La ciudad santafesina de Rosario entró esta semana en un eslabón más de la flexibilización de la cuarentena, ya sin encierro estricto pero conservando el distanciamiento social y las medidas de higiene para prevenir un rebote de coronavirus, luego de 19 días sin casos nuevos, y con solo 3 positivos de coronavirus en sectores populares desde que empezaron los contagios.
La ciudad, que fue puesta como ejemplo en la lucha sanitaria contra la pandemia hasta por el propio Alberto Fernández (solo registra 98 contagios y un fallecido desde marzo), entró armónicamente en la fase 4, y las autoridades provinciales y municipales destacaron que hubo un cumplimiento generalizado de las normas y protocolos, incluso de la nueva obligatoriedad de usar tapabocas también en la calle.
El cambio de hábitos se notó, en lo que fue un nuevo escalón de la vuelta de la actividad económica. "No hubo grandes complicaciones. En algunos lugares estuvimos pidiendo distanciamiento, pero todos los comerciantes se involucraron", dijeron desde el municipio.
El paro de colectivos que azota al interior del país por la insostenibilidad del sistema minimizó la circulación en estos primeros días, en los que sin embargo hubo un notable aumento del movimiento de personas. Las ventas del comercio minorista, uno de los rubros que volvió aunque solo de tarde, se ubicaron entre el 30% y el 40% de la facturación normal.
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Venta de ropa para bebés y niños, calzado e indumentaria deportiva, y celulares y accesorios, fueron los artículos más vendidos. El presidente de la Asociación Empresaria de Rosario, Ricardo Diab, estimó que un 80% de los comercios que estaban habilitados volvieron a funcionar en toda la ciudad.
Reconstruir
En la mente del intendente Pablo Javkin, lo que viene ahora es "un tiempo de reconstrucción económica y social". Por eso, las prioridades del gobierno local van a estar principalmente en la salud y lo social, pero también en lo que mueve la economía de la ciudad: se liberó la construcción y los oficios ligados, se avanzó en lo industrial con protocolos y reglas de movilidad y se produjo la reapertura del comercio.
Profesiones liberales, peluquerías, servicios de manicuría y pedicuría, obras sociales y mutuales, agencias de juego, lavaderos y agencias de desarrollo fueron otras de las actividades permitidas esta semana con el aval de Nación.
Los bancos, inmobiliarias y empresas de mudanza ya habían sido exceptuados, al igual que el delivery, los talleres, locales de cobro, cobranzas a domicilio, librerías y jugueterías, productores de seguros, farmacias, ópticas, laboratorios, mueblerías, ferreterías, electrónica y electrodomésticos, tiendas y zapaterías.
Sigue prohibida la circulación no autorizada por rutas, vías y espacios públicos; concurrencia a plazas y parques; clases; museos y bibliotecas; recitales, cines, teatro; shoppings; bares y restaurantes; deportes, gimnasios y clubes; servicio doméstico y misas.
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El futuro
Según pudo saber El Destape, el filtro que aplica el municipio para considerar si pide liberar algún rubro implica que no generen aglomeraciones, que no saturen el transporte público, que aporten a la reactivación económica, y que tengan aprobados los protocolos, además de respetar todas las medidas de prevención.
Si la curva de contagios sigue aplanada, adelantó una alta fuente municipal, las próximas actividades a pensar serán la gastronomía con un número reducido de clientes, o algunas actividades sociales y recreativas, como el paseo de los niños a espacios públicos o la actividad física. Nada de eso, adelantaron, se producirá antes del 24 de mayo. "El martes hubo un último ajuste de nuevas actividades, y la idea es no tocar más nada hasta el fin de la extensión", dijeron.
El método de la Intendencia es ir sumando actividades, dejar correr las dos semanas para ver el impacto sanitario y evaluar si la decisión fue correcta. El deseo es ir de a poco, con cautela, para no tener que retroceder. Hay un enigma, afirman, que es cuál será el impacto de la llegada del invierno, pero el objetivo es minimizar la cantidad de contagios, internaciones y muertes. Luego se verá la posibilidad, con la ventaja de poder ver qué pasa en otros países del mundo, de comenzar a integrar las clases y actividades deportivas.
Hoy por hoy, es una irresponsabilidad pensar en dictaminar la libre circulación o la vuelta de los espectáculos públicos. Por un tiempo no habrá recitales presenciales (Cultura presentó esta semana una propuesta para transmitir sin público y por streaming) y encuentros masivos, restaurantes y cervecerías con aglomeraciones, shoppings llenos de clientes, boliches repletos, ni cines y teatros a sala llena. Se viene un período de reconfiguración de la forma en la que compartimos los espacios comunes.
Red
Sin embargo, hay optimismo en los gobiernos local y provincial. Rosario tuvo 98 contagios desde el inicio de la pandemia, con un solo fallecido y 85 pacientes dados de alta. El aceitado trabajo de los 80 centros de salud rosarinos logró que los casos en barrios alejados del centro, en zonas vulnerables, se reduzcan solo a 3 en una urbe de 1 millón de habitantes.
Mientras en la ciudad de Buenos Aires los focos en los asentamientos se han convertido en un verdadero dolor de cabeza, en Rosario el rápido accionar de los equipos médicos de la red de atención primaria (herencia de la intendencia de Hermes Binner) permitió que ni siquiera se produzcan contagios dentro de la familia de la persona enferma.
En tanto, el ministerio de Salud provincial avanza en la elaboración de un criterio diferente para diagnosticar nuevos casos y tratar de bloquear totalmente los contagios, luego de 9 días sin casos nuevos en todo el territorio santafesino. "Vamos a ir a la caza del virus", dijo el gobernador Omar Perotti. La estrategia para contar con más información consiste en ir al territorio a hacer los test, en lugar de esperar el aviso de los pacientes con síntomas en la línea 0800 de Santa Fe. En la provincia, la curva cada vez se parece más a una línea recta.
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