierno solamente se recuesta sobre la adaptación de los planes Repro para ayudar a las empresas a pagar salarios. La AFIP está trabajando en beneficios adicionales para los sectores que más van a verse afectados por las restricciones, aunque aún no se hicieron anuncios oficiales. Todavía no hay novedades, tampoco, sobre la ayuda para quienes trabajan dentro de la economía en negro, que es la que más sufre las medidas de distancia social y la recesión galopante. Es otro punto en el que desde el gobierno nacional también apuntan a los locales. En este caso señalan al GCBA, que no hizo ningún desembolso para ayudar a sectores críticos de su economía durante la pandemia.

Lo que está claro es que si existía en el gabinete la idea de revisar la situación epidemiológica el 30 de abril, cuando vence el decreto que firmó Fernández la semana pasada, ayer quedó desterrada. El asunto, a partir de ahora, es día a día y hora a hora, midiendo variantes como ocupación hospitalaria y circulación en el transporte público, tanto como el número de contagios y de muertes diarias, que seguirán subiendo. Ayer descontaban que la curva superará pronto los 30 mil positivos detectados en un día y a nadie debería sorprender si antes de fin de mes ese número trepa a 40 mil o más. Esta mañana, a partir de las ocho y media, la ministra de Salud, Carla Vizotti, da su conferencia de prensa semanal, pero en Casa Rosada descartaban que fuera a anunciar nuevas medidas.